
En el turbulento panorama de las noticias NBA, los Phoenix Suns se encuentran en el ojo del huracán una vez más. Una política interna que obliga a los empleados a firmar acuerdos de arbitraje para evitar demandas judiciales ha desatado críticas, justo cuando el equipo enfrenta seis demandas desde octubre de 2024. ¿Es esto una maniobra defensiva o un intento de silenciar voces? Descubre cómo esta controversia podría afectar la imagen y el rendimiento de un equipo con estrellas como Devin Booker.
La oleada de demandas que sacude a los Suns
Las noticias NBA no dejan de arrojar sombras sobre los Phoenix Suns, que han acumulado cinco demandas de empleados actuales o antiguos en los últimos 10 meses, todas alegando discriminación racial, acoso, represalias y terminación injusta. La primera, en noviembre de 2024, fue presentada por Andrea Trischan, exgerente de diversidad, equidad e inclusión, quien demandó por 60 millones de dólares, acusando a ejecutivos de racismo, conducta sexual inapropiada y discriminación. Trischan alegó que altos directivos, como la exabogada general Melissa Goldenberg, humillaban públicamente a empleados, creando un ambiente hostil.
Los Suns negaron las acusaciones, afirmando que eran “sin mérito” y que el caso de Trischan había sido desestimado previamente por la oficina del fiscal general de Arizona. En marzo de 2025, Jason Cope, un animador de 46 años, demandó por discriminación por edad, alegando que fue clasificado como contratista independiente para negar beneficios y que trabajaba en un garaje infestado de ratas. En abril, una ex empleada anónima (luego identificada como Montes) presentó una demanda por acoso sexual y discriminación de género y racial por parte de un ejecutivo, Kyle Pottinger, quien supuestamente la presionó sexualmente y fue respaldado por supervisores que minimizaron el incidente.
Un juez federal rechazó su anonimato, obligándola a revelar su identidad. Mayo trajo la demanda de Gene Traylor, director de seguridad, quien acusó discriminación racial, acoso y represalias tras reportar fallos en pruebas de seguridad del arena, donde oficiales encubiertos introdujeron armas en 2023 y 2024, y una auditoría de la NBA en febrero de 2025. Traylor fue despedido, poco después de demandar, lo que sus abogados llaman represalia. En julio, Nikki Blue, exentrenadora interina de los Phoenix Mercury, demandó por discriminación racial y de género, sumando la quinta. Muchas de estas demandas son representadas por la abogada Sheree Wright, quien ha enfrentado sanciones éticas en Arizona por violaciones profesionales.
La política de arbitraje y la demanda de dueños minoritarios
En respuesta a esta tormenta legal, los Suns implementaron en mayo de 2025 una política de resolución de disputas que obliga a los empleados a firmar un acuerdo para someter reclamos laborales, como discriminación, a arbitraje individual vinculante en lugar de juicios públicos, bajo amenaza de despido. El manual actualizado, enviado el 27 de mayo, incluía una sección nueva de cuatro páginas sobre “Información confidencial, Propiedad Intelectual y Acuerdo de Resolución de Disputas”, que se extiende más allá del empleo y excluye violaciones graves de ley estatal o federal.
Stacey Mitch, vicepresidenta senior de comunicaciones, lo describió como “estándar en grandes organizaciones, incluyendo muchos equipos profesionales”. Abogados independientes lo ven como legal en Arizona, pero potencialmente intimidante para denunciantes. La sexta demanda llegó en agosto de 2025, de dueños minoritarios Andy Kohlberg y Scott Seldin, remanentes del régimen de Robert Sarver. Acusan a Mat Ishbia, dueño mayoritario desde 2023 por 4 mil millones de dólares, de negar acceso a registros internos, posibles “acuerdos laterales no divulgados” y dilución de acciones vía una llamada de capital en junio de 2025 para presionar buyouts.
Ishbia respondió que es “táctica de intimidación” y que no cederá a demandas infladas. Estas noticias NBA resaltan un patrón de controversias que datan de la era Sarver, investigada por la NBA en 2022 por acoso. Bajo Ishbia, los Suns han invertido en instalaciones como la de 100 millones para las Mercury, pero las demandas erosionan la imagen de un equipo que se encuentra en reconstrucción.