
En la Euroliga 2025-26, el Real Madrid busca reconquistar la cima europea tras un arranque con altibajos. Pero en la tercera jornada, ante el ASVEL Villeurbanne, algo cambió: los nuevos fichajes emergieron con fuerza, liderando un triunfo clave por 85-72 en el Movistar Arena. ¿Son estos refuerzos el detonante para una temporada inolvidable? Descubre cómo Chuma Okeke, Trey Lyles y David Krämer transformaron un partido irregular en una declaración de intenciones, impulsando al Real Madrid hacia la élite.
La explosión de Chuma Okeke: Un debutante que redefine el perímetro
El ala-pívot estadounidense Chuma Okeke, llegado este verano desde la NBA con un contrato de dos años, firmó su primera actuación estelar en la Euroliga y dejó claro por qué el Real Madrid apostó por su versatilidad defensiva y su mano desde el triple. En solo 22 minutos sobre la pista, Okeke acumuló 17 puntos sin un solo fallo en el tiro, incluyendo cuatro de cuatro en lanzamientos de larga distancia, además de cinco rebotes y un tapón que alteraron el ritmo francés. Su impacto fue inmediato: en los primeros compases, dos triples suyos catapultaron a los blancos a un parcial de 18-6, desarmando la defensa del ASVEL y obligando a rotaciones prematuras.
Lo que más impresionó fue su adaptación al ritmo europeo. Okeke, de 27 años y con experiencia en Orlando Magic, Philadelphia 76ers y Cleveland Cavaliers, no solo anotó con precisión quirúrgica, sino que contribuyó en la sombra: su presión en el rebote ofensivo generó segundas oportunidades clave, y su defensa en el perímetro limitó a Edwin Jackson, el mejor del ASVEL con 16 puntos, a solo un 40% de acierto. Sergio Scariolo, el entrenador italiano, lo elogió en rueda de prensa por su esfuerzo constante: “Okeke añade lo que pedimos: rebotes, defensa y consistencia. Su tiro es valioso, pero su mentalidad para cada partido lo hace especial”. Esta actuación elevó su valoración a 25 créditos, la más alta del encuentro, y posiciona al nigeriano-estadounidense como un pilar en la rotación interior, complementando a Edy Tavares en la pintura.
El partido no fue un paseo: el Real Madrid sufrió en el segundo cuarto, con un bajón ofensivo que permitió al ASVEL acercarse a tres puntos (32-29). Ahí, Okeke reapareció con su tercer triple infalible, frenando la remontada y recordando su rol en Auburn, donde ayudó a alcanzar el Final Four de la NCAA en 2019. Su llegada, responde a la necesidad de profundidad tras lesiones como las de Theo Maledon y Usman Garuba. Con este desempeño, Okeke no solo valida su fichaje, sino que acelera la integración de los nuevos, elevando el techo del equipo en una Euroliga que ya suma 34 jornadas regulares.
Contribuciones colectivas: Lyles y Krämer sellan la madurez del grupo
Más allá de Okeke, el triunfo reveló la madurez de otros refuerzos, como Trey Lyles y David Krämer, quienes sumaron piezas clave en un engranaje que Scariolo está puliendo para aspirar al título. Lyles, el ala-pívot canadiense de 29 años fichado en septiembre por un año tras 662 partidos en la NBA con equipos como Utah Jazz y Sacramento Kings, registró 12 puntos y seis rebotes en 18 minutos. Su aporte fue quirúrgico: un palmeo crucial en el tercer cuarto y tiros libres perfectos (dos de dos) mantuvieron la renta en momentos de sequía anotadora.
Krämer, emergió en el tramo final con nueve puntos, incluyendo tres triples consecutivos que inflaron la ventaja a 22 (83-61 en el minuto 36). Sus 17 puntos por partido la temporada pasada en la competición europea se tradujeron aquí en defensa tenaz y un desborde ofensivo que desmoralizó al rival. Junto a Mario Hezonja (11 puntos, pese a un 0 de 6 en triples), Krämer simboliza la juventud renovada del Real Madrid, que promedió 24 asistencias en el duelo, reflejo de un movimiento de balón fluido pese a las ausencias.
El ASVEL, debilitado sin Nando de Colo ni Thomas Heurtel, dependió de su perímetro (ocho triples), pero la superioridad reboteadora madridista (38-29 totales) y la experiencia de veteranos como Sergio Llull (seis puntos, dos triples) y Facundo Campazzo (cinco puntos, cinco asistencias) sellaron el 85-72. Debuts como el de Gunars Grinvalds, canterano letón de 17 años, y Andrés Almansa añadieron frescura, con el equipo cerrando el primer cuarto 27-19 tras 10 asistencias en nueve canastas. Scariolo advirtió sobre el rebote defensivo como talón de Aquiles (17 ofensivos concedidos al ASVEL), pero celebró la colaboración: “Dimos un paso adelante; el reparto de minutos con lesiones nos obliga a crecer”.