JORNADA NBA / TEMPORADA REGULAR 2008-2009

Rudy Fernández roba protagonismo a Greg Oden y lidera el triunfo de Portland con 25 puntos

Atlanta pierde su imbatibilidad con una canasta de Paul Pierce anotada a 5 décimas del final

Multitudinaria trifulca en el partido que enfrentó a Phoenix y Houston en Arizona

hispanosnba.com |

Era la noche de Greg Oden. Volvía a las canchas tras una pequeña lesión dispuesto a anotar su primera canasta en la NBA. Pero un compañero de equipo, el español Rudy Fernández, también novato, le robó todo el protagonismo con una actuación sensacional que dio la victoria a Portland.

El escolta español ejerció de brillante sexto hombre y anotó 25 puntos, 14 de ellos en un último cuarto en el que fue el jugador clave. Su conexión con su compatriota Sergio Rodríguez se dejó notar en ese último cuarto y resultó fundamental en el triunfo de los Blazers en Miami.

Al norte de Miami, pero también en el Este del país, se vivió un duelo por el liderato de la Conferencia. Boston derrotó en el último suspiro a Atlanta y le privó de seguir invicto. No fue la noche de Horford, que anduvo muy gris tras protagonizar en el partido anterior su mejor actuación en la NBA.

Y muy lejos del Este, en Arizona, los Houston Rockets, con un buen trabajo de Scola en defensa y una discreta tarea en ataque, derrotaron a los Suns de Phoenix. El partido resultó muy tenso y dejó las imágenes más tristes de la jornada, ya que al final del tercer cuarto los jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una pelea multitudinaria.

Miami 96 Portland 104

Llegó la gran noche de Rudy Fernández, y eso que ya había protagonizado en su corto recorrido en la NBA alguna que otra notable actuación. Pero la de anoche, en partido televisado por la ESPN, fue, sin duda, su gran carta de presentación ante el público estadounidense tras su portentosa actuación en la final de los Juegos Olímpicos.

El escolta mallorquín ejerció de sexto hombre estelar. Lo hizo anotando 25 puntos en 29 minutos, 14 de ellos en el decisivo último cuarto en el que su asociación con el base español Sergio Rodríguez resultó crucial.

Esa asociación va a dar muy buenos dividendos esta temporada a Portland y puede ser la tabla de salvación de Rodríguez, que rindió a un gran nivel anoche y mostró a su entrenador, Nate McMillan, que si prorroga los minutos en cancha al unísono del dúo español, Rodríguez se crece y el rendimiento de Fernández aumenta también exponencialmente.

Rudy no sólo anotó 25 puntos. También robó 2 balones y colocó un soberano tapón a Wade, la estrella local. Además, fue de menos a más en el partido y con el paso de los minutos se empezó a mostrar infalible hasta llevar sus porcentajes a muy buenos términos: 7 de 11 en el tiro de campo –con 3 de 7 en triples- y 8 de 8 en tiros libres.

Por si fuera poco anotó una de las canastas decisivas. Fue una jugada de orfebre, pura filigrana plena de técnica individual. Con 92-96 a favor de su equipo, Fernández botó la pelota más allá de la línea de 3, penetró por el centro, fabricó un reverso maravilloso y culminó el reverso con un tiro en suspensión desde cerca de 6 metros de distancia que entró limpio cuando expiraba el reloj de posesión. Restaban 44 segundos para el final.

Fue el primer paso hacia la victoria. Un paso que fue completado poco después por Blake con un triple y por Roy y el propio Fernández con 4 tiros libres.

Mientras, el otro hispano del partido, Sergio Rodríguez, jugó más de lo habitual. Se fue hasta los 19 minutos, y lo más importante es que jugó 11 minutos en el último cuarto. En ese período dio 3 asistencias a Rudy Fernández, incluido un maravilloso alley-oop. Terminó con buenos números: 5 puntos, 2 rebotes y 5 asistencias. No falló un solo tiro y sólo perdió 1 balón, faceta ésta en la que está mejorando notablemente.

