
Dentro del torbellino de la NBA, donde las lealtades se prueban en el vestuario, la inesperada separación de Chris Paul de los Clippers deja un vacío que resuena más allá de la cancha. James Harden y Kawhi Leonard, pilares del equipo, se sinceran por primera vez: su desconcierto ante una decisión que nadie vio venir. ¿Apoyan la directiva o cuestionan la decisión en un año ya caótico? Esta confesión íntima desvela tensiones que podrían redefinir la temporada angelina.
El impacto inicial: La sorpresa que paralizó a las estrellas de Los Ángeles
James Harden, no ocultó su perplejidad cuando el teléfono vibró con la noticia. “Estoy tan sorprendido como ustedes”, admitió en rueda, su voz cargada de esa franqueza que lo ha definido desde Houston. Para él, la ruptura no era solo personal, sino un recordatorio de lo frágil que es la dinámica en un equipo al límite. Con los Clippers en 6-18, fuera de la clasificación y un net rating de -8,4 que los hunde en el 25º puesto ofensivo, muchos creen que es tiempo de reconstrucción.
“”Definitivamente me sorprendió. Pero no solo Chris, es mucho con lo que estábamos lidiando. Pero eso está fuera de mi control. Tengo que concentrarme en lo que tengo que concentrarme y en lo que puedo controlar. Supongo que la directiva consideró que era la mejor decisión para la organización”, añadió Harden, desviando la mirada hacia el suelo, como si procesara el peso de un vestuario que pierde a un mentor de 40 años. Kawhi Leonard, el silencioso ejecutor con dos anillos y cinco defensas ideales, fue igual de directo, aunque con su habitual economía verbal. “Me impactó. Supongo que tuvieron una conversación y la directiva tomó una decisión”, dijo tras el triunfo 112-105 ante Atlanta.
Esta reacción conjunta, basada en una sorpresa compartida, pinta un vestuario fracturado pero unido en el desconcierto. El martes, Paul posteó en Instagram a las tres de la mañana sobre su regreso forzado a Los Ángeles desde Atlanta, un exilio que Frank confirmó horas después: “Nos separamos; él ya no está con nosotros. Colaboraremos en su siguiente paso”. Para Harden y Leonard, esto llegó como un trueno: Paul, 12 veces All-Star y líder en asistencias de la franquicia, era el puente a su propia historia en Clippers.
Tensiones subyacentes: ¿Qué rol jugó Paul en el caos de los Clippers?
La grieta no surgió de la nada. Fuentes cercanas describen un roce creciente entre Paul y Ty Lue: conversaciones tensas en entrenos, cuestionamientos a rotaciones que limitaban al veterano a 14,3 minutos. Paul, con su contrato de un año por 3,6 millones firmado en julio para un “regreso a casa”, no ocultaba frustración. Esta fricción, sumada a un inicio 1-7 que costó el puesto a Paul, influyó en la directiva. Frank, presidente de operaciones, asumió responsabilidad pública: “Nadie culpa a Chris por nuestro récord; hay múltiples factores”. Pero insiders filtran que la “dinámica tóxica” que se desarrolló en el equipo con Paul retando decisiones, aceleró el corte.
Los Clippers, con pick de 2026 cedido a Thunder por el deal de George, no pueden permitirse mediocridad: el lujo tax de 180 millones y el apron limitan fichajes. Paul, elegible para un trueque desde el 15 de diciembre, espera con incertidumbre. Esta confesión de Harden y Leonard humaniza el drama: no rebelión, sino lamento por un compañero que, pese a su rol reducido, simbolizaba la resiliencia ante todo. Paul, con 20.142 puntos y 12.499 asistencias (segundo histórico), cierra su tercera etapa en Clippers (2011-17, breve en 2023 y 2025). La gran pregunta persiste ¿Chris Paul podrá conseguir una oportunidad con otro equipo o se viene un retiro inminente?





















