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Shaquille O’Neal sin filtros: El llamado urgente a Ayton que enciende a los Lakers
¿Es este el empujón que transformará al equipo, o un desafío que expone grietas internas?

Los Lakers, un equipo que lleva la presión del legado en cada balón, arrancaron la temporada 2025-26 con una derrota que dejó más preguntas que respuestas. En el centro de la tormenta está DeAndre Ayton, el nuevo pívot cuyo debut no cumplió las expectativas de una leyenda. Shaquille O’Neal, con su voz imponente, lanzó un mensaje que resuena en Los Ángeles: ¿es este el empujón que transformará al equipo, o un desafío que expone grietas internas? La respuesta podría definir el rumbo de los Lakers en el Oeste.

El debut que despertó críticas: Ayton bajo el microscopio en Los Ángeles

El 21 de octubre el Crypto.com Arena vibró con el arranque de la temporada NBA, pero el enfrentamiento contra los Golden State Warriors terminó en decepción para los Lakers. El marcador final, 119-109, reflejó un colapso en la segunda mitad, donde los angelinos cedieron terreno tras un comienzo competitivo. Luka Doncic, la nueva cara del equipo, brilló con una actuación estelar, liderando con autoridad. Austin Reaves complementó con solidez, manteniendo a flote la ofensiva. Sin embargo, el resto del roster, incluido el nuevo centro DeAndre Ayton, no estuvo a la altura de las exigencias de un duelo clave.

Ayton, adquirido por los Lakers en el verano tras un paso por Portland, debutó con una actuación discreta 10 puntos y 6 rebotes. En 34 minutos, mostró destellos de su talento, pero también carencias que no pasaron desapercibidas. Su eficiencia en el tiro fue sólida, pero sus errores en la entrega del balón y su impacto limitado en defensa y rebotes dejaron un sabor amargo. En un equipo que depende de la presencia interior para contrarrestar las dobles marcas sobre Doncic y, eventualmente, LeBron James (ausente por ciática en el debut) la producción de Ayton resultó insuficiente. Este desempeño encendió las alarmas en un vestuario que busca redefinirse tras la salida de Davis, quien había sido el ancla defensiva durante cinco temporadas.

La llegada de Ayton a los Lakers, en un traspaso que involucró a jugadores y selecciones futuras, fue vista como una solución para el hueco en la pintura. Su historial como primera selección del Draft de 2018 y su experiencia con Phoenix y Portland sugerían que podría ser el pívot moderno que Los Ángeles necesitaba: móvil, capaz de anotar en media distancia y proteger el aro. Sin embargo, su debut frente a Golden State, un equipo conocido por su intensidad y ritmo, expuso las áreas donde debe evolucionar para encajar en un sistema que exige dominio físico en ambos lados de la cancha.

El mensaje de Shaq: Un desafío directo para transformar a los Lakers

Shaquille O’Neal, cuatro veces campeón de la NBA y figura icónica de los Lakers, no esperó ni 24 horas para alzar la voz. Durante una transmisión de ESPN el 22 de octubre, el exjugador se dirigió directamente a Ayton con un tono que mezclaba exigencia y aliento. “DeAndre, escucha: tienes que subir el nivel. Rebotea, bloquea tiros y domina”, afirmó, subrayando que el centro no lleva la presión principal gracias a la presencia de Doncic y Reaves, quienes atraen defensas dobles. Shaq criticó específicamente la tendencia de Ayton a optar por tiros de media distancia en lugar de aprovechar su físico en la pintura, especialmente contra defensores más pequeños, una táctica que desaprovechó oportunidades claras en el debut.

El mensaje de O’Neal no es solo una opinión; es un eco del estándar que él mismo estableció en Los Ángeles, donde su dominio en la pintura llevó a tres títulos consecutivos entre 2000 y 2002. Para Shaq, Ayton, apodado “DominAyton” en un intento de encender su chispa, debe abandonar su estilo de anotador perimetral y abrazar un rol de fuerza interior. Este cambio, aunque desafiante, es crucial para los Lakers, que enfrentan un Oeste feroz donde equipos como Denver, Oklahoma City y Minnesota castigan cualquier debilidad en la pintura. La advertencia de O’Neal también pone en perspectiva las expectativas sobre Ayton. A sus 27 años, el bahameño tiene el talento para ser un pívot élite, pero su consistencia ha sido cuestionada desde sus días en Phoenix.

En Portland, mostró mejoras en su juego, pero no alcanzó el nivel de impacto que los Lakers necesitan para competir por un campeonato. Con LeBron James acercándose al final de su carrera y Doncic como nuevo eje, Ayton enfrenta un ultimátum: adaptarse o arriesgarse a ser el eslabón débil en un proyecto ambicioso. Si no responde al llamado de Shaq, los Lakers podrían volver a buscar un centro, un problema recurrente desde el traspaso de Davis.

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