
Los Lakers, con su legado de estrellas que han definido eras, acaban de presenciar un comienzo que evoca memorias de grandeza. Luka Doncic, el esloveno que llegó en un traspaso que sacudió la liga, ha dejado su huella en los primeros pasos de la temporada 2025-26 con una producción que rompe moldes. ¿Es este el inicio de una dinastía renovada, o solo un destello en un Oeste implacable? El impacto de su arranque no solo impresiona; invita a reflexionar sobre lo que podría ser el próximo capítulo para Los Ángeles.
El récord que rompe barreras: Doncic supera a West en los primeros dos juegos
En apenas dos noches, Luka Doncic ha reescrito un capítulo de la historia de los Lakers que parecía intocable. Su acumulado de puntos en los duelos inaugurales contra Golden State y Minnesota no solo eclipsa la marca de Jerry West de 1969-70, sino que lo posiciona entre los más prolíficos en los inicios de cualquier temporada en la NBA. West, leyenda del equipo, había establecido un estándar durante décadas, pero Doncic, con su combinación de anotación versátil y visión, lo ha dejado atrás, generando un eco de admiración en un equipo que busca redimirse tras años de altibajos.
Este logro no surge de la nada; es el fruto de un verano dedicado a pulir su físico, tras brillar en el EuroBasket y adaptarse a la costa oeste. En el Crypto.com Arena, donde los Lakers han forjado tantos momentos icónicos, su presencia ha sido magnética, atrayendo cánticos de “MVP” desde el primer cuarto. Para un jugador que llegó en febrero en un intercambio que involucró a Anthony Davis y activos clave, este comienzo valida la apuesta de la directiva: un talento de 26 años que hereda el manto de Kobe Bryant y LeBron James, pero con un estilo propio, lleno de pasos atrás y triples imposibles.
El contexto amplifica el hito con James fuera por ciática hasta mediados de noviembre, Doncic ha cargado con la ofensiva, complementado por Austin Reaves y Marcus Smart. Su eficiencia combinando penetraciones y tiro exterior, ha elevado el ritmo del equipo, recordando cómo West, en su época, definía identidades.
El significado para los Lakers: ¿Un nuevo amanecer en el Oeste?
Este arranque de Doncic trasciende números; es un faro para un equipo en transición. Los Lakers, que terminaron 2024-25 en playoffs pero eliminados por Minnesota, ven en él el eje para aspirar a título. Su capacidad para anotar en rachas ncluyendo 23 puntos en un primer cuarto, empatando a Bryant y Kuzm, genera espacios para compañeros, algo que el equipo necesitaba tras la salida de Davis. Con Redick como entrenador, que enfatiza flujo ofensivo, Doncic encarna esa filosofía, pero también expone desafíos: pérdidas de balón en el debut y la necesidad de equilibrar con defensa, donde Smart brilla.
Para la afición laker, esto evoca esperanzas. Doncic, que firmó una extensión máxima de tres años en verano, no solo rompe récords; inspira. En un Oeste con los Oklahoma City Thunder defendiendo su corona y otros equipos como Warriors, Rockets y Nuggets dominando, este hito posiciona a Los Ángeles como amenaza real, especialmente si James regresa sano. Pero el verdadero test vendrá en noviembre, contra rivales directos que tendrá que enfrentar con algunas ausencias importantes.
Este comienzo histórico invita a soñar: ¿podrá Doncic promediar 40, como sugirió Reaves? Para los Lakers, es más que puntos; es la promesa de un relevo generacional, donde un europeo redefine una franquicia americana. En una liga de narrativas, la de Doncic ya cautiva, recordando que la grandeza se mide en inicios audaces.





