La victoria foránea también tuvo otro nombre. Y es que Brandon Roy volvió a brillar. Logró 22 puntos y ejerció de líder, aunque esta vez dejara parte de sus galones en manos de Rudy Fernández.

Con todo esto, relegada, y mucho, queda la reaparición de Greg Oden, que anotó 3 puntos en los 16 minutos que jugó, sus primeros puntos en la NBA, que llegan ¡504 días después de ser elegido número 1 del draft!.

Al otro lado de la cancha, los Heat de Erik Spoelstra lucharon por no perder de vista a su rival en el marcador, pero el esfuerzo resultó demasiado localizado en la figura de Dwyane Wade, que encandiló a todos con 36 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones. Wade fabricó una serie de jugadas memorables, casi de dibujos animados. Pero sólo estuvo acompañado por el novato Michael Beasley (14 puntos con 2 de 2 en triples) y puntualmente por Quinn y Cook.

Boston 103 Atlanta 102

Paul Pierce está en racha. Anoche sufrió ese fantástico estado de forma Atlanta, que si no hubiera sido por el alero californiano hubiera mantenido su imbatibilidad ganando en el Garden a los actuales campeones, lo que hubiera sido toda una declaración de intenciones.

Aún así, el partido de los Hawks ya fue una declaración seria de lo que se propone este equipo. Ya la temporada pasada los chicos de Mike Woodson fueron los que pusieron en más aprietos a los Celtics en los playoffs, ya que cayeron en primera ronda por un apretadísimo 4-3.

Pues bien, anoche Atlanta demostró que su balance de 6-0 no era producto de una buena racha puntual. Y es que el equipo de Horford luchó de tú a tú con el equipo céltico.

Y eso que no fue, ni mucho menos, el partido del jugador dominicano. Horford venía de firmar su actuación soñada en la NBA y se encontró de sopetón con la dura realidad de enfrentarse a los Celtics.

Metido durante el partido en problemas serios por las faltas personales, Horford rindió a muy bajo nivel (5 puntos, 3 rebotes y 2 tapones en 23 minutos). Además, fue el jugador que sufrió en sus carnes a Pierce en la última jugada del partido.

Atlanta ya soñaba con la victoria. Un magnífico triple de Marvin Williams desde la esquina derecha del ataque visitante había puesto por delante a los Hawks a falta de 7 segundos para el final (101-102). Pero llegó el bueno de Pierce.

Tiempo muerto de Doc Rivers, balón de banda y último tiro para Pierce, que bota a 8 metros de la canasta, se escora a la derecha y con Horford delante se enchufa un canastón a unos 6 metros del aro. El balón entra limpio a 5 décimas de que suene la bocina. Los Celtics han vuelto a ganar.

Hasta llegar a ese momento clave, los locales tuvieron que regresar a los hábitos de los grandes partidos. Y es que, como sucediera ante Toronto, la exigencia máxima del rival llevó a los de Rivers a apoyarse sobremanera en su trío de estrellas. Pierce, Garnett y Ray Allen sumaron 76 de los 103 puntos de su equipo y tiraron, a pesar de no abusar del tiro, 47 de los 76 lanzamientos célticos.

Pero entre ellos hubo matices. Pierce volvió a ejercer de ‘killer’ con 34 puntos y su canasta final, Garnett estuvo fantástico (25 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias) y Ray Allen un tanto irregular (17 puntos y 7 rebotes, pero otra vez mal en los triples –1 de 9- y un tanto estático en el triple de Williams, al que llegó tarde). Sólo Rondo se unió a esta nómina al repartir 10 asistencias.

Mientras, en el equipo dirigido por Woodson, Joe Johnson anotó 28 puntos y dio 7 asistencias (si bien encestó 9 de sus 23 intentos), Bibby dirigió al equipo de forma más que correcta, Williams estuvo bien y los suplentes Evans y Murray volvieron a exhibir su regularidad en el juego.

