Los Angeles Lakers regresaron con rapidez a la senda de la victoria y lo hicieron en un partido ante un rival directo por el título, Dallas Mavericks, que se decidió en la prórroga por un apretado 108-104.
El choque, que tuvo aire de eliminatorias finales y no de liga regular, lo decidió un espectacular Kobe Bryant, que acabó con 52 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias.
Bryant protagonizó un duelo épico con Nowitzki, una pugna que en la parte final del último cuarto llegó a su punto culminante rozando el esperpento baloncestístico, es decir, el antibaloncesto.
En los últimos cuatro minutos del choque, y en menor medida en la prórroga, el partido se convirtió en un aburrido y predecible aclarado perpetuo: en un lado de la cancha para Bryant y en el otro para Nowitzki. Los amantes de lo individual debieron disfrutarlo, pero los que piensan que el baloncesto es un juego colectivo lo sufrieron a buen seguro.
La prueba es que Kobe Bryant firmó 22 puntos en el último cuarto y 8 más en la prórroga, mientras que Dirk Nowitzki anotó 12 de los últimos 14 puntos que su equipo encestó en el tiempo reglamentario y otros 9 más en el tiempo extra.
En el caso de Kobe llovía sobre mojado porque en el último partido que había enfrentado a Lakers y Mavericks, una semana antes de la llegada de Gasol a L.A, el escolta angelino ya le endosó a Dallas 40 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias.
En los Lakers, desaparecido Odom y toda la suplencia, que tan bien lo estaba haciendo, Bryant sólo contó como escudero con Gasol, que firmó grandes números: 17 puntos, 14 rebotes, 5 asistencias, 3 robos y 2 tapones, si bien su capacidad anotadora se vio muy mermada en la segunda parte del encuentro.
En los Mavericks, la estrella alemana recibió la ayuda de Terry (18 puntos), Jason Kidd (15 puntos, 11 asistencias, 6 rebotes y 4 recuperaciones) y un sorprendente Dampier (16 puntos y 17 rebotes). Stackhouse protagonizó un pobre partido y Josh Howard volvió a arrugarse en un encuentro de altura.
Final de infarto
Tras un tercer cuarto marcado por la dureza de las defensas y el ritmo de juego truncado en un partido ya de por sí muy trabado (se pitaron a lo largo de los 53 minutos 52 personales y los porcentajes de ambos equipos no alcanzaron el 40%), llegó el último período donde la figura de Bryant y más tarde de Nowitzki lo inundaron todo.
Sucesivos empates a 84, 86 y 88 trazaban una igualdad inquebrantable en unos minutos de abandono total del juego colectivo. A una canasta de Kobe respondía con otra el internacional alemán. Con 91-90, Gasol colocó un importante tapón a Stackhouse, pero en la jugada siguiente Odom completaba su anodino partido fallando dos tiros libres decisivos a 6,9 segundos de la conclusión. Sin embargo, el segundo error cayó en las manos, cómo no, de Bryant que provocó la personal y sí anotó los dos tiros libres para adelantar a los suyos por 93 a 90.
Entonces, Avery Johnson pidió su último tiempo muerto en el que trazó en la pizarra una jugada ideal y esa jugada imaginada en el mundo virtual se hizo real. Saque de banda, balón a Jason Kidd de espaldas a la canasta a unos seis metros del aro, una maraña de bloqueos que cortan a Odom para permitir que el base asista a Nowitzki y éste anote un impresionante triple a 2 segundos del final. Empate a 93 y prórroga.
En la prórroga más de lo mismo, aunque con aportaciones esporádicas de otros jugadores: Vujacic, Kidd y, sobre todo, Gasol, que hizo en los últimos 5 minutos 3 puntos, 4 rebotes y 1 asistencia.
Todo para llegar a un escenario muy similar al anterior. Kobe adelanta a los suyos 107-104 a 9 segundos del final. Tiempo muerto visitante. Nuevamente jugada ensayada para triple de Nowitzki, pero esta vez Phil Jackson encarga la misión de defender al alemán no a Odom sino a Gasol. Tras otra maraña de bloqueos, el español se queda un poco atrás, pero reacciona bien para puntear el triple del teutón, que no toca aro. Victoria para los Lakers y Bryant añade una nueva muesca a su revólver, un revólver que lleva trazas de convertirse en legendario.