
En la NBA, donde las lesiones pueden apagar carreras en un instante, Victor Oladipo emerge como un testimonio de resiliencia. A sus 33 años, el ex All-Star regresa al radar con actuaciones explosivas en la pretemporada, anotando 22 puntos por partido contra equipos de élite. ¿Podrá este guerrero superar el estigma de las lesiones y reclamar su trono en la liga? Su historia de redención despierta un debate que trasciende la cancha.
De promesa a estrella: El ascenso imparable de Victor Oladipo en la NBA
Victor Oladipo irrumpió en la escena profesional como un diamante en bruto. Nacido el 4 de mayo de 1992 en Maryland, de padres nigerianos, creció en un hogar humilde donde el baloncesto se convirtió en su escape. En 2013, fue seleccionado en la segunda posición del Draft NBA por los Orlando Magic. Su debut en la 2013-14 lo consolidó como novato elite: 13,1 puntos, 4,5 rebotes y 1,6 robos por juego, ganando un puesto en el equipo All-Rookie First Team. El verdadero despegue llegó tras un canje a Oklahoma City Thunder en 2016, donde promedió 16,4 tantos en media temporada.
Pero fue en Indiana Pacers, a cambio de Paul George en junio de 2017, donde se transformó en superestrella. En su primera campaña completa (2017-18), Oladipo promedió 23,1 puntos su récord personal, 5,2 rebotes, 4,3 asistencias y 2,4 robos, liderando la liga en este último rubro. Ese año, cosechó el premio al Jugador Más Mejorado, selección al All-Star, al All-NBA Third Team y al All-Defensive First Team. Su impacto defensivo era asfixiante: robos oportunos y presiones que desarmaban ofensivas rivales, mientras su tiro exterior (34,7% en carrera) abría espacios para penetraciones letales.
En 2018-19, pese a una racha inicial de 19 victorias seguidas para los Pacers, Oladipo se consolidó como All-Star de reserva, promediando 18,8 puntos. Su estilo versátil, escolta de 1,91 metros con atletismo élite, lo posicionaba como heredero de leyendas como Dwyane Wade. En total, en 504 partidos NBA hasta 2023, acumuló 16,9 puntos, 4,5 rebotes y 3,9 asistencias, con un 43,6% en tiros de campo. Pasos por Houston Rockets (2021-22), Miami Heat (2022-23) y breves traspasos a Oklahoma City y Memphis Grizzlies en 2024 lo mantuvieron en órbita, pero siempre acechado por el destino cruel de las lesiones.
Sombras y renacer: Las batallas contra el cuerpo que forjaron a un guerrero
El camino de Oladipo es un relato de triunfos truncados por el desgaste físico. En enero de 2019, durante un duelo contra Charlotte Hornets, sufrió una rotura del tendón cuadricipital derecho, ausentándolo 371 días. Aquella cirugía marcó el inicio de una espiral: solo jugó 52 partidos en 2019-20 (13,4 puntos) y 24 en 2020-21 (17,7), plagados de molestias en rodilla y tobillo. El golpe definitivo llegó el 23 de abril de 2023, en playoffs con Heat contra Bucks: una rotura del tendón patelar izquierdo en un movimiento no contactado, terminando su temporada y dudando su futuro.
Aquella lesión, la tercera mayor en cuatro años, lo dejó fuera de la 2023-24 completa. Traspasado a Thunder y luego a Rockets, firmó con Memphis en julio de 2024, pero una cirugía en abril de 2025 por complicaciones en rodilla lo marginó indefinidamente. Desde entonces, solo 142 apariciones regulares desde 2019, con un promedio de 12,9 puntos. Este calvario lo llevó al exilio temporal: en septiembre de 2025, firmó un contrato corto con Guangzhou Loong-Lions de la CBA china para la pretemporada NBA, uniéndose a veteranos como Justin Holiday y Frank Kaminsky. Su meta: demostrar que el fuego aún arde. En el debut el 6 de octubre contra San Antonio Spurs (derrota 119-88), Oladipo anotó 20 puntos, capturó 5 rebotes, repartió 3 asistencias y robó 5 balones.
Tres días después, ante Los Angeles Clippers (95-142), elevó la apuesta: 24 puntos en 27 minutos, con 2 de 4 en triples, más 5 asistencias y 2 robos. Promedios en dos juegos: 22 puntos, 2,5 rebotes, 4 asistencias, 3,5 robos y 1 bloqueo, al 51,6% en tiros. En una entrevista exclusiva el 10 de octubre, Oladipo desestimó el reloj: “No creo en la edad. El mundo dice que tengo 33, pero no me siento así. He pasado por mucho; te hace o te rompe, y yo elijo hacerme”. Añadió: “Sé que puedo ayudar a cualquier equipo en cualquier rol. Estoy listo, si soy honesto”. Su regreso no es solo personal; es un recordatorio de que las estrellas no se apagan fácilmente.