Los Hawks (que anotaron 13 triples de 22 intentos) llegaron a dominar por 16 mediado el segundo cuarto (28-44 a 7:01 del descanso). Pero fue ahí donde salió a relucir el espíritu ganador de un equipo campeón, y los Celtics endosaron un parcial de 18-2 a su rival que equilibró la contienda (46-46 a 1:41 del ecuador). Ahí fue importante la colaboración coyuntural de Perkins –6 puntos en esos minutos-.

Phoenix 82 Houston 94

Houston consiguió una meritoria victoria en Arizona, pero dejó una mala imagen deportiva, al igual que su rival.

Ambos equipos empobrecieron su imagen en un abrir y cerrar de ojos. Restaban 27 segundos para la conclusión del tercer cuarto cuando la tensión en la cancha alcanzó su cénit y los dos equipos se enzarzaron en plena cancha en una multitudinaria tángana que resultó bochornosa. Lo único positivo fue que los insultos y empujones no pasaron a mayores en forma de patadas y puñetazos. Quien no se consuela es porque no quiere.

El origen de la trifulca fue un empujón que propinó, sin venir a cuento, Barnes sobre Alston. Entonces, Nash –que estaba caliente por un bloqueo que le había hecho McGrady en una jugada anterior- atravesó la cancha a la carrera en busca de una justicia imposible. Y todo se lió.

T-Mac se fue a por Nash y le pegó un empujón que llevó al canadiense al suelo. Y como la ley del más fuerte sigue un signo ascendente difícil de parar llegó Shaquille O’Neal y acabó con el abuso de McGrady con otro abuso, empujando al jugador de los Rockets que dio con sus huesos en el suelo como si fuera un pelele.

Menos mal que los árbitros y el entrenador local, Terry Porter, reaccionaron a tiempo y se interpusieron en los empujones entre Alston y Barnes. Una acción que también hizo Yao Ming, que parecía un padre separando a sus dos hijos pequeños. Aunque de poco le sirvió porque en su pasión desbocada O’Neal también empujó por la espalda al chino.

El resultado: Barnes y Alston expulsados y McGrady, Nash y O’Neal sancionados con una técnica.

No fue ésta la mejor manera de festejar por parte de O’Neal una noche de leyenda. El pívot de Phoenix desbancó anoche del décimo puesto de anotadores de la historia de la NBA a Havlicek y ahora se encamina a por el noveno, que es Dominique Wilkins.

Tras esta prolija explicación de lo inexplicable quedémonos con el partido. Y es que McGrady, además de pelearse, también desarrolló otras facetas mucho mejores. El escolta de los Rockets resucitó tras haber firmado un horrendo 1 de 16 en el tiro en los 2 últimos partidos. Anotó 27 puntos (11 de 18 esta vez) y logró 22 de esos 27 puntos en la segunda parte, siendo el artífice del despegue visitante en el tercer cuarto al enchufar 15 puntos y llevar a los suyos a la máxima ventaja en el marcador (55-74 a la conclusión del tercer cuarto).

Ming terminó con 17 puntos y 15 rebotes y la pareja de bases del equipo texano rayó a gran altura (Alston 15 puntos y Brooks 19, aunque no dio ni una sola asistencia).

Mientras, el argentino Luis Scola desarrolló una importante labor defensiva ante Amare Stoudemire, pero anduvo parco en ataque (2 puntos y 4 rebotes). Aunque peor le fueron las cosas a Artest (1 de 12 en el tiro de campo).

El gran entramado defensivo del conjunto de Rick Adelman desbarató el ataque de los Suns. Buena muestra de ello fue el rendimiento de Nash (10 puntos y 3 asistencias) y Stoudemire (11 puntos y 9 rebotes). Y el porcentaje colectivo, que no alcanzó el 38% de efectividad en el tiro dinámico.

Así, resultó imposible ganar, a pesar de que Barbosa volviera a brillar -18 puntos- y O’Neal firmara un gran partido -18 puntos, 13 rebotes y 4 tapones-.