Los Lakers tienen varias ecuaciones que resolver este verano. Una de ellas es el jugador de origen dominicano Trevor Ariza, cuyo contrato expira al finalizar junio y que el 1 de julio se convertirá en agente libre sin restricciones, por lo que saldrá al mercado en un momento álgido de su cotización.
La cotización del alero formado en UCLA ha subido como la espuma durante esta temporada, especialmente en los playoffs, donde ha rendido a un nivel excelente. Lejos quedan los 3,1 millones de dólares que el de Florida cobró esta campaña, pues su rendimiento elevará su contrato de forma considerable.
Lo que ocurre es que a los Lakers se les presenta un problema peliagudo. Tienen que intentar atar este verano a Odom y Ariza y ya tienen comprometidos para la próxima temporada más de 70 millones de dólares en salarios, por lo que excederán el límite salarial establecido y tendrán que pagar su exceso presupuestario en forma de multa (tasa de lujo). La pregunta es hasta dónde están dispuestos a llevar ese exceso salarial.
Ariza quiere seguir
Ariza, como no podría ser de otro modo, está encantado en L.A y no quiere alejarse ni por asomo del universo Laker. Lo ha expresado sin tapujos al decir que no sólo son importantes las condiciones económicas. “Me gustaría seguir. El dinero es importante, este es nuestro trabajo, pero construí un vínculo afectivo con mis entrenadores y mis compañeros. Tenemos un buen equipo y creo que seremos buenos durante mucho tiempo”, ha asegurado el 3 de los Lakers.
El joven alero, todavía tiene 23 años, llegó a los Lakers en noviembre de 2007 procedente de Orlando Magic y desde entonces su juego no ha parado de crecer hasta alcanzar un gran nivel y un título de la NBA. En los recientes playoffs ha promediado 11,3 puntos por partido y ha resultado decisivo en los momentos calientes de la final, demostrando que no es un jugador que se amilane en los grandes momentos. Y esa es una cualidad que suele reflejarse en forma de dinero en un contrato.
El jugador lo tiene clarísimo: quiere seguir donde está. Ayer mantuvo una reunión con su entrenador, Phil Jackson, y con el general manager del equipo, Mitch Kupchak, un encuentro que no pudo ser más positivo, algo lógico teniendo en cuenta la atmósfera de 'paz y amor' que se respira en la franquicia tras el título.
“Sentí mucho cariño”, ha asegurado Ariza a los medios estadounidenses cuando se le ha preguntado por el encuentro con Jackson y Kupchak. “Me dijeron que mejoré mucho. Están felices por el modo en el que jugué y por cómo fui capaz de ayudar al equipo”.
Una cuestión de dinero
El problema, como ya advertimos, está en la coincidencia en las renovaciones de Lamar Odom y Trevor Ariza, que este año cobraron 14,1 millones y 3,1. Es obvio que el salario de Ariza se va a disparar y también es evidente que si Lamar Odom quiere permanecer en la plantilla, deseo que ya ha expresado claramente, tendrá que rebajar sus pretensiones económicas, ya que si no lo hace su renovación será misión imposible.
Kupchak es consciente de todo ello. El general manager de los angelinos se reunió con el propietario del club, Jerry Buss, hace un par de meses, pero entonces no se sabía cómo iban a discurrir los playoffs, cómo iba a ser el rendimiento del equipo y de los jugadores a nivel particular.
Por eso, Kupchak y Buss se reunirán la próxima semana o dentro de un par de semanas para determinar los criterios salariales de cara a la próxima campaña.
El general manager de los Lakers es consciente de que habrá que tomar decisiones difíciles, pero es optimista: “Con un poco de suerte, tendremos la capacidad de conservar al equipo relativamente intacto”, dice. Ése es, sin duda, el gran reto de los Lakers este verano.