
En el torbellino de la NBA, donde un giro en la cancha puede derrumbar imperios, Zion Williamson y los Pelicans enfrentan otra tormenta: un tirón de grado 2 en el aductor derecho que lo deja fuera indefinidamente. Con solo 25 años y un historial que devora temporadas, el exnúmero uno del draft promedia 22 puntos en 10 juegos esta campaña. ¿Sobrevivirá un equipo ya en 3-19 al vacío de su fuerza desatada? Esta narrativa revela las grietas de una franquicia al borde del abismo.
El golpe inesperado: Detalles de la lesión de Zion y su eco inmediato en la cancha
El problema surgió alrededor de la derrota del 29 de noviembre ante los Golden State Warriors, aunque el instante preciso escapa incluso al cuerpo técnico. Zion disputó ese sábado completo, pero se ausentó el domingo frente a los Lakers y entró como dudoso para el martes contra los Timberwolves de Minnesota. Imágenes del 2 de diciembre confirmaron el diagnóstico: un tirón de grado 2 en el aductor de la cadera derecha, que obliga a al menos tres semanas de reposo antes de una nueva evaluación. Eso abarca nueve encuentros, dejando a Nueva Orleans sin su pilar en el grueso de diciembre, un período que separa a los contendientes de los hundidos.
Los Pelicans, con un saldo de 3 triunfos y 19 reveses, se desmoronan sin él. En sus 10 salidas, Zion ha sumado 22,1 puntos, 5,6 rebotes, 4 asistencias y 1,6 robos en 30,9 minutos, con un 51% en tiros de campo y un uso ofensivo del 29,8%. El conjunto eleva su eficiencia en 9,8 puntos por cada 100 posesiones con él presente, un salto que explica el caos actual. Bajo el mando interino de James Borrego, quien tomó las riendas el 15 de noviembre tras un arranque 2-10 que costó el puesto a Willie Green, la tropa ha perdido 13 de sus últimos 14 duelos. El martes 2 de diciembre, cayeron 149-142 en prórroga ante Timberwolves, con Trey Murphy III anotando 33 puntos y Derik Queen sellando un mate clave, pero sin capacidad para cerrar el juego.
Queen, el novato de 19 años seleccionado en el puesto alto del draft anterior gracias a un trueque con Atlanta que se llevó los derechos de la primera ronda de 2026, promedia 11,9 puntos, 6,1 rebotes y 3,4 asistencias en 21 partidos con un 48% en lanzamientos. Flashes prometedores, pero insuficientes para compensar la ausencia de Zion, cuyo retorno podría posponerse hasta finales de diciembre o principios de 2026 si el staff médico opta por la prudencia, considerando su vulnerabilidad en la parte baja del cuerpo.
Cadena de males: El legado de lesiones de Zion y la plaga que azota a los Pelicans
Desde su llegada como primera elección del draft 2019, Zion ha pisado la cancha en apenas 224 de 514 juegos posibles con New Orleans, un 43,6% de presencia que envenena cualquier proyección. Esta temporada, su segunda baja grave: del 3 de noviembre al 19 de noviembre, ocho partidos por un tirón en el isquiotibial izquierdo, volviendo para cinco de los siete siguientes antes de este adductor. Su trayecto, salpicado de dos convocatorias al Juego de Estrellas, arrastra ausencias brutales: rodilla de octubre 2019 a enero 2020; otra en rodilla de agosto a diciembre 2020; pie de mayo 2021 a octubre 2022, que anuló toda la 2021-22; isquiotibial de enero a octubre 2023; abril a octubre 2024; noviembre 2024 a enero 2025; espalda baja de marzo a junio 2025; y noviembre 2025, esta última indefinida.
En 2024-25, solo 30 encuentros, y en siete años, superó los 60 juegos dos veces escasas. Su físico imponente 1,98 metros, 129 kilos es bendición y maldición: genera explosividad, pero estresa tendones y fibras. “Las dolencias no cesan con Zion”, resuenan ecos en foros y análisis, donde seguidores ven un “talento malgastado”. Su extensión de cinco años por 197 millones, firmada en 2022, se antoja carga en un plantel sin dominio de su pick futuro.
El azote trasciende a Zion: los cinco mejor remunerados han faltado. Entre ellos Dejounte Murray rehabilita una rotura de Aquiles de enero 2025, con vuelta posible post-año nuevo; Herb Jones, gemelos, Trey Murphy III, codo, Jordan Poole, cuádriceps y Jordan Hawkins, cuestionable por malestar general. Esta marea ha hundido el net rating en -17,4 al inicio, el peor de la NBA, obligando a novatos como Queen y a Saddiq Bey a tomar minutos extras. Zion, con 3.000 puntos en su arcón, urge reinventarse para perdurar, mientras el grupo implora cimientos firmes.




















