DeAndre Ayton llegó a los Lakers como un riesgo calculado en el verano de 2025, un pívot con potencial eclipsado por dudas sobre su consistencia. Ahora, con varios juegos en la mochila y una racha positiva de victorias que catapulta al equipo al segundo puesto del Oeste, sus cifras desafían expectativas. ¿Es este el renacer que necesitaban los Lakers para competir por el anillo, o solo un espejismo antes de recaídas? En una temporada donde la salud y la química lo son todo, Ayton podría ser la clave de los angelinos.
El resurgir de Ayton: Cifras que rompen moldes en la pintura angelina
DeAndre Ayton, seleccionado como la primera elección del draft de 2018 tras brillar en Arizona con 20,1 puntos y 11,6 rebotes universitarios, aterrizó en los Lakers vía agencia libre con un contrato de cuatro años por 133 millones. Su paso por Phoenix (2018-2023) y Portland (2023-2025) fue un vaivén: promedios vitalicios de 17,7 puntos y 10,3 rebotes, limitado por molestias en el tobillo y la espalda. En Los Ángeles, bajo el mando de JJ Redick en su segundo año, ha encontrado un rol que encaja como guante: ancla defensiva y finalizador en transición con Luka Doncic y LeBron James.
Hasta finales de noviembre de 2025, en 15 partidos, Ayton acumulaba 16,0 puntos, 8,6 rebotes, 0,9 asistencias y 0,9 tapones en 29,5 minutos, con un brutal 71% en tiros de campo el mejor de su carrera. En noviembre, nueve juegos lo elevan a 16,0 tantos con 74,7% de acierto, 8,8 rebotes, 0,7 asistencias, 0,9 robos y 0,9 bloqueos en 27,8 minutos. Lo impactante: siete dobles-dobles de 20+10 en 17 juegos, superando los seis de toda la campaña 2024-25 en Portland (40 apariciones). Su último pico, 22 puntos y 12 rebotes con cuatro tapones ante New Orleans el 30 de noviembre, selló una victoria 133-121 sin James, destacando su química con Doncic.
Esta eficiencia no es casual. Ayton ha refinado su juego post-bajo: 75,3% en los últimos ocho duelos, con cuatro dobles-dobles seguidos y 17,4 puntos, 8,9 rebotes en noviembre. Redick lo motiva con camisetas personalizadas y lo integra en un esquema que explota su físico de 2,13 metros y 129 kilos. Con Doncic, promedia 17,8 en ocho juegos, superando sus 15,5 en Portland. Los Lakers, con +8,2 en net rating, deben esta solidez interior a él: reducen rivales al 42% cerca del aro.
Entre dudas y realidades: ¿Salud frágil o pieza clave para el título?
El debate sobre Ayton en los Lakers radica en su durabilidad, un espectro que ha perseguido su carrera desde Phoenix. Esta temporada, una contusión en la rodilla derecha lo sacó ante Utah el 22 de noviembre, perdiendo el duelo con Clippers el 25; regresó el 28 contra Dallas en la Copa NBA, pero el 30 ante Pelicans, un choque con Derik Queen en el cuarto lo obligó a salir a los 27 minutos. “Se enfrió después del partido, estoy bien”, minimizó post-juego, y Redick confirmó su salida programada.
Esta fragilidad contrasta con su impacto: en sus 15 juegos, los Lakers son 12-3 con él, +12,4 en net rating; sin él, 3-2 pero con -2,1. Su ausencia ante Clippers expuso huecos, Jaxson Hayes sumó 8 puntos, 5 rebotes, pero el regreso impulsó la racha de siete victorias, ocho de diez. Con James recuperado, el quinteto titular Doncic, James, Reaves, Hachimura y Ayton es formidable: eficiencia ofensiva de 118 puntos por 100 posesiones. ¿Acierto total? Para muchos, sí: transforma una rotación endeble en contendiente inmediato.
Pero la decepción acecha si las lesiones vuelven: a 27 años, con historial de 95 juegos en dos años, ¿aguantará 70 en una sola? Redick se encuentra gestionando los minutos (29,5 promedio), pero el calendario aprieta. Si Ayton sostiene estos números, mejor que sus 16,7 y 10,2 en Phoenix 2022-23, los Lakers podrían repetir la final de 2020. De lo contrario, volverán las dudas en una temporada implacable.
Freddy Díaz, nacido en Caracas, Venezuela, es un apasionado del deporte con 5 años de experiencia en creación de contenido, redacción de noticias, editoriales y pronósticos deportivos. Especializado en baloncesto, disciplina que practica desde los 8 años, vive y siente el deporte como parte esencial de su vida. Su conocimiento práctico y analítico lo convierten en una voz autorizada, combinando experiencia en la cancha con una sólida trayectoria en el mundo del periodismo y análisis deportivo.
