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Noche histórica para Reaves en Lakers: ¿Cómo brilló sin James y Doncic en la cancha?
¿Cómo un guardia de segunda ronda, forjado en la adversidad, anotó 51 puntos para derribar a los Kings?

En el corazón de la Conferencia Oeste, donde cada posesión cuenta como un tesoro, los Lakers de Los Ángeles enfrentan una tormenta de ausencias que pone a prueba su esencia. Sin LeBron James ni Luka Doncic en la cancha, un jugador inesperado emergió como salvador en una noche que pasará a la historia. ¿Cómo un guardia de segunda ronda, forjado en la adversidad, anotó 51 puntos para derribar a los Kings? Esta hazaña no solo aseguró una victoria crucial, sino que redefine el rol de los Lakers en la liga, obligando a replantear qué significa ser contendiente en 2025.

La ausencia de las torres gemelas: James y Doncic al margen

Los Lakers iniciaron la temporada 2025-26 con un tropiezo ante los Warriors, pero rápidamente se recuperaron con un triunfo dominante sobre los Timberwolves, gracias a los 49 puntos de Luka Doncic. Sin embargo, el destino intervino de manera cruel. Doncic, el esloveno de 26 años que llegó a Los Ángeles en un intercambio en febrero, sufrió un esguince en el dedo de la mano izquierda y una contusión en la pierna inferior durante ese encuentro. El diagnóstico: al menos una semana de baja, con reevaluación programada para finales de octubre, lo que lo deja fuera de al menos cuatro partidos clave.

A su lado, LeBron James, el eterno rey de 40 años, arrastra un problema en el nervio ciático del lado derecho que lo ha mantenido inactivo desde el campamento de pretemporada. El veterano, quien promedió 25,7 puntos y 8,3 asistencias en la campaña anterior, no debutará hasta mediados de noviembre, según el plan conservador del cuerpo médico para preservar su longevidad.

 Esta dupla ausente deja a los Lakers con solo ocho jugadores sanos de tiempo completo, un desafío que el entrenador JJ Redick describió como “una oportunidad para que el colectivo brille”. El impacto es evidente en los números tempranos.

En los primeros tres juegos, los angelinos promedian 121,3 puntos por partido, pero su defensa ha cedido 118,7, ubicándolos en el puesto 18 de la liga. Sin el control de balón de Doncic, quien registró más de 40 puntos por encuentro en sus dos salidas, y la experiencia de James, el equipo ha dependido de ajustes tácticos: más énfasis en el tiro exterior y rotaciones más cortas. Durante el viaje a Sacramento, la presión se intensificó cuando Gabe Vincent se torció el tobillo en el tercer cuarto, reduciendo aún más las opciones en la base.

Reaves, el hijo de granjeros que desafía a los dioses del baloncesto

Reaves firmó un contrato de dos vías con los Lakers y escaló desde el fondo del banquillo hasta ser titular indiscutible. Su trayectoria evoca a esos héroes silenciosos que, sin reflectores iniciales, terminan robándose la escena. Contra los Kings, Reaves no solo anotó su récord personal de 51 puntos; lo hizo con una maestría que rozó el triple-doble: 11 rebotes, nueve asistencias y solo dos pérdidas en 39 minutos. Desglosemos la obra maestra.

Reaves acertó 12 de 22 tiros de campo, incluyendo seis de diez desde el perímetro, y fue casi infalible en la línea de tiros libres: 21 de 22, con cuatro decisivos en los últimos 32 segundos que sellaron el 127-120. En el cuarto periodo, con los Kings acechando a cuatro puntos, encadenó tres triples consecutivos en una racha de 11-0 que volteó el marcador a 108-101. Su plus/minus de +22 refleja cómo, en su ausencia de la cancha, Sacramento anotó 22 puntos menos. Ayton contribuyó con 22 tantos y 15 capturas bajo el aro, mientras Hachimura sumó 18, pero fue Reaves quien orquestó el 41-12 en tiros libres a favor de los visitantes.

De esta manera, se convierte en el quinto jugador de los Lakers en el siglo XXI con 50 o más puntos en un partido, uniéndose a Kobe Bryant, Shaquille O’Neal, LeBron James y Anthony Davis. En la NBA, es apenas el séptimo en registrar al menos 51 puntos, 11 rebotes y nueve asistencias en un juego, un club exclusivo con Kareem Abdul-Jabbar y Wilt Chamberlain. Redick lo resumió: “Compite con una ferocidad que contagia; vive el momento sin mirar atrás”.

 Reaves, post-partido, rechazó el protagonismo: “No pensaba en los 50 puntos; solo en ganar, en ser grande para el equipo”. Su promedio actual de 24,7 tantos por encuentro, con 41,2% en triples, lo posiciona como uno de los mejores anotadores del Oeste. En una liga donde los Doncic y James definen eras, Reaves emerge como el puente: un anotador versátil que transita, rebotea y defiende sin ego.

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