
El mercado NBA no deja de sorprender con movimientos que redefinen el panorama financiero y competitivo de la liga. En San Antonio, los Spurs han dado un golpe de autoridad al asegurar a De’Aaron Fox con una extensión de contrato que, junto al potencial megacontrato de Victor Wembanyama, podría convertirlos en el dúo mejor pagado de del deporte. ¿Están los Spurs construyendo una dinastía o asumiendo un riesgo financiero sin precedentes?
Un contrato histórico para consolidar un proyecto
En el vibrante escenario del mercado NBA, los San Antonio Spurs han apostado fuerte por su futuro. De’Aaron Fox, el dinámico base de 27 años, firmó una extensión máxima de cuatro años y 229 millones de dólares, asegurando su permanencia hasta la temporada 2029-30. Este acuerdo, reportado por Shams Charania, no solo recompensa el impacto inmediato de Fox tras su llegada desde los Sacramento Kings en febrero de 2024, sino que también establece un mensaje claro: los Spurs están listos para competir ya.
Fox, quien promedió 19.7 puntos y 6.8 asistencias en 17 juegos con San Antonio la pasada temporada, es un base explosivo cuya velocidad y visión de juego complementan el proyecto liderado por Victor Wembanyama. Sin embargo, el verdadero impacto financiero podría llegar con Wembanyama. El fenómeno francés, aún bajo su contrato de novato, será elegible para una extensión máxima en 2026. Si logra un reconocimiento como Jugador Más Valioso o una selección All-NBA, podría firmar por cinco años y 326 millones de dólares. Juntos, Fox y Wembanyama podrían sumar un promedio de 122.45 millones de dólares anuales, un récord que los posicionaría como los compañeros mejor pagados en la historia del deporte.
Pero, ¿es esta inversión sostenible para una franquicia en reconstrucción? El mercado NBA ha visto contratos astronómicos antes, pero la apuesta de los Spurs es única. Fox, con su historial como All-Star en 2023 y miembro del tercer quinteto ideal de la NBA, aporta experiencia y liderazgo a un roster joven que incluye a talentos como Stephon Castle, Novato del Año 2024, y Dylan Harper, la segunda selección del Draft 2025. Sin embargo, las lesiones limitaron la química entre Fox y Wembanyama la pasada temporada, con solo 120 minutos compartidos en cinco juegos. La falta de tiempo en cancha juntos genera dudas sobre si este dúo puede justificar su costo.
Desafíos y promesas de una dupla estelar
El mercado NBA no solo se trata de firmar contratos millonarios, sino de construir química y competitividad. Los Spurs, que no han alcanzado los playoffs desde 2019, enfrentan el desafío de integrar a Fox y Wembanyama en un esquema que maximice sus talentos. Fox, conocido por su capacidad para liderar transiciones rápidas y generar jugadas, necesita un espaciado adecuado para brillar, algo que el tiro exterior limitado de Castle y Harper podría complicar. Wembanyama, por su parte, es un talento generacional cuya versatilidad defensiva y ofensiva redefine el juego moderno. Su salud, tras una trombosis venosa en 2024, será clave para que los Spurs den el salto.
La extensión de Fox, que comienza en la temporada 2026-27, coincide con el último año del contrato de novato de Wembanyama, lo que plantea preguntas sobre la flexibilidad financiera de San Antonio. Por ejemplo, la futura extensión de Wembanyama podría limitar el presupuesto cuando su contrato máximo entre en vigor. Además, la presencia de jóvenes promesas como Harper, quien podría sentirse relegado a un rol secundario, genera interrogantes sobre el equilibrio del roster.
A pesar de los riesgos, el optimismo reina en San Antonio. La combinación de Fox, con su experiencia de élite, y Wembanyama, un talento único, promete ser letal si logran consolidarse. Los Spurs, bajo el nuevo entrenador Mitch Johnson, ven en esta dupla la oportunidad de volver a los primeros planos. Los aficionados, emocionados por el potencial de este proyecto, esperan que la inversión se traduzca en victorias.