Dentro del interesante inicio de la NBA 2025-26, donde campeones como los Oklahoma City Thunder brillan con un impecable 7-0, dos equipos arrastran cadenas de derrotas que despiertan dudas profundas sobre su rumbo. ¿Podrán revertir la marea o se hundirán en un pozo sin fondo? Esta brecha entre gloria y penuria expone las frágiles dinámicas de una liga implacable, invitando a examinar qué falla en los sótanos de cada conferencia.
El derrumbe de los Pelicans: talento estancado en el pantano sureño
El Smoothie King Center, usualmente un hervidero de entusiasmo, ha presenciado un arranque sombrío para los New Orleans Pelicans, que acumulan un desolador 0-6 y se ubican en el último peldaño del Oeste. Esta racha no es mera casualidad, sino el eco de decisiones veraniegas que priorizaron el ahora sobre un futuro prometedor. Bajo la dirección de Willie Green, el equipo ha cedido 120.4 puntos por encuentro, con una calificación defensiva que roza el fondo de la tabla en 124.2 puntos permitidos por cada cien posesiones.
Su diferencial neto de -17.4 evoca memorias amargas, como el infame 2012 de los Bobcats, aunque aquellos terminaron con un 7-59 en una campaña acortada. Zion Williamson, el pívot de 25 años que debería ser el faro de la franquicia, promedia 21.8 puntos y 8.2 rebotes en 28 minutos, pero su eficiencia del 45% en tiros de campo y ausencias intermitentes por molestias en el isquiotibial reviven fantasmas de lesiones pasadas. La incorporación de Jordan Poole y Saddiq Bey a cambio de CJ McCollum parecía un golpe maestro para inyectar anotación perimetral, pero Poole anota 16.3 puntos con un 37.8% en lanzamientos, mientras Bey lucha por adaptarse post-lesión de rodilla.
El novato Derik Queen, seleccionado en el puesto 13 tras un intercambio controvertido que envió una primera ronda de 2026 a Atlanta, ha visto sus minutos menguar progresivamente, con solo 6:51 en el último duelo ante los Thunder, donde New Orleans cayó 137-106. El verano, marcado por la llegada de Joe Dumars como vicepresidente ejecutivo, ha sido un torbellino de trueques que sacrificaron activos clave. Entregaron una primera de 2026 a Indiana por el pick 23, y luego ese mismo pick más otra selección desprotegida a los Hawks por Queen, en un movimiento que insiders describen como audaz pero riesgoso. Kevon Looney, fichado para estabilizar el interior, se perdió los primeros cinco juegos por una lesión en la rodilla.
Los Nets en espiral: reconstrucción a costa de la identidad
Al otro lado del país, los Brooklyn Nets comparten el infortunio con un 0-7 que los ancla al fondo del Este, con un diferencial de -15.7 que refleja una defensa porosa que concede 128.6 puntos por cien posesiones, la peor de la liga. Jordi Fernández, en su segundo año al mando, heredó un roster diseñado para acumular activos, pero la inexperiencia ha convertido la reconstrucción en un calvario visible. El equipo rankea 23º en ofensiva con 112.9 puntos, y su racha evoca el 0-18 de los Nets de 2010.
Cam Thomas, el escolta de 23 años re-fichado en septiembre, lidera con 22.1 puntos, pero su baja capacidad para habilitar ha sido un inconveniente, incluso, ya tuvo un partido donde anotó 40 tantos pero sin una sola asistencia ante los Spurs. Michael Porter Jr., adquirido desde Denver, aporta 18.7 puntos con un 42% en triples, es otro de los que más ha destacado, pero sin tener un complemento ofensivo ideal en el banquillo.
En la derrota por 24 ante los 76ers, obligó a sus titulares a jugar minutos de basura y cuestionó públicamente el esfuerzo defensivo: “Fallamos en forzar la intensidad; vivo con resultados, no con apatía”. Esta franqueza contrasta con la directiva de Sean Marks, que ve en las derrotas un boleto a la lotería de 2026, una camada estelar. Con solo 36 millones garantizados post-2027, los Nets gozan de flexibilidad salarial, más la primera de Knicks en 2027 y dos en 2028.
Freddy Díaz, nacido en Caracas, Venezuela, es un apasionado del deporte con 5 años de experiencia en creación de contenido, redacción de noticias, editoriales y pronósticos deportivos. Especializado en baloncesto, disciplina que practica desde los 8 años, vive y siente el deporte como parte esencial de su vida. Su conocimiento práctico y analítico lo convierten en una voz autorizada, combinando experiencia en la cancha con una sólida trayectoria en el mundo del periodismo y análisis deportivo.
