
El escándalo de apuestas que envuelve a Terry Rozier ha puesto a los Miami Heat en una encrucijada inesperada, justo cuando la temporada 2025-26 comienza a tomar forma. Con el jugador en licencia pagada, el equipo se mantiene en silencio oficial, pero gestos de apoyo interno filtran una postura de solidaridad cautelosa. ¿Es esto un respaldo incondicional, o una estrategia para navegar la tormenta legal?
El silencio oficial y el apoyo interno: La línea del Miami Heat
Desde el arresto de Rozier el 23 de octubre en Orlando, los Miami Heat han optado por la discreción, limitando declaraciones a un comunicado genérico de la NBA que lo coloca en licencia inmediata. El entrenador Erik Spoelstra y la directiva, liderada por Pat Riley, no han emitido comentarios públicos, enfocándose de lleno en la temporada regular, donde ya han obtenido triunfos importantes sin su base. Esta reserva no es casual; refleja una organización que prioriza la unidad interna sobre la exposición mediática, especialmente cuando el caso involucra cargos federales de fraude por cable y lavado de dinero.
En sesiones de equipo, se habla de “esperar el proceso”, alineado con la NBA, que garantiza su salario de 26,6 millones hasta la resolución. Esta postura, de fe en el sistema, evita fracturas, pero genera especulaciones: ¿mantendrán su rol si la liga impone suspensión permanente?
La detención del 23 de octubre en un hotel de Orlando, horas después del debut contra Magic (derrota 98-95), involucra cargos por conspiración en fraude y lavado, ligados a un juego de marzo de 2023 en Charlotte donde supuestamente fingió lesión para beneficiar apuestas. Liberado bajo fianza de 6 millones con su casa en Florida como garantía, Rozier compareció esposado y con grilletes, vistiendo una sudadera de Hornets. Su abogado James Trusty denunció el “paseo del delincuente” como búsqueda de marketing, alegando exoneración previa de la NBA en 2023.
Las implicaciones para el equipo: De la licencia pagada a la incertidumbre
La licencia de Rozier, según el convenio colectivo, lo hace inelegible para jugar pero asegura beneficios, un respiro para un Heat con payroll de 186 millones, justo bajo el lujo. Sin embargo, si Adam Silver lo banea como a Jontay Porter en 2024, su contrato se anula, liberando espacio pero dejando un vacío en el backcourt. Rozier, clave en playoffs de Boston 2018, promedió contribuciones sólidas en Miami, y su ausencia por “lesión” en el debut ya complicaba rotaciones. El Heat, contendiente en el Este, ve esto como oportunidad para probar juventud como Jaime Jaquez Jr., pero el escándalo vinculado a un juego de 2023 en Charlotte, cuestiona la diligencia previa.
Fuentes indican que Miami desconocía la investigación federal hasta enero de 2025, pese a alertas de integridad en marzo de 2023. Esto podría llevar a demandas contra Charlotte y la NBA por no divulgar. Para Spoelstra, la prioridad es el colectivo: “Nos enfocamos en lo que controlamos”, dijo post-victoria en Memphis. Esta posición pragmática, apoyo sin exposición, protege al equipo, pero el juicio en Brooklyn, pendiente, podría forzar decisiones drásticas. Si Rozier se declara inocente, como su abogado James Trusty afirma “no es jugador, pero peleará”, el Heat podría reintegrarlo; de lo contrario, busca un recambio que pueda fortalecer la posición de base en donde ya comienza a notarse la fragilidad.





















