El propietario de los Oklahoma City Thunder, Clay Bennet, ha llegado a un acuerdo para poner fin a la demanda que habían puesto contra él casi un millar de seguidores de los Seattle Supersonics. Un acuerdo que le costará 1,6 millones de dólares.
Ése será el precio que tendrá que pagar para compensar a los abonados de los Sonics que perdieron la oportunidad de renovar sus abonos en 2010 a los precios de la temporada 2006-07, tal y como se les había prometido en su día.
Bennet y su grupo, Professional Basketball Club, propietarios entonces de los Sonics, decidieron no cumplir la oferta hecha en su día a los seguidores de Seattle tras anunciarse el traslado de la franquicia a Oklahoma City.
Los demandantes alegaban que si se les hubiera permitido adquirir los abonos de temporada en las condiciones prometidas, podrían haberlos revendido en Oklahoma City por un precio mucho mayor.
Con este acuerdo, Bennett y su grupo cierran uno de los últimos flecos que aún les mantenía unidos a la ciudad de Seattle después de que, a principios de este mes, se supiera también que la ciudad del estado de Washington, en el noroeste del país, no había aprobado la ley necesaria para reformar el Key Arena, la que fuera sede de los Sonics.
Los propietarios de los Thunder, como parte del acuerdo que les permitió trasladar el equipo, se habían comprometido a pagar 30 millones de dólares adicionales a la ciudad de Seattle si ésta aprobaba los fondos para renovar el Key Arena antes del pasado 31 de diciembre y no llegaba otro equipo de la NBA a la ciudad antes de 2013.
Finalmente, el dinero se quedará en los bolsillos de Bennett y sus socios y la posibilidad de que la NBA regrese en un futuro próximo a la ciudad del ‘grunge’ parece aún más remota que antes.