
Los Denver Nuggets han protagonizado uno de los culebrones del verano en el mercado de fichajes de la NBA. Tras adquirir al pívot lituano Jonas Valanciunas en un traspaso con los Sacramento Kings, el equipo de Colorado se enfrenta a un nuevo desafío: retener a su nuevo refuerzo frente al interés del Panathinaikos, que busca llevarlo de vuelta a Europa con una oferta millonaria. La franquicia, sin embargo, tiene claro que Valanciunas es clave para sus planes.
Un refuerzo estratégico para los Nuggets
El traspaso de Jonas Valanciunas a los Denver Nuggets marcó un movimiento estratégico para fortalecer la pintura del equipo campeón de 2023. A cambio de Dario Saric, enviado a los Sacramento Kings, Denver se aseguró a un pívot experimentado, capaz de complementar al tres veces MVP Nikola Jokic. Con un contrato de dos años y 10 millones de dólares por temporada, con una opción de equipo para 2026-2027, Valanciunas llega como una solución ideal para cubrir los minutos en los que Jokic descansa.
El lituano, de 33 años y 2,11 metros, demostró su valía la temporada pasada entre los Washington Wizards y los Kings, promediando 10.4 puntos y 7.7 rebotes. Estas cifras, unidas a su experiencia en la pintura, lo convierten en el recambio perfecto para Jokic, una pieza que los Nuggets han buscado desde hace tiempo. Sin embargo, el plan de Denver se vio amenazado por un inesperado interés desde Europa.
El sueño europeo frustrado
El Panathinaikos, uno de los gigantes de la Euroliga, irrumpió con una oferta tentadora: 12 millones de euros netos por tres temporadas. Según medios griegos, el club y Valanciunas habrían alcanzado un acuerdo verbal, lo que generó revuelo en el baloncesto europeo. La posibilidad de ver al lituano formando un trío de élite junto a Mathias Lessort y Omer Yurtseven en Atenas ilusionó a los aficionados y al controvertido propietario del club, Dimitris Giannakopoulos. Incluso el entrenador Ergin Ataman, veía en Valanciunas una incorporación estelar para su proyecto.
No obstante, los Nuggets no están dispuestos a ceder. Según el periodista Shams Charania, la franquicia ha comunicado tanto al jugador como a su entorno que esperan que cumpla su contrato. Para que Valanciunas pudiera fichar por el Panathinaikos, sería necesario un acuerdo de buyout, lo que implicaría que el pívot renunciara a una parte significativa de su salario. Denver, sin embargo, no parece dispuesto a negociar, considerando al lituano un activo clave para sus aspiraciones al título. El traspaso de Saric, quien apenas disputó 16 partidos la temporada pasada, refleja la importancia que los Nuggets otorgan a Valanciunas.
A diferencia del croata, el lituano aporta consistencia, presencia física y experiencia, cualidades esenciales para un equipo que busca recuperar su lugar en la élite de la NBA. La negativa de Denver a facilitar su salida deja claro que el proyecto deportivo está por encima de cualquier oferta externa, por atractiva que sea. El interés del Panathinaikos no es solo un capricho económico. Valanciunas, con su veteranía y habilidades, habría sido un refuerzo de lujo para la Euroliga, pero su contrato con los Nuggets, que se extiende hasta 2027 (con la última temporada no garantizada), complica cualquier posibilidad de regreso al viejo continente.