
En la Euroliga 2025-26, donde cada jornada reserva giros imprevisibles, el duelo entre Barcelona y Valencia Basket elevó el espectáculo a otro nivel. Un festival anotador en el Palau Blaugrana terminó en victoria culé por 108-102, pero con un protagonista que surgió de la nada para inclinar la balanza. ¿Quién fue ese jugador que, en minutos clave, transformó un empate en euforia?
Un festival anotador: El Barça responde con autoridad en casa
El Palau Blaugrana vibró desde el salto inicial con un ritmo vertiginoso que definió el encuentro. El Barcelona, tras una derrota reciente en Liga Endesa ante el mismo rival (93-81 en el Roig Arena), necesitaba una declaración de intenciones en su estreno europeo en casa. Y la tuvo: un 65,1% en tiros de dos puntos y 47,8% en triples (11 de 23) reflejaron una ofensiva letal, algo que Joan Peñarroya había exigido tras las dos primeras jornadas de Euroliga, con un triunfo ante Panathinaikos y una caída ante Hapoel.
El primer cuarto marcó el tono. Los culés abrieron brecha con un parcial de 16-6, impulsados por la dirección de Tomas Satoransky, quien sumó 14 puntos y 26 de valoración total, orquestando jugadas con precisión quirúrgica. Will Clyburn, el veterano estadounidense de 34 años, tomó la batuta temprana: sus 19 puntos, incluyendo cuatro triples de cinco intentos, mantuvieron al Valencia a raya. El equipo taronja, invicto en Euroliga con victorias sobre Virtus Bolonia (103-94) y ASVEL (80-77), respondió con garra. Darius Thompson encadenó ocho puntos seguidos en el tercer cuarto, terminando con 19, mientras Omari Moore brilló con 21 tantos.
El descanso llegó con Valencia al frente por 48-49, tras un segundo cuarto de idas y venidas. Los de Pedro Martínez, sin Jean Montero ni Xabi López-Arostegui por molestias físicas, igualaron con transiciones rápidas y un 71,4% en dobles. Brancou Badio, formado en la cantera culé, aportó 15 puntos, con 13 al intermedio, pero su defensa sobre el escolta rival lo dejó marcado por errores. El tercer cuarto fue un ida y vuelta constante: el Barça cayó diez abajo (36-29 en el minuto 13), pero remontó hasta un 80-84 que ponía a Valencia a solo cuatro puntos a ocho minutos del final.
El clímax de Punter: De sombra a salvador en el cuarto decisivo
El último acto perteneció a quien menos se esperaba en ese rol protagónico. Kevin Punter, el escolta serbio de 31 años, había sido un secundario fiable: en las primeras jornadas, promedió 12 puntos con 35% en triples. Pero en este choque de la tercera jornada, explotó, Sus 27 puntos y 30 de valoración lo convirtieron en el dueño absoluto, especialmente en los últimos 2:50 minutos, donde anotó seis tantos cruciales para sellar el 108-102.
Punter emergió cuando el partido pendía de un hilo. Con el Valencia acechando, su triple en transición y penetraciones decisivas desarmaron la zona taronja. Esta actuación no solo vengó la derrota doméstica, sino que elevó al Barça a 2-1 en Euroliga, colocándolos en la zona media de la tabla, mientras Valencia caía a 2-1, su primer revés oficial del curso tras la Supercopa Endesa ganada al Real Madrid (94-98). Otros culés respaldaron: Willy Hernangómez sumó 11 rebotes y 11 puntos en dobles-dobles parciales, Vesely aportó 8 desde el banquillo.
En Valencia, pese a la decepción, Moore anotó 21 y Thompson 19, confirmando su potencial, y Costello (8) luchó en la pintura. La nota baja fue Kameron Taylor, con solo 5 puntos en un partido gris, lejos de su rol como anotador exterior. Peñarroya, en rueda de prensa, elogió la resiliencia: “Este equipo crece en la adversidad; Punter nos dio lo que necesitábamos: corazón y puntería”. Este Barcelona-Valencia no solo fue un bálsamo para los culés, sino un recordatorio de la Euroliga como escaparate de talentos. Punter, de promesa a héroe, encarna esa imprevisibilidad que hace adictiva la Euroliga.