Ayer se enfrentaban, en el primer partido de la temporada, los Spurs de San Antonio y los Suns de Phoenix. Se volvían a ver las caras después de un tenso y emocionante duelo de playoffs en el final de la temporada pasada marcado por la táctica anti-Shaq del técnico de los Spurs, Gregg Popovich.
La táctica, bautizada como Hack-a-Shaq, no consistía en otra cosa más que en hacer faltas a O’Neal en cualquier lugar del campo con la finalidad de llevarle una y otra vez a donde más le duele, la línea de tiros libres.
Aquel esperpento no le funcionó del todo mal a los Spurs, que ganaron, pero en unas recientes declaraciones Shaq, prometía venganza por aquella táctica “cobarde”.
En la rueda de prensa previa al partido el tema salió y un periodista, en broma, propuso a Popovich que le hiciera falta inmediatamente después del salto inicial. Popovich se rió y le dijo que no era mala idea. Dicho y hecho.
Nada más realizarse el salto inicial, Finley se abrazó a Shaq y los árbitros pitaron personal. Un desoncertado O’Neal miró al banquillo de los Spurs y encontró la mirada de Popovich, con los pulgares levantados y sonriendo. Shaquille se unió a las risas del técnico de los Spurs. Sus rencillas, si es que existieron, parecieron quedar resueltas.
Al final, Shaq rió mejor porque fue el último en hacerlo, ya que los Suns se llevaron el partido y el anotó 5 de sus 8 tiros libres... por encima de su media.