¡Golpe brutal en el derbi catalán! La Penya frustra el primer título del Barça Basket
El Palau d'Esports de Tarragona fue testigo de un vibrante choque de semifinales de la Lliga Catalana

En el ardiente escenario del derbi catalán, el Barça Basket, campeón reinante de la Lliga Catalana, chocó contra un Joventut de Badalona inspirado que le arrancó de las manos el primer trofeo de la temporada 2025-26. En un final de infarto en Tarragona, el brillo de una leyenda y el acierto de un nuevo fichaje dejaron al Palau atónito. ¿Qué falló en el esquema blaugrana? ¿Cómo marcó la diferencia la Penya? Sumérjase en los detalles de esta épica batalla que ya agita la ACB.

Un partido lleno de emociones

El Palau d'Esports de Tarragona fue testigo de un vibrante choque de semifinales de la Lliga Catalana, donde el Joventut de Badalona venció al Barça Basket por un ajustado 80-81. Este torneo, que reúne a los seis clubes catalanes de la ACB (Barça, Joventut, BAXI Manresa, Bàsquet Girona, Hiopos Lleida y MoraBanc Andorra), marca el preludio oficial de la temporada española, y el Barça, con 25 títulos históricos en la competición, llegaba como favorito tras ganar las ediciones de 2023 y 2024. Sin embargo, los blaugranas, dirigidos por Joan Peñarroya, no pudieron extender su racha, cayendo por primera vez en una semifinal desde 2007.

El partido comenzó con un Barça Basket desdibujado, acertando solo 3 de 10 tiros de dos en el primer cuarto, lo que permitió a la Penya tomar ventaja de 9-17, impulsada por Cameron Hunt, quien terminó con 25 puntos (8/12 en campo, 2/4 en triples, 7/8 en libres) y dos tiros libres cruciales a 5 segundos del final, según el resumen estadístico de Esport3. Willy Hernangómez, pívot titular blaugrana, no logró imponerse ante Joel Birgander, mientras las faltas tempranas complicaron la defensa culé, que permitió 8 puntos desde la línea en el primer cuarto. Peñarroya, visiblemente frustrado, exigió en el primer tiempo muerto un juego más estructurado, ya que las acciones individuales predominaron sin éxito, dejando el marcador en 9-17.

La entrada de Nicolás Laprovittola y Tomas Satoransky dio fluidez al Barça, que remontó hasta un 38-37 al descanso, gracias a un parcial de 21-16 en el segundo cuarto. El debut de Tornike Shengelia, nuevo fichaje blaugrana, aportó 6 puntos rápidos, pero la Penya respondió con triples en el tercer cuarto, liderando 42-49. Kevin Punter, con 8 puntos, igualó el duelo a 55-55, pero la falta de consistencia en los últimos minutos, un mal recurrente de la temporada 2024-25 donde el Barça no ganó títulos nacionales ni continentales, volvió a pasar factura.

Ricky Rubio: El regreso que encendió Tarragona

Ricky Rubio, de 34 años, fue el alma del Joventut, regresando tras un año sabático por salud mental. En 19 minutos, anotó 11 puntos (todos desde tiros libres, 10/11), repartió 5 asistencias y sumó 14 de valoración, provocando 8 faltas que desestabilizaron al Barça Basket. Su momento estelar llegó en el segundo cuarto con una asistencia no-look por la espalda a Ante Tomic, tras un amago que engañó a Juani Marcos y Willy Hernangómez, una jugada viral. Rubio, controlando el ritmo con maestría, recordó al base que brilló en la NBA y con España, ganadora del Mundial 2019. El impacto de Rubio no solo fue estadístico. Su liderazgo permitió a la Penya mantener la calma en un duelo que cambió de líder 9 veces, con 7 empates.

Hunt, ex de la G-League y nuevo fichaje verdinegro, complementó con un 67% en tiros de campo, mientras Joel Birgander (10 puntos, 6 rebotes) y Jonas Hakanson (12 puntos) sostuvieron el ataque ante un Barça que falló 6 de 9 tiros libres en el último cuarto. La conexión Rubio-Tomic, forjada en la cantera badalonesa, fue clave para resistir los embates de un Barça más físico pero menos inspirado.

Para el Barça Basket, este tropiezo duele más allá del trofeo. La afición, expectante tras un verano de fichajes, cuestiona si el equipo está listo para competir con gigantes como Real Madrid o Fenerbahce en Euroliga. Peñarroya tiene días para ajustar antes del debut liguero, pero la sombra de la Penya ya pesa. Este derbi no solo entregó espectáculo, sino un mensaje: en el baloncesto catalán, nadie regala nada.

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