
En el siempre intenso mercado NBA, donde un traspaso oportuno puede inclinar la balanza hacia el anillo, surge un nombre que grita oportunidad: un guardia de 26 años con fuego en las venas, atrapado en reconstrucciones eternas, listo para detonar en un equipo de élite. ¿Podría este talento subestimado ser el catalizador que un aspirante al título busca para rematar su rotación? Tras ocho campañas de destellos en Cleveland, Utah y ahora Charlotte, su eficiencia y energía lo posicionan como el secreto mejor guardado.
Un jugador que podría marcar diferencias
El mercado NBA de verano ha sido un torbellino de movimientos, con traspasos que reconfiguran aspirantes y reconstruyen dinastías. Sin embargo, Collin Sexton, seleccionado octavo en el Draft 2018 por los Cleveland Cavaliers, encarna el prototipo de jugador infravalorado: un anotador implacable que ha promediado 18.8 puntos por partido en 407 encuentros de temporada regular, con 3.7 asistencias y 2.8 rebotes.
Su carrera, marcada por transiciones turbulentas, lo ha mantenido alejado de los reflectores de contendientes, pero su contrato expirante de $19 millones para 2025-26, el último de un acuerdo de cuatro años por $71 millones, lo convierte en un activo de bajo costo para los contendientes. Desde sus inicios en Cleveland, donde debutó como novato con 13.6 puntos en 33 minutos por juego durante la era post-LeBron, Sexton ha navegado reconstrucciones sin fin. En 2022, un traspaso lo envió a Utah Jazz como parte del paquete por Donovan Mitchell, donde en la temporada 2024-25 registró 18.4 puntos, 4.2 asistencias y un 48.0% en tiros de campo en 63 partidos.
Recientemente, Utah lo cedió a Charlotte Hornets a cambio de Jusuf Nurkic y una selección de segunda ronda de 2031, un movimiento que según muchos expertos describen como un intercambio de valor desigual, destacando el potencial de Sexton. En los Hornets, un equipo en desarrollo con solo 19 victorias en 2024-25, Sexton se une a un núcleo joven, pero su rol nuevamente puede verse opacado si el equipo no rinde lo esperado.
El itinerario de un sobreviviente: De reconstrucciones a potencial estelar
Collin Sexton, forjó su reputación en Alabama, donde promedió 19.2 puntos y 3.8 rebotes como freshman, ganando honores All-SEC y liderando a los Crimson Tide de vuelta a la NCAA tras seis años de ausencia. Apodado “Young Bull” por su intensidad, Sexton entró a la NBA con un contrato rookie de cuatro años por $31.4 millones, pero las lesiones y el bajo rendimiento de Cleveland, eliminados en primera ronda en 2020, lo obligaron a madurar rápido. Una actuación memorable, llego en 2020-21, registrando 42 puntos en un doble overtime contra Brooklyn Nets, su récord personal.
Su paso por Utah, de 2022 a 2025, fue un renacer: pese a un equipo que terminó con 17 victorias en 2024-25, Sexton elevó su eficiencia de tiro, anotando 27 puntos en tres de sus últimos cinco juegos. En Charlotte, ahora con un roster que incluye a LaMelo Ball, Brandon Miller (proyectado como All-Star emergente) y Miles Bridges, Sexton enfrenta otro capítulo de desarrollo, pero su contrato expirante lo hace ideal para un traspaso a mitad de temporada, como algunos analistas de la liga lo especulan.
Los Hornets, con victorias proyectadas un poco cortas para 2025-26, dependen de la salud de Ball, quien estuvo ausente en 35 juegos el año pasado y además, el crecimiento de Miller, quien en su segunda temporada promedió 18.0 puntos. Bridges, con 20.3 puntos y 7.5 rebotes en 2024-25, añade atletismo, pero el equipo carece de profundidad en el backcourt, posicionando a Sexton como un puente temporal en un desarrollo que podría extenderse hasta 2027.