
El exjugador de la NBA, Jason Collins, primer atleta activo de las grandes ligas en declarar públicamente su homosexualidad, anunció que padece glioblastoma en etapa IV.
Jason Paul Collins, jugó 13 temporadas en la NBA y figura pública por declarar acerca de su sexualidad en 2013, reveló en una extensa columna para ESPN que ha sido diagnosticado con glioblastoma en fase 4, la forma más agresiva de cáncer cerebral. En su testimonio relata un inicio rápido de síntomas (dificultades cognitivas y lapsos de memoria), la confirmación por estudios de imagen y el inicio de un tratamiento que mezcla radioterapia, quimioterapia y terapias experimentales.
Lo que sabe la prensa y lo que contó Collins
Según la crónica publicada por Collins y ampliada por medios que cubrieron la entrevista, la familia emitió un comunicado breve en septiembre, pero fue el propio exjugador de la NBA quien decidió explicar en detalle su situación.
El tumor, situado cerca del lóbulo frontal, presenta características genéticas y morfológicas que lo hacen especialmente invasivo y difícil de extirpar por completo; por ello optó por tratamientos combinados y por trasladarse temporalmente a centros que ofrecen opciones experimentales. Collins ha hablado también de su determinación de intentar terapias que, incluso si no le curan, puedan ayudar a avanzar tratamientos para futuros pacientes.
¿Qué es el glioblastoma y cuál es el pronóstico habitual?
El glioblastoma multiforme (GBM) es el tumor cerebral maligno primario más frecuente y el de peor pronóstico en adultos: invade el tejido sano con «tentáculos» microscópicos, lo que impide una resección quirúrgica completa en muchos casos.
Con el tratamiento estándar (resección maximal segura seguida de radioterapia y temozolomida) la mediana de supervivencia suele situarse entre 12 y 15 meses; existen investigaciones prometedoras y ensayos que han ampliado esos márgenes en subgrupos o con protocolos experimentales, pero el GBM continúa siendo una enfermedad con mortalidad alta.
Tratamientos mencionados en su relato
Jason Collins ha descrito que tras la detección inició un protocolo que incluyó medicación, radioterapia y quimioterapia; además se trasladó a centros con acceso a técnicas de administración dirigida y a inmunoterapias personalizadas con la intención de frenar el crecimiento tumoral y ganar tiempo para opciones experimentales. Los reportes señalan que, pese a la agresividad del cuadro, ha tenido fases de mejoría sintomática durante el proceso.
Carrera en la NBA su rol, equipos y números
El centro de 2,13 m nacido en Los Ángeles fue elegido en el draft de 2001 (18º en la primera ronda) y disputó 13 temporadas en la NBA (2001–2014), pasando por seis franquicias: New Jersey/Brooklyn Nets, Memphis Grizzlies, Minnesota Timberwolves, Atlanta Hawks, Boston Celtics y Washington Wizards.
Si bien no fue una estrella ofensiva, su valor quedó reflejado en su defensa, tamaño y capacidad para aportar en minutos específicos como pívot de reserva. Según los registros oficiales y bases de datos deportivas, sus promedios de carrera en temporada regular son aproximadamente 3.6 puntos, 3.7 rebotes y 0.5 tapones por partido, con un total de 735 partidos disputados y acumulando alrededor de 2.621 puntos y 2.706 rebotes en su carrera. Su presencia trascendió las estadísticas: su declaración acerca de su sexualidad en 2013 lo convirtió en un referente social y cultural dentro y fuera del deporte.
Más allá de los números en la NBA
La importancia pública de Collins no se limita a sus prestaciones en las canchas de la NBA. En 2013 se convirtió en el primer jugador activo de las grandes ligas estadounidenses en declarar públicamente su homosexualidad (una decisión que, según él mismo y muchos comentaristas, abrió puertas y dio visibilidad a otros deportistas).
Su figura es asociada con la batalla por la inclusión en el deporte profesional y con gestos simbólicos (como el número 98 en recuerdo de Matthew Shepard). El anuncio de su enfermedad ha provocado una oleada de muestras de cariño y cobertura mediática, además de reavivar debates sobre la privacidad, el apoyo institucional y el acceso a tratamientos experimentales para enfermedades graves.
Opciones reales y límites médicos
Desde el punto de vista clínico, la estrategia para pacientes con GBM suele combinar cirugía (cuando es factible y segura), radioterapia y quimioterapia, con la posibilidad de incluir ensayos clínicos (vacunas, terapias dirigidas, delivery systems que atraviesan la barrera hematoencefálica, inmunoterapia personalizada).
Esos enfoques pueden prolongar la supervivencia o mejorar la calidad de vida en ciertos casos, pero no garantizan curación. En el caso de Collins, los reportes indican que las características moleculares de su tumor complican la remoción quirúrgica completa y hacen que el equipo apueste por soluciones mixtas y experimentales, buscando tanto control local como respuesta sistémica. La comunidad oncológica recuerda que cada caso es único: existen supervivientes que superan ampliamente la mediana estadística, pero son excepciones.
Qué vigilar en las próximas semanas
Declaraciones médicas oficiales y evolución clínica: la información directa de Collins (como la columna en ESPN) y comunicados de su equipo familiar son las fuentes más fiables sobre su estado.
Reacciones institucionales (NBA, excompañeros) y posibles iniciativas solidarias o de financiación para investigación o apoyo al paciente.





















