
En la NBA, el baloncesto se juega a un ritmo vertiginoso, pero cuando las estrellas de la liga compiten en torneos FIBA, como el Eurobasket 2025, se enfrentan a un escenario distinto. Las reglas y dimensiones de la cancha varían, afectando estrategias, estilos de juego y el rendimiento de los jugadores. Desde el tamaño de la cancha hasta las reglas de faltas, estas diferencias moldean la experiencia de los atletas en cada competición.
Dimensiones de la cancha y su impacto en el juego
Una de las diferencias más evidentes entre la NBA y FIBA es el tamaño de la cancha. Una cancha FIBA mide 28 metros de largo por 15 de ancho (91.9 x 49.2 pies), mientras que la NBA utiliza 28.65 x 15.24 metros (94 x 50 pies). Aunque la diferencia parece mínima, afecta directamente el espaciado y el ritmo del juego. La cancha más pequeña de FIBA reduce las áreas abiertas, favoreciendo un estilo más táctico y físico, con menos espacio para jugadas de transición rápida, comunes en la NBA.
La línea de tres puntos también varía. En FIBA, está a 6.75 metros del aro (6.60 en las esquinas), mientras que en la NBA se sitúa a 7.24 metros (6.70 en las esquinas). Esta distancia más corta en FIBA beneficia a tiradores como Luka Doncic, quien promedió 2.8 triples en el Mundial 2023, al permitirles disparar desde posiciones más cómodas. Sin embargo, jugadores acostumbrados a la NBA, deben ajustar su rango para aprovechar la línea más cercana, lo que puede alterar su ritmo de tiro.
El área restringida o conocida por muchos como la “pintura” también difiere. FIBA utiliza un rectángulo de 4.9 metros de ancho, mientras que la NBA emplea uno de 4.88 metros, pero la ausencia de la regla de los tres segundos defensivos en FIBA cambia el juego interior. Los pívots, como Nikola Jokic, pueden permanecer en la pintura sin restricciones, fortaleciendo la defensa en la zona, pero limitando las penetraciones abiertas que caracterizan a la NBA. Esto obliga a jugadores como Giannis Antetokounmpo a depender más de jugadas perimetrales o pases precisos.
Reglas que transforman la estrategia y el físico
Las reglas de juego también marcan una brecha significativa. En la NBA, los partidos constan de cuatro cuartos de 12 minutos, totalizando 48 minutos, mientras que FIBA usa cuartos de 10 minutos, sumando 40 minutos. Este tiempo reducido en FIBA intensifica el ritmo, exigiendo decisiones rápidas y menos margen para remontadas. “El juego FIBA es más rápido, no puedes relajarte”, comentó Paolo Banchero tras el Mundial 2023. Esto afecta a jugadores acostumbrados a la NBA, donde el tiempo extra permite un enfoque más pausado.
Las faltas son otro punto clave. En la NBA, un jugador es expulsado tras seis faltas personales, mientras que en FIBA son cinco, incluyendo técnicas. Esta regla más estricta obliga a los jugadores a ser más cautelosos en defensa, especialmente en torneos como el Eurobasket 2025, donde la intensidad física es mayor. FIBA permite más contacto, lo que beneficia a jugadores versátiles como Alperen Şengun, pero puede limitar a anotadores que dependen de faltas, como James Harden. El manejo del balón también varía. En FIBA, los jugadores deben poner el balón en el suelo antes de dar un paso tras recibirlo, a diferencia de la NBA, donde se permite un paso inicial.
Esto afecta a bases como Shai Gilgeous Alexander, quienes deben ajustar su cadencia para evitar violaciones de pasos. Además, la regla de goaltending en FIBA permite tocar el balón tras tocar el aro, lo que no ocurre en la NBA, donde el cilindro imaginario protege el tiro. Esto da ventaja a defensores ágiles como Anthony Davis, pero requiere adaptación para evitar interferencias instintivas. El manejo de tiempos muertos también diverge. En la NBA, los equipos tienen siete tiempos muertos, mientras que FIBA otorga cinco (dos en la primera mitad, tres en la segunda). Además, solo los entrenadores pueden pedir tiempos muertos en FIBA, lo que limita la espontaneidad de jugadores acostumbrados a controlar el ritmo en la NBA.