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Química Lakers en riesgo: El comentario de Ayton que causa intriga en el equipo
DeAndre Ayton llegó a los Lakers en verano como una solución inmediata para la pintura

En el universo de los Lakers, donde las expectativas por un título NBA rozan el cielo, un simple comentario de DeAndre Ayton ha encendido alarmas. Casi dos semanas después del inicio del campamento de entrenamiento, el nuevo pívot admite no haber compartido cancha con LeBron James ni Luka Doncic. Con lesiones y descansos retrasando la integración, ¿se avecina un arranque tambaleante para los angelinos? Este detalle sutil podría ser el hilo que deshaga su ambicioso proyecto.

La espera de Ayton: Ausencias que frenan la conexión en los Lakers

DeAndre Ayton llegó a los Lakers en verano como una solución inmediata para la pintura, firmando un contrato de dos años por 16,6 millones de dólares tras un acuerdo de rescisión con los Portland Trail Blazers. A sus 27 años, el bahameño de 2,11 metros representa estabilidad: en siete temporadas NBA, ha promediado dobles-dobles cada año, con 16,4 puntos y 10,5 rebotes por partido en total. En Portland, donde jugó 95 encuentros en dos campañas, registró 15,7 tantos y 10,7 capturas, aunque su inconsistencia defensiva y ausencias por esfuerzo lo llevaron a solicitar el buyout.

Su incorporación pretendía reforzar a un equipo que, en la 2024-25, sufrió en el interior tras el traspaso de Anthony Davis a Dallas por Luka Doncic en un movimiento que sacudió la liga. Jaxson Hayes, el titular habitual, ofreció una producción irregular, dejando expuesta la necesidad de un ancla mucho más contundente. Ayton, con su juego interior y capacidad para capturar rebotes ofensivos, encaja en el esquema de JJ Redick, quien lo ve como complemento ideal para las asistencias de James y Doncic.

Sin embargo, el campamento ha sido un rompecabezas incompleto. Durante una práctica en el UCLA Health Training Center, Ayton confesó a periodistas: “No lo he hecho. Es algo que estoy esperando”. Se refería a las sesiones en pista con los astros del equipo. Redick aclaró que Ayton compartió un par de días con Doncic la semana anterior, pero nada regular, y cero minutos con James. Esta admisión, en vísperas de la pretemporada, resalta un vacío que podría complicar la fluidez ofensiva de los Lakers, un aspecto clave tras su eliminación en primera ronda ante Minnesota en la pasada temporada, donde perdieron por tamaño.

Lesiones y estrategias: El impacto en la dinámica de los Lakers

La intriga se agrava con los motivos detrás de estas ausencias. LeBron James, de 40 años y en su temporada 23, padece ciática en el lado derecho, diagnosticada como irritación nerviosa en el glúteo. Los Lakers anunciaron que estará fuera tres a cuatro semanas, perdiendo al menos los primeros cinco o seis juegos regulares, incluido el debut el 21 de octubre ante Golden State. James no ha completado una práctica plena desde el arranque del campamento el 28 de septiembre, limitándose a trabajos individuales. Redick lo describió “en su propio cronograma”, priorizando una recuperación cautelosa para un jugador que, pese a su longevidad, mostró signos de fatiga en playoffs.

Doncic, de 26 años, acumula ausencias por “gestión de carga” tras liderar a Eslovenia en el EuroBasket 2025, donde promedió 28,3 puntos. No jugó los dos primeros amistosos (derrotas 103-81 ante Phoenix y 111-103 ante Warriors), ni las prácticas iniciales, enfocándose en acondicionamiento individual. Recordemos que su llegada a Los Ángeles fue en febrero de 2024 (mitad de temporada), ahora, en su primer campamento completo, el retraso frena la química con Ayton, quien debutó con números modestos: un punto, ocho rebotes y dos tapones ante Suns; siete tantos, siete capturas y dos bloqueos contra Warriors.

Estos huecos generan preocupación en un roster que aspira a ser contender en el Oeste. Ayton, optimista, ve potencial: “Ambos promedian nueve asistencias; me convertirán en superestrella”. Pero expertos señalan riesgos: sin sincronía en “pick and Rolls”, los Lakers podrían repetir vulnerabilidades del año pasado. Redick, exjugador convertido en técnico, insiste en la adaptabilidad: “Juegas las cartas que te tocan”. Con refuerzos como Marcus Smart (tendinopatía de Aquiles) y Adou Thiero (rodilla), el equipo prueba rotaciones, pero la ausencia de los líderes diluye la identidad. Este comentario de Ayton no es alarma roja, sino recordatorio: en una liga de detalles, la química se forja en la cancha, no en declaraciones.

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