No fue fácil el regreso de Gordon Hayward a Salt Lake City. El alero jugó su primer partido en su antigua casa. No lo había hecho desde que se fue del equipo. En julio de 2017. Destino a Boston. La lesión que le arruinó la temporada lo había impedido.
Hayward solo pudo jugar los primeros minutos de la temporada. Se fracturó la tibia izquierda con dislocación de tobillo. Lesión horrible. No hubo visita a la cancha de Utah.
Eso sí ocurrió anoche. En las presentaciones… bastantes más abucheos que aplausos. Recibimiento frío o caliente, según se mire. Luego, abucheos para el alero cada vez que tenía el balón en sus manos. El reencuentro no fue feliz.
Además, Boston perdió 123-115. Ante unos Jazz capitaneados por Joe Ingles. Con muchos aportando. Con un buen Ricky Rubio.
El ex de Utah fue titular. Jugó 26 minutos. Y le dio a Boston 13 puntos y 7 asistencias. Desde luego, no fue su mejor noche. Se fue de Utah en 2017 como un All-Star. Regresó anoche a Utah como un jugador en construcción. Y no hubo piedad con él desde la grada. Porque la afición de los Jazz no le perdona su marcha.
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