
En el epicentro de la NBA, Chris Paul, el armador que redefinió la maestría en la cancha, enfrenta un giro brutal: los Clippers lo envían a casa en plena gira, confirmando una ruptura que mancha su adiós soñado. A sus 40 años, en lo que se perfilaba como su última danza, esta jugada de Los Ángeles despierta ecos de traiciones pasadas. ¿Sobrevive su aura de leyenda intacta ante un final tan abrupto? Esta crónica indaga en las fisuras de una franquicia en crisis y un ícono de la liga que se despide.
El amanecer amargo: ¿Cómo Clippers cortó lazos con su ídolo eterno?
La medianoche del 2 de diciembre de 2025 sucedió la hora de quiebre para Chris Paul. Mientras el equipo se preparaba en Atlanta para medirse a los Hawks, lo notificaron de regreso a Los Ángeles, un exilio silencioso revelado en su historia de Instagram pasada la una de la madrugada. Horas después, Lawrence Frank, presidente de operaciones baloncestísticas, emitió un comunicado que selló el divorcio: “Nos separamos de Chris y ya no formará parte del equipo. Colaboraremos en el siguiente paso de su carrera. Chris es una leyenda de los Clippers con una trayectoria histórica. Nadie lo culpa por nuestro bajo rendimiento; asumo la responsabilidad por nuestro récord actual. Hay múltiples causas para nuestras dificultades. Agradecemos su huella en la franquicia” manifestó.
Paul, reclutado en julio con un contrato de un año por 3,6 millones de dólares, regresaba a la casa que lo vio brillar de 2011 a 2017. Aquel Lob City, impulsado por su visión, cosechó dos títulos divisionales del Pacífico y tres avances en playoffs, hitos que lo erigen como el máximo asistidor y ladrón de balones en la historia angelina. Pero esta temporada, su rol de suplente con solo 16 apariciones, 2,9 puntos, 3,3 asistencias en 14,3 minutos y un 32,1% en tiros, no bastó. Su último juego, el lunes ante el Heat, sumó ocho tantos y tres pases en 15 minutos durante una derrota 140-123, sellando un adiós sin brillo.
La directiva explora opciones: trueque post-15 de diciembre, acuerdo de rescisión o despido con pago íntegro, aunque este último genera complicaciones salariales y de plantilla. Fuentes indican que Paul no impulsó la salida; fue una resolución unilateral, eco de la tradición clipper de rupturas con veteranos clave. En enero de 2018, Blake Griffin, fresco de una extensión de 171 millones, fue traspasado a Detroit por un viraje estratégico. Ahora, con Paul, la historia se repite en un contexto de colapso: 5 victorias y 16 derrotas, empatados con Sacramento por el penúltimo puesto en el Oeste, tras 14 reveses en 16 duelos y cinco seguidos.
Herencia en jaque: El peso de un legado que trasciende la traición
Chris Paul, nacido en Winston-Salem en 1985, debutó en la NBA como cuarta selección de 2005 con New Orleans, donde promedió 18,7 puntos, 8,8 asistencias y 2,2 robos en su año novato. En 21 campañas de Hornets a Clippers, Rockets, Thunder, Suns, Warriors y Spurs, acumula 20.142 puntos, 12.499 asistencias (segundo histórico tras Stockton) y 2.717 recuperaciones (también segundo). Doce veces All-Star, once en equipos ideales y nueve en defensivos, lideró asistencias cinco veces y robos seis. En playoffs, 149 juegos con 19,1 tantos y 8,9 pases, aunque el anillo se le resiste.
En noviembre de 2025, en Carolina del Norte, insinuó el retiro con un post: “¡Qué viaje! Aún queda mucho… ¡AGRADECIDO por esta última!”. Fuentes lo confirman: 2025-26 sería su cierre, pero esta fractura lo deja en limbo. ¿Un último equipo para cazar el título esquivo? Minnesota, con Anthony Edwards forzando roles de armador o Houston donde brilló en 2017-19, bajo Ime Udoka, emergen como posibilidades. Ambas plazas aspiran a la corona, alineándose con el anhelo de Paul por un cierre glorioso.
La crisis angelina agrava el drama. Tras fichar a Bradley Beal en verano quien cayó por lesión de cadera en noviembre, fuera toda la temporada, el quinteto de veteranos (Kawhi Leonard, James Harden, Beal, Paul, Nicolas Batum) prometía contención, pero el net rating negativo y la racha de noviembre (2-13, uno de los peores meses del equipo) forzaron el recorte. Ty Lue, técnico, limitó minutos de Paul en una rotación atestada, priorizando juventud como Kris Dunn o Bojan Bogdanović. Su legado, forjado en resiliencia, resiste: futuro inmortal en Springfield, pero esta cicatriz angelina invita a reflexionar sobre lealtad en un negocio implacable. En la NBA, las leyendas no siempre dictan su destino.




















