JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Primera ronda Oeste

New Orleans Hornets elimina a Dallas liderado por un triple-doble del mágico Chris Paul

El base concluye el partido con 24 puntos, 15 asistencias y 11 rebotes

Termina la temporada para el puertorriqueño Barea, que no jugó

hispanosnba.com |

New Orleans Hornets 99 Dallas Mavericks 94 (4-1)
NEW ORLEANS: Paul (24), Peterson (6), Stojakovic (11), West (25), Chandler (10) -cinco inicial- Pargo (17), Wright (6), Wells y Armstrong.
DALLAS: Kidd (14), Terry (13), Howard (12), Nowitzki (22), Dampier -cinco inicial- Bass (11), Stackhouse (11), George (11) y Lue.
Parciales: 28-22, 26-17, 17-24 y 28-31.

Noche redonda para el entrenador de los Hornets, Byron Scott, que al inicio del partido recibió el trofeo que le acredita como mejor entrenador de la temporada y que al final del encuentro se convirtió en el primer técnico que logra que la franquicia acceda a las semifinales de conferencia tras ganar su equipo a Dallas Mavericks por 99 a 94 en el partido y 4-1 en la serie eliminatoria.

Se lo ha merecido a pulso el que fuera gran jugador de la época dorada de los Lakers, allá por los 80. Su trabajo como técnico ha sido espectacular, pero también es verdad que todo ello no hubiera sido posible de no contar en su plantilla con un jovencito absolutamente deslumbrante: Chris Paul, el mejor base de la NBA sin discusión alguna.

El crecimiento de este jugador se auguraba rápido, pero no tan rápido ni de tal magnitud. Porque el salto de calidad ofrecido por Paul esta temporada ha sido brutal. Y como muestra un botón. Anoche, en el partido que ha decidido la primera ronda, por lo tanto en un encuentro crucial, el jovencito Paul se marcó un triple-doble, algo que sólo está al alcance de los más grandes. El base formado en Wake Forest destrozó a los Mavericks de Dirk Nowitzki y envió a su casa al puertorriqueño José Juan Barea, que no saltó a la cancha. Barea se despide de la temporada con la alegría parcial de haber disputado, al menos, unos minutos de playoffs, pero con la incertidumbre de no saber cuál será su futuro en la liga, ya que concluye contrato.

Pero a la fuerza hay que volver a Paul y sus números: 24 puntos, 11 rebotes y 15 asistencias y un dato que, al añadirlo, magnifica tan gloriosa actuación: robó 2 balones y no perdió ninguno en los 44 minutos que estuvo en cancha. Que un jugador con las facultades creativas de Paul, que está tanto tiempo con el balón en sus manos generando juego y que arriesga tanto en ocasiones no perdiera ninguna posesión con esa minutada en cancha se acerca a lo asombroso y denota un rasgo de madurez impropia de su edad. Y por si fuera poco tuvo buenos porcentajes de tiro.

Ha sido Paul el arma de destrucción masiva que ha dejado asolado el territorio de los Mavs. En los cinco partidos de la serie, el base de Winston-Salem se ha ido a unos promedios apabullantes: 24,6 puntos, 12 asistencias, 5,6 rebotes y 2 robos, con un 50% de acierto en el tiro de campo. Ha fabricado 1 triple-doble y 3 dobles-dobles. Ha dominado. Y lo ha hecho ante el gran Jason Kidd, lo que acrecienta su mérito.

La imagen del partido y de la eliminatoria se produjo al concluir el quinto encuentro. Kidd se acercó a Paul y le felicitó deportivamente. Lo hizo con cariño y dio la sensación de que ese gesto era más la entrega de una posta que una felicitación común. Era la imagen misma del relevo generacional.

Dallas lucha hasta el final

A pesar de la derrota hay que alabar la actitud de Dallas en los últimos minutos de un  partido en el que ya perdían al descanso por 15 (54-39) y que tras remontar en parte en el tercer tiempo, volvieron a perder claramente mediado el último cuarto. Otro equipo hubiera arrojado la toalla, pero los Mavericks quisieron irse de la temporada con una mínima dignidad, una cuestión de vergüenza torera que no creemos, sin embargo, que pueda salvar la cabeza de su entrenador, Avery Johnson, al que, si no media sorpresa alguna, el propietario del club, Mark Cuban, va a poner de patitas en la calle.

