
Los Philadelphia 76ers arrancaron la temporada con una idea clara, construir un equipo capaz de pelear por el título poniendo a Joel Embiid y Paul George como ejes. El problema para la dirección deportiva y la contabilidad del equipo no es teórico, los contratos de ambos ocupan más de la mitad de la nómina activa del conjunto, mientras que las ausencias por lesiones han reducido sustancialmente su disponibilidad en la cancha. El resultado es una tensión creciente entre expectativas deportivas y flexibilidad salarial.
¿Cuánto pesan Embiid y Paul George en la nómina?
Según las cifras públicas de contratos y la tabla salarial de los Philadelphia 76ers, Joel Embiid percibe aproximadamente $55.224.526 en la temporada 2025–26 y Paul George $51.666.090. Con una nómina estimada en torno a $196.8 millones, la suma de ambos contratos representa cerca del 54.3% del gasto total en salarios del plantel ($106,890,616 / $196.8M). Esa proporción explica por qué circulan mensajes en redes que redondean la cifra al 55%.
Disponibilidad en cancha, la otra cara del balance
No es sólo una cuestión de dinero: la gran preocupación es que ambos jugadores han tenido disponibilidad limitada por lesiones:
Joel Embiid ha pasado buena parte de la temporada fuera por problemas en la rodilla y ha registrado apariciones muy reducidas y con restricciones de minutos; los reportes médicos y de seguimiento del equipo apuntan a manejo continuo del problema y a que su participación ha sido intermitente.
Paul George, fichado la temporada pasada para aportar experiencia y competencia exterior junto a Embiid, también ha sufrido ausencias por molestias y manejo de carga física; en fechas recientes ha tenido altibajos en disponibilidad, pero ha mostrado regresos a la rotación en partidos concretos.
En conjunto, la acumulación de ausencias, sobre todo de un pilar como Embiid, deja a la gerencia de los Philadelphia 76ers con menos recursos deportivos que sueldo comprometido, pagar grandes sumas por jugadores que no participan con regularidad reduce la proporción de salario disponible para reforzar el resto de la plantilla.
Es tal la falta de disponibilidad en la cancha que de los 23 partidos que ha disputado el equipo Embiid ha estado disponible en 9 y Paul George en 8. Asimismo, hay que destacar que en esos partidos han jugado 25 y 24 minutos respectivamente
Consecuencias en la construcción del equipo y la flexibilidad
Varias implicaciones prácticas emergen:
- Poca flexibilidad para movimientos: Con más del 50% de la nómina concentrada en dos contratos, la capacidad para absorber salarios en cambios o firmar agentes libres de impacto se reduce, especialmente si la franquicia quiere evitar exceder ciertos topes o el segundo “apron” de la NBA. Los detalles del convenio y las extensiones (incluida la extensión importante de Embiid firmada en 2024) complican aún más soluciones rápidas vía traspaso.
- Riesgo deportivo: depender de piezas muy costosas con historial de lesiones incrementa la volatilidad del rendimiento. En partidos recientes, cuando Embiid estuvo fuera o limitado, el equipo ha necesitado que jugadores como Tyrese Maxey, V.J. Edgecombe y otros jóvenes den un paso adelante. Eso puede ser una fortaleza a corto plazo, pero también expone a la plantilla si la producción secundaria no se sostiene.
- Presión pública y mediática: La narrativa de “el 55% de la nómina en dos jugadores que no juegan” se viraliza porque resume un problema real. Esa percepción puede aumentar la presión sobre la gerencia y el entrenador para justificar decisiones deportivas y de gestión del tope.
Opciones reales, y sus límites
Analizando el contexto contractual y deportivo, las alternativas plausibles para los Philadelphia 76ers podrían ser:
- Manejo médico y limitación de minutos: Seguir limitando minutos/partidos a Embiid y a George para maximizar su disponibilidad a largo plazo. Es la opción menos disruptiva internamente, pero no soluciona la concentración salarial. (acción ya observada en varios partidos recientes).
- Reestructuración a largo plazo: Negociar traspasos y paquetes que incluyan contratos de menor peso salarial, pero el mercado exige activos (pick + jugadores) y muchos equipos rehúsan absorber sueldos tan altos sin recibir piezas de igual valor. Además, la extensión de Embiid firmada en 2024 reduce las probabilidades de un movimiento barato.
- Apostar por desarrollo interno: Permitir que los jóvenes (Edgecombe, McCain, etc.) aumenten minutos y responsabilidad uniendose a Maxey como las caras de la franquicia. Esto reduce dependencia económica en las estrellas, pero es una apuesta de reconstrucción parcial. Los recientes partidos han mostrado que la base joven puede competir, aunque falta consistencia.
¿Qué dicen los números de rendimiento?
Además del aspecto salarial, los indicadores de rendimiento de temporada muestran que ambos veteranos no están aportando las cifras esperadas por su precio (productos de lesiones, restricciones y envejecimiento) y que el equipo, aun así, ha encontrado resultados intermitentes gracias a profundidad y a rendimiento individual de otros jugadores. Para un equipo con ambición inmediata, esa combinación es incómoda: altos costes, baja disponibilidad y necesidad de resultados.
Dilema entre título y prudencia financiera
La situación de los Philadelphia 76ers es un clásico dilema moderno de la NBA, invertir fuertemente en superestrellas para maximizar las posibilidades de título, pero asumir el riesgo de que esas inversiones (por motivos médicos o de forma) no rindan cada noche. Los contratos de Embiid y Paul George colocan a la franquicia en una posición donde la paciencia médica, la gestión salarial y la capacidad de los jóvenes para elevar su nivel decidirán si el alto porcentaje de nómina dedicado a dos jugadores fue una apuesta que valió la pena o un lastre para la flexibilidad competitiva.





















