Dentro del ecosistema de los Lakers, donde la salud de las estrellas dicta el pulso de una temporada entera, la sombra de una lesión crónica se alarga sobre el Crypto.com Arena. LeBron James, la leyenda de 40 años que ha redefinido la longevidad en la NBA, enfrenta un obstáculo que trasciende lo físico: una irritación nerviosa en el lado derecho que lo mantiene al margen. Con Luka Doncic también lesionado y un récord de 2-2, esta actualización médica no solo retrasa su debut, sino que invita a cuestionar si Los Ángeles puede sostener sus aspiraciones al título sin su liderazgo.
El origen y el avance de una lesión que no perdona
La condición que afecta a James se remonta a finales de julio, durante una sesión de entrenamiento individual en las instalaciones de los Lakers. Lo que comenzó como un pinchazo en la zona lumbar evolucionó rápidamente en una inflamación del nervio ciático derecho, un malestar que se irradia desde el glúteo hasta la pierna, provocando debilidad muscular, entumecimiento y dolor agudo. A sus 40 años, en plena temporada 23 de su carrera, James es particularmente vulnerable: el desgaste acumulado de más de 1.500 partidos regulares y 282 de playoffs, sumado a su estilo de juego explosivo, acelera el riesgo de irritaciones nerviosas.
El anuncio inicial llegó el 9 de octubre, apenas días antes del debut de temporada contra Golden State. Los médicos del equipo estimaron tres a cuatro semanas de reposo, con reevaluación a principios de noviembre. James, quien no ha participado en ninguna práctica completa desde el inicio del campamento, optó por un enfoque conservador: sesiones de fisioterapia diaria, antiinflamatorios y ejercicios de fortalecimiento del core para aliviar la compresión en la columna. El entrenador JJ Redick, en su segundo año al mando, lo describió como “su propio cronograma”, priorizando la salud a largo plazo sobre un regreso precipitado.
La revisión médica más reciente, divulgada el 27 de octubre, confirma que el progreso avanza en la dirección correcta, pero sin atajos. Fuentes cercanas al equipo indican que James podría necesitar otras tres semanas adicionales, apuntando a un retorno alrededor del 15 de noviembre. Esto implica al menos ocho partidos más en la grada, incluyendo duelos clave contra Portland, Minnesota y Memphis. En total, su ausencia inicial suma cerca de un mes, un hito inédito en su carrera: nunca antes había perdido el opening night por lesión. Esta patología, que afecta al 40% de la población en algún momento, es especialmente traicionera en atletas de élite.
Los Lakers en modo supervivencia: Ausencias dobles y un Oeste implacable
Sin James, los Lakers han navegado un inicio irregular: derrota 119-109 ante Warriors, victoria 128-110 sobre Timberwolves, victoria 127-120 frente a Kings, impulsados por los 51 puntos de Austin Reaves y tropiezo 122-108 contra Portland. Con un balance de 2-2, ocupan el sexto puesto en la Conferencia Oeste, a un juego del líder Denver. La profundidad ha sido clave: Reaves emerge como anotador principal con 24,7 puntos de media en sus dos salidas, mientras DeAndre Ayton, fichado en verano por dos años, aporta 18,5 puntos y 12,2 rebotes en la pintura.
Pero la tormenta se agrava con la baja de Luka Doncic. El esloveno de 26 años, arrastra un esguince en el dedo izquierdo y contusión en la pierna inferior desde el duelo ante Kings. Su diagnóstico: al menos una semana fuera, con reevaluación el 2 de noviembre, lo que lo margina de cuatro encuentros más. Doncic arrancó explosivo 43 puntos en el opener y 49 ante Minnesota, rompiendo el récord de franquicia con 92 tantos en dos juegos, pero su ausencia deja a los Lakers sin su principal creador: 46 puntos, 11,5 rebotes y 8,5 asistencias de media.
La preocupación máxima radica en el calendario: noviembre trae a Celtics, Knicks y Suns, rivales directos por el top-4. Sin James y Doncic sincronizados quienes combinaron 72 puntos de media en playoffs pasados, los Lakers arriesgan un inicio hundido, similar al 2021-22 (2-5). El regreso de James a mediados de noviembre no solo restaurará el equilibrio ofensivo, sino que validará la apuesta de un roster diseñado para la postemporada. En Los Ángeles, donde las leyendas se miden en anillos, esta pausa nerviosa podría ser el catalizador para una narrativa de redención.
Freddy Díaz, nacido en Caracas, Venezuela, es un apasionado del deporte con 5 años de experiencia en creación de contenido, redacción de noticias, editoriales y pronósticos deportivos. Especializado en baloncesto, disciplina que practica desde los 8 años, vive y siente el deporte como parte esencial de su vida. Su conocimiento práctico y analítico lo convierten en una voz autorizada, combinando experiencia en la cancha con una sólida trayectoria en el mundo del periodismo y análisis deportivo.