Ese gesto final de revelarse ante un destino fatal otorgó cierto dramatismo a la eliminación de Dallas, que de otra forma hubiera pasado sin pena y sin gloria. Y es que los texanos perdían por 17 puntos a falta de 7 minutos para acabar el partido... y al final estuvieron en un tris de remontarlo.

El último cuarto comenzó con dominio local por 71-63. Nada más empezar Paul, que anotó 8 puntos en los últimos 12 minutos, ya había dado sus 15 asistencias, aunque el protagonista de la primera parte del último acto fue Jannero Pargo -¡qué gran serie ha hecho!, anoche otros 17 puntos-, que enchufó 8 tantos para llevar a su equipo a la máxima ventaja del encuentro: 84-67 a falta de 7 minutos exactos para la conclusión.

A partir de ahí, los locales dejaron en manos de sus estrellas el encuentro y todos los puntos de los Hornets en los últimos 4 minutos los metieron sus tres mejores hombres, es decir, Paul, West, que hizo otro grandísimo partido (25 puntos, 7 rebotes y 3 tapones) y Stojakovic, que estuvo muy flojo y sólo anotó 2 de sus 12 lanzamientos. Pero fue también ahí donde llegó el ataque de dignidad de los chicos de Avery Johnson, que en los últimos 7 minutos lograron ¡27 puntos!.

Fue, tal vez, el momento en el que las urgencias del veterano equipo texano y su esfuerzo por no irse a casa pudieron con las dudas del más inexperto conjunto de Louisiana al verse tan cerca del triunfo.

Ese juego a la desesperada estuvo liderado por un gran Devean George, que logró 11 puntos en los minutos finales, y, en menor medida, por Nowitzki, Kidd y Terry, que repartió 5 asistencias en los últimos 4 minutos.

De ese modo, jugando con fuego al borde de un precipicio, Dallas rubricó sus mejores minutos y 2 tiros libres de Brandon Bass dejaron el marcador en un apretadísimo 97-94. Restaban 33 segundos.

Y llegó la jugada decisiva, que cayó en manos, cómo no, de Chris Paul. Pero el base de los Hornets, apremiado por el tiempo de posesión, tuvo que hacer un tiro apurado a 8 segundos del final, que erró. Entonces apareció una mano. Esa mano fundamental no fue otra que la de Chandler (10 puntos, 14 rebotes y 3 tapones). El pívot de New Orleans palmeó el rechace desde debajo del aro hacia la línea de tres puntos y el jugador que anduvo más rápido y hábil para quedarse con la bola no fue otro que Paul, que encima tuvo la suficiente agudeza mental para pasar rápidamente el balón a Peja Stojakovic al que los visitantes no tuvieron más remedio que hacer falta personal a 5 segundos de la conclusión. Era un seguro de vida, ya que el serbio es el mejor lanzador de tiros libres de toda la NBA. Así fue. No falló. Y el partido y la eliminatoria se quedó en la ciudad del jazz.

En Dallas, el mejor volvió a ser Nowitzki -22 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias-. El jugador alemán ha repartido este año más juego que nunca, pero no le ha servido de nada.

Anoche, al menos, siete jugadores de los Mavs superaron la decena de puntos. Kidd mejoró sus prestaciones anteriores (14 puntos y 9 asistencias) y la suplencia rindió a un gran nivel con Bass, George y Stackhouse, aunque éste último terminó siendo expulsado a 1:47 del final al recibir su segunda técnica. Stackhouse tuvo unas palabras muy feas hace unos días contra el técnico rival, Byron Scott, pero el tiempo ha puesto de forma celérica a cada uno en su sitio. A Scott en la cumbre y a Stackhouse protagonizando un tristísimo final de temporada.

Los Mavericks caen por segundo año consecutivo en primera ronda. En Dallas "el verano va a ser largo". No lo decimos nosotros, lo ha dicho Dirk Nowitzki.