
Russell Westbrook, el base de 36 años que ha definido una era en la NBA con su intensidad inquebrantable, ha destapado la razón sobre su adiós a los Nuggets. Tras un año de contribuciones mixtas en Denver, su decisión de declinar una opción contractual de 3.5 millones de dólares desató especulaciones. ¿Fue orgullo herido o cálculo frío? Esta confesión post-partido, en medio de un duelo contra su exequipo, expone las fisuras de un vestuario y cuestiona si su partida fue mutuamente liberadora o un error estratégico para los campeones de 2023.
El regreso cargado: un rendimiento que habla por sí solo
El Ball Arena, testigo de la coronación de 2023, se convirtió en escenario de un reencuentro tenso el 3 de noviembre de 2025. Russell Westbrook, ahora con los Sacramento Kings en un contrato mínimo de un año firmado el 16 de octubre, pisó la cancha como titular y dejó su huella: 26 puntos con un 10 de 17 en tiros de campo, 12 rebotes, seis asistencias y dos robos en 37 minutos. Esta actuación, su mejor con Sacramento hasta la fecha, no bastó para la victoria, los Kings cayeron 130-124, dejando su récord en 2-5, pero sirvió de podio para su desahogo.
Westbrook, que promedió 13.3 puntos, 4.9 rebotes y 6.1 asistencias en 75 juegos la temporada pasada con Denver, 36 como titular, su máximo desde 2021-22, describió su paso por Colorado como “genial”. Sin embargo, la calidez se diluyó rápido: “Supongo que mucha gente no pensó lo mismo. No son rumores: la verdad es que no me querían de vuelta”. Reveló que la directiva le aconsejó explícitamente no ejercer la opción para 2025-26, una suma modesta, pero con un impacto salarial mínimo para el equipo. “Me dijeron que no lo hiciera. Nunca me quedo donde no se me quiere”, añadió, enfatizando respeto sobre lealtad.
Esta franqueza, ante micrófonos tras el pitido final, resalta un Westbrook que, a sus 36 años y en su 18ª temporada, prioriza dignidad sobre estabilidad. Su salida, consumada en junio de 2025, dejó a Denver con un hueco en la rotación de banquillo, pero también liberó espacio salarial para fichajes como Bruce Brown o Valanciunas. Quedó sin equipo durante meses, generando dudas sobre el fin de su carrera, hasta que Sacramento lo acogió como motor de un proyecto que genera mucha expectativa a pesar de su arranque irregular.
Fisuras en el vestuario: favoritismo y tensiones que hirvieron a fuego lento
La verdad de Westbrook no surge en vacío: informes de abril de 2025 pintan un panorama de fricciones que erosionaron su estadía en Denver. El entrenador David Adelman, en su momento respaldó a Westbrook pese a sus altibajos, sin embargo, errores críticos en playoffs contra Oklahoma City, donde lanzó 35% de campo y 22% en triples lo colocaron en el ojo del huracán. Incluso, un incidente en el vestuario durante los playoffs avivó rumores. Gordon defendió públicamente a Westbrook como “buen compañero”, pero el eco de “inmaduro” atribuido a un anónimo dentro del vestuario de los Nuggets alimentó narrativas de toxicidad.
Westbrook, conocido por su fuego competitivo, logró desarrollar una química especial con Jokic, el serbio también lo elogió: “Fue genial verlo; tuvimos buena conexión en poco tiempo”, pero para algunos expertos, chocaba con la necesidad de cohesión en un equipo que aspiraba a repetir título.
Esta dinámica explica su elección: declinar la opción no fue capricho, sino respuesta a una señal clara de no pertenencia. Para Denver, que terminó eliminado por los actuales campeones los Thunder en los Playoffs pasados, su ausencia permite flexibilidad en varios aspectos, pero al mismo tiempo pierde una pieza del banco que puede generar ofensiva. “Dios tiene un plan; si no me quieren, otros sí” también afirmó Westbrook.





















