
En cada encuentro de LeBron James sus canastas forjan leyendas, pero esta vez un capítulo se cierra con eco eterno: su racha de 1.297 partidos consecutivos con al menos 10 puntos, nacida en el año 2007, se extingue en un sacrificio colectivo. A sus 40 años, el rey prioriza el triunfo sobre la gloria personal en un duelo ante Raptors. ¿Cómo un pase define más que mil tiros? Esta reflexión sobre longevidad y equipo desentraña el alma de un ícono que redefine el baloncesto.
El cierre poético: La jugada que sacrificó la historia por la victoria
El jueves 4 de diciembre de 2025, en el Scotiabank Arena de Toronto, el reloj marcaba el final de una era. Los Lakers, con 15-5 en el Oeste y segundos tras los imbatibles Thunder de Oklahoma City, enfrentaban a unos Raptors de 15-7 que soñaban con romper cinco derrotas seguidas ante los angelinos. Sin Luka Doncic, ausente por el nacimiento de su segundo hijo, LeBron James cargaba el timón, pero su noche de tiro flaqueaba: 4 de 17 en campo (23,5%), 0 de 5 en triples, 8 puntos, 6 rebotes y 11 asistencias en 36 minutos.
Con el marcador empatado a 120, el balón en sus manos y dos segundos en el reloj, James podía forzar un tiro para alcanzar los 10 puntos y extender su marca NBA de 1.297 juegos con dobles dígitos, un hilo que tejía desde el 5 de enero de 2007, cuando como novato de Cleveland anotó solo 6 ante los Kings. En cambio, dribló a la izquierda, atrajo a Scottie Barnes y lanzó un pase cruzado a Rui Hachimura en la esquina. El japonés, con 12 tantos esa noche, clavó el triple ganador: 123-120. “Los dioses del baloncesto recompensan si juegas bien”, reflexionó JJ Redick, técnico de los Lakers, en rueda de prensa. James, con la frialdad de quien ha visto 23 temporadas, lo resumió: “Nada sobre la racha. Ganamos”.
Austin Reaves, héroe con 44 puntos, 22 en el tercer cuarto–, 10 asistencias y 5 rebotes, lo elevó: “El mejor jugador que ha tocado un balón sacrifica siempre por el equipo. Si tira, lo critican; si pasa, lo mismo. Él solo gana”. Ante Toronto, su slump reciente bajo 40% en cuatro de seis previos cedió al instinto colectivo. DeAndre Ayton sumó 17 puntos y 8 rebotes; Jake LaRavia, 14. Para los Raptors, Barnes rozó el triple-doble con 23 tantos, 11 rebotes y 9 asistencias; Brandon Ingram, 20 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias.
Legado inquebrantable: De la niebla de 2007 a la eternidad del equipo
La racha de LeBron James, que abarcó casi 19 años, nació en la derrota 89-78 de Cleveland ante Sacramento el 5 de enero de 2007, donde sumó 6 puntos en 25 minutos. Desde entonces, en 1.297 encuentros regulares de Cavs a Heat, regreso a Cleveland y Lakers, anotó al menos 10 en cada uno, superando a Moses Malone (563) y Karl Malone (1.236, pero con saltos por lesiones). Kevin Durant hereda el activo con 267; James Gilgeous-Alexander, 200. En un mundo pre-iPhone, con Luka Doncic de 7 años y Cooper Flagg de 15 días, James tejía esta tela: cuatro anillos, cuatro MVPs, 21 All-Star. A punto de cumplir 41 el 30 de diciembre, con 50.000 puntos totales superados en marzo de 2025 y 15.000 dobles en diciembre de 2024, prioriza el colectivo.
Esta noche en Toronto no es el fin, sino una continuación de su extenso legado. Los Lakers expectantes, con gran profundidad, Doncic como cara del equipo, Reaves como complemento anotador, Ayton en poste y por supuesto, LeBron como guía, miran el 18º anillo de la franquicia. La racha, intocable hasta el pase de Hachimura, redefine grandeza: no en solitarios 10 puntos, sino en victorias compartidas.





















