
Las Finales ACB han coronado nuevamente al Real Madrid como campeón, consolidando su dominio en la Liga Endesa con su 38.º título. En una temporada marcada por altibajos, el equipo de Chus Mateo superó las expectativas y silenció las críticas con un rendimiento impecable en los playoffs. Jugadores como Facundo Campazzo y Sergio Llull, cuestionados por su edad y forma, fueron clave en una gesta que reafirma la grandeza blanca.
Playoffs arrollador
El Real Madrid llegó a las Finales ACB tras una campaña irregular, con decepciones en la Copa del Rey y la Euroliga que dejaron dudas sobre su potencial. Sin embargo, los playoffs mostraron la mejor versión del equipo. Con un récord de 8-1 en las eliminatorias y una racha de 30 victorias en los últimos 31 partidos desde diciembre, los blancos fueron una máquina imparable. En la final, barrieron al Valencia Basket con un contundente 3-0, culminado por un 70-81 en el tercer encuentro.
Facundo Campazzo, a sus 34 años, demostró estar lejos de un declive. Su liderazgo y visión de juego fueron fundamentales, especialmente en el tercer partido, donde sumó 9 puntos y 8 asistencias, liderando un parcial decisivo en la segunda mitad. Junto a él, Sergio Llull, a pesar de las críticas por su edad, aportó 11 puntos en el choque final, mostrando su característico instinto clutch. Otros nombres como Andrés Feliz (18 puntos en el primer partido), Bruno Fernando y Walter Tavares, con su presencia intimidatoria en la pintura, complementaron un roster equilibrado. La dirección de Chus Mateo, quien asumió el mando tras Pablo Laso en 2022, fue clave para mantener la cohesión y exprimir el talento de un grupo que, aunque reducido a 11 jugadores, supo adaptarse y brillar.
El Madrid impuso su ritmo desde la defensa, controlando rebotes y forzando pérdidas rivales, como destacó Campazzo después del tercer partido: “ “La característica principal de este equipo son los líderes que suman mucho y que ceden el protagonismo por el bien del equipo. No es nada fácil ganar títulos, hay que tomar dimensión de lo que hicimos, por lo menos jugando finales. Este año ganamos uno solo, pero es un esfuerzo muy grande, jugamos contra un rival con grandes individualidades que te exigía al máximo. Hay que abrazar este título y valorarlo”. Esta filosofía, combinada con una ofensiva efectiva liderada por triples oportunos y cortes precisos, desarmó a un Valencia Basket que, pese a su gran temporada, no pudo resistir el asedio blanco.
A pensar en la próxima temporada
El título ACB, el número 100 en la historia del club desde 1951, es un hito, pero no oculta las reflexiones que el propio equipo reconoce necesarias. Mario Hezonja, en una declaración sorprendente tras la victoria, expresó en Cadena SER su frustración: “Un título no justifica lo mal que lo hicimos en otras competiciones”. Sus palabras reflejan la exigencia del madridismo, donde un solo trofeo no basta para un club acostumbrado a pelear por todo.
La temporada 2024-25 comenzó con la marcha de jugadores clave como Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Guerschon Yabusele, y algunos fichajes, como los de Andrés Feliz y Usman Garuba, tardaron en adaptarse. Pese a ello, el equipo encontró su ritmo en la segunda mitad del curso, liderado por veteranos como Campazzo y Llull, y jóvenes promesas como Dzanan Musa y Hugo González. La gestión de Mateo, con un palmarés que ya incluye dos Ligas, una Euroliga y otras tres competiciones, ha mantenido al Madrid competitivo, pero su continuidad depende de las decisiones de Florentino Pérez.
De cara al futuro, el club enfrenta un verano de planificación. Con rumores sobre posibles incorporaciones y la posible salida de Juan Carlos Sánchez, director de la sección tras 15 años y 28 títulos, el Madrid busca reforzar su plantilla para no ceder terreno en Europa ni en la ACB. La combinación de experiencia, juventud y una dirección técnica sólida será clave para mantener el legado de un equipo que, incluso en un año complicado, supo reponerse y conquistar la Liga Endesa.