
Desde el despido de Mike Malone, hemos estado viendo un lado diferente de Nikola Jokic. La superestrella serbia siempre ha actuado como una extensión del cuerpo técnico en la cancha, pero ahora, más que nunca, parece el verdadero entrenador jefe.
La voz de Nikola Jokic tiene un peso enorme dentro de los Denver Nuggets, y con su brillante mente baloncestística, los resultados hablan por sí solos.
Un ejemplo perfecto se produjo en el tercer partido contra los Clippers. Cuando apenas faltaban 0,2 segundos para terminar el tercer cuarto, Nikola Jokic hizo algo casi inaudito para cualquier jugador. Le hizo una señal a DeAndre Jordan para que entrara, no para conseguir una canasta o un rebote, sino para evitar un pase elevado a Ivica Zubac para una posible desviacion.
Fue una decisión puramente técnica y funcionó a la perfección. Momentos como este son raros.
¿Nikola Jokic sigue los pasos del Rey?
El único ejemplo comparable en la memoria reciente es LeBron James entrando o saliendo del campo en ciertas situaciones, pero incluso eso a menudo habla más del estatus de LeBron como figura de poder en la liga.
Lo que hizo Nikola Jokic fue algo diferente. Fue una decisión calculada, priorizando al equipo, que reveló cuánto control táctico y confianza tiene ahora en Denver.
Con David Adelman asumiendo el cargo de entrenador interino, esta versión de Jokic se ha vuelto aún más visible. Ya sea durante las reuniones, los tiempos muertos o las situaciones del juego, Jokic ya no es solo un líder: es expresivo, asertivo y establece un alto estándar para todos los que lo rodean.
En total sintonía
No sorprende entonces que el entrenador interino David Adelman dijera recientemente: “Espero que agarre la pizarra 15 veces. Si quiere entrenar al equipo, perfecto”. Ese tipo de declaración es casi inaudita en el baloncesto profesional. La mayoría de los entrenadores, sobre todo en este nivel, no ceden su autoridad tan fácilmente.
Porque cuando tu mejor jugador es también tu mente más inteligente en baloncesto, lo más sabio que puede hacer un entrenador es escuchar.
Este papel de liderazgo también es evidente en cómo Nikola Jokic trata a los jugadores más jóvenes. El Serbio ya no es sólo el rostro de la franquicia: está dando forma a su futuro, guiando su cultura y actuando como un entrenador en la cancha todas las noches.
Porque Nikola Jokic ya no solo juega para los Nuggets. Él es los Nuggets.