
El 11 de octubre de 2020 los Los Angeles Lakers levantaron su decimoséptimo campeonato al vencer a Miami Heat (4-2) y coronar una temporada que terminó en la ahora famosa “burbuja” de Orlando. LeBron James fue elegido MVP de las Finales tras un cierre con triple-doble en el partido decisivo, pero cinco años después el título no ha perdido su capacidad de generar debate. Para una parte del público y de algunos dirigentes sigue siendo menos “comparable” que otros anillos; para otros, la circunstancia no disminuye el mérito deportivo.
El contexto que convirtió el trofeo en símbolo
La temporada 2019 – 2020 quedó interrumpida por la pandemia de COVID-19 y la NBA resolvió retomar la competición en un campus cerrado en Walt Disney World (“The bubble”), donde 22 franquicias se alojaron y disputaron partidos de “seeding” y la postemporada sin público ni viajes. Ese formato extraordinario (aislamiento total, rutinas cerradas y ausencia de la presión del público local) cambió radicalmente las reglas no escritas del deporte profesional.
A ese escenario se sumó un factor emocional potente, la temporada se desarrolló después de la muerte de Kobe Bryant (26 de enero de 2020), un hecho que marcó de forma íntima a los Lakers, a la ciudad y a la narrativa mediática del campeonato. Muchos aficionados y jugadores lo vivieron como un título “dedicado” a Kobe, lo que añadió carga simbólica al trofeo.
¿Por qué el título tiene para muchos una lectura indiscutible?
- Argumentos “a favor”
1. Rendimiento de élite dentro de la burbuja: LeBron James y Anthony Davis asumieron la responsabilidad en playoffs; la dinámica de la burbuja no redujo el nivel de las finales ni de la postemporada en general. En términos deportivos, los Lakers superaron a rivales de entidad y mostraron jerarquía.
2. Igualdad de condiciones (en teoría): Todos los equipos que participaron en Orlando compitieron bajo las mismas reglas (mismo campo, mismas rutinas, sin viajes) algo que para muchos refuerza la legitimidad, nadie tuvo “ventaja de local”.
3. Dureza psicológica: La exigencia mental de vivir aislado semanas tras semanas, lejos de la familia y bajo vigilancia sanitaria, es un elemento que muchos consideran agrava (no aligera) el mérito de quienes ganaron.
¿Por qué para otros el título merece menos validación?
- Argumentos “en contra”
1. Formato extraordinario y 22 equipos: No toda la liga terminó la temporada regular ni todos los equipos accedieron a la burbuja; la organización invitó a 22 franquicias para disputar la reapertura y los “seeding games”, por lo que se quebró la normalidad competitiva de 82 partidos. Para quienes buscan comparabilidad histórica, ese cambio de muestra es relevante.
2. Ausencias y “short-handed” en series puntuales: Ciertos rivales llegaron con bajas o condicionados (por lesiones, contagios o decisiones personales), lo que alimentó la percepción de que la competencia no fue idéntica a una postemporada clásica. Por ejemplo, en la primera ronda los Blazers llegaron ‘con bajas’ ante los Lakers en uno de los partidos clave.
3. Neutralidad y falta de presión local: Mientras que para unos la ausencia de público “niveló” la cancha, otros sostienen que se eliminó una variable trascendental (el factor cancha) que afecta el relato histórico de un campeonato y su dureza comparativa.
4. Narrativa emocional: El componente simbólico (el homenaje a Kobe, el contexto de la pandemia) puede haber magnificado la percepción del valor social del título de los Lakers y, a ojos de puristas, sesgado la discusión sobre legitimidad.
5. Percepción persistente entre dirigentes/analistas: Figuras del baloncesto han reabierto la discusión en años recientes; por ejemplo, declaraciones públicas de ejecutivos como Daryl Morey han reavivado la idea del “asterisco” al afirmar que, en círculos privados, hay quien no considera totalmente equiparable ese anillo, lo que muestra que la disputa no es solo de redes, sino que existe a nivel institucional.
¿Qué permanece?
El anillo de los Lakers de 2020 es, al mismo tiempo, indiscutible en el registro oficial y extraordinario en su relato. Para la afición de Los Ángeles Lakers, para muchos jugadores y periodistas fue un cierre con fuerte carga emocional (Kobe, pandemia) y un triunfo deportivo real porque LeBron, Davis y el grupo lo ganaron en la cancha y en condiciones extremas. Para un sector de analistas y dirigentes, sin embargo, las circunstancias como un formato reducido, partidos de “seeding”, ausencia de aficionados y algunos condicionantes físicos en rivales, dejan una nube de comparación histórica que algunos resumen con la metáfora del “asterisco”. Ambos planteamientos son legítimos: uno habla de la legitimidad deportiva bajo reglas extraordinarias; el otro exige comparabilidad histórica absoluta.
En definitiva, el título de los Lakers sigue dando de qué hablar porque la burbuja mezcló deporte, salud pública, rituales de duelo y marketing global en un solo evento. Esa mezcla convierte a este campeonato en un caso de estudio (y en un marcador simbólico) tanto para quienes celebran como para quienes lo relativizan.