
En la NBA, los contratos de novatos son el primer paso de las futuras estrellas hacia la grandeza, pero algunos han demostrado un valor excepcional al superar las expectativas de sus acuerdos iniciales. Desde leyendas como LeBron James hasta promesas recientes como Cooper Flagg, ciertos contratos han marcado hitos por su impacto en la cancha y su rentabilidad para los equipos. Estos son los más destacados en la historia de la liga.
Contratos que definieron eras: De Jordan a LeBron
El sistema de la escala salarial para novatos en la NBA, instaurado en 1995 tras el extravagante contrato de Glenn Robinson (10 años, 68 millones de dólares), buscaba equilibrar las finanzas de los equipos. Sin embargo, ciertos novatos han convertido sus contratos iniciales en gangas históricas. Michael Jordan, seleccionado tercero por los Chicago Bulls en 1984, firmó un contrato de siete años por 6.3 millones de dólares. En su temporada de novato, promedió 28.2 puntos, 6.5 rebotes y 5.9 asistencias, liderando a los Bulls a los playoffs y ganando el primero de sus cinco MVP.
Su impacto transformó la franquicia y la NBA, haciendo que su salario pareciera insignificante frente a su legado. LeBron James, primera selección del Draft 2003 por los Cleveland Cavaliers, firmó un contrato de cuatro años por 18.8 millones de dólares. En su debut, promedió 20.9 puntos, 5.5 rebotes y 5.9 asistencias, llevando a los Cavs de 17 a 35 victorias. Su versatilidad y liderazgo, evidentes desde el primer día, convirtieron su contrato en uno de los más rentables de la historia, sentando las bases para su reinado en la liga.
Kevin Durant, elegido segundo por los Seattle SuperSonics en 2007, firmó por cuatro años y 20.1 millones de dólares. Con 20.3 puntos por partido como novato y un título de Novato del Año, su contrato fue una inversión que catapultó a la franquicia hacia su futuro como Oklahoma City Thunder.
El valor de los novatos modernos: Flagg y el Draft 2025
En la era moderna, la escala salarial de novatos, ajustada al tope salarial, sigue generando contratos de gran valor. Cooper Flagg, seleccionado primero por los Dallas Mavericks en el Draft 2025, firmó un contrato de cuatro años por 62.7 millones de dólares. A sus 18 años, Flagg es comparado con grandes jugadores históricos por su versatilidad. Su contrato, aunque elevado para un novato, promete ser una ganga si cumple con las expectativas de convertirse en un All-Star.
Dylan Harper, segunda selección por los San Antonio Spurs, firmó por 56.2 millones de dólares en cuatro años. Con su habilidad para crear juego y anotar, Harper es visto como un complemento ideal para Victor Wembanyama, y su contrato podría ser uno de los más valiosos si lidera a los Spurs a los playoffs. Otro caso destacado es el de Zaccharie Risacher, primera selección del Draft 2024 por los Atlanta Hawks, con un contrato de cuatro años por 57.2 millones de dólares.
En contraste, contratos como el de Anthony Bennett (2013, 16.7 millones por tres años) destacan por la decepción de su rendimiento, recordando que no todos los novatos cumplen las expectativas. Los contratos de novatos, regulados por el Convenio Colectivo, ofrecen a los equipos una ventana única para construir alrededor de talentos jóvenes a bajo costo. Desde Jordan hasta Flagg, estos acuerdos han definido dinastías y resaltan la importancia de acertar en el Draft.