
Dentro de lo que ocurre detrás de la gestión del Barça Basket, pocas historias generan tanto arrepentimiento como la que involucra a Nikola Jokic, el triple MVP de la NBA. ¿Qué habría pasado si el club azulgrana hubiera fichado al joven serbio en 2014? Una decisión que parecía intrascendente entonces hoy pesa como un error histórico. Descubre los detalles de esta oportunidad perdida que aún resuena entre los aficionados culés.
Un encuentro fugaz que marcó un antes y un después
El Barça Basket ha sido cuna de grandes talentos, pero la historia de Nikola Jokic es un capítulo que duele recordar. En 2014, con apenas 19 años, el pívot serbio del Mega Vizura estaba en la mira del club catalán. Jokic relató cómo el Barça viajó a Belgrado para evaluarlo en un partido. Sin embargo, ese día tuvo lo que él mismo describió como “el peor partido de mi vida”. Su actuación no convenció a los ojeadores azulgranas, quienes, según Jokic, le pidieron esperar dos meses más antes de tomar una decisión. Esa demora resultó fatal.
Mientras el Barça Basket dudaba, los Denver Nuggets actuaron con rapidez. Arturas Karnisovas, entonces gerente general de los Nuggets y exjugador del Barça entre 1995 y 1997, vio potencial en el joven serbio y lo seleccionó con la elección número 41 del Draft de la NBA de 2014. Jokic, quien por entonces tenía sobrepeso y consumía hasta dos litros de Coca-Cola diarios, no generó grandes titulares en su llegada a la NBA. Sin embargo, su evolución lo ha convertido en una superestrella: tres MVP y campeón de la NBA.
La ironía es innegable. Karnisovas, formado en la cantera culé, fue quien apostó por Jokic, mientras el Barça Basket dejó escapar a un jugador que hoy promedia casi un triple doble por partido en la NBA. En 2014, el Barça buscaba reforzar su juego interior tras el adiós de jugadores como Ante Tomic, pero la indecisión y ese fatídico partido en Belgrado cambiaron el rumbo de la historia.
¿Qué habría significado Jokic para el Barça Basket?
Imaginarse a Nikola Jokic en el Barça Basket es un ejercicio de nostalgia y especulación informada. En 2014, el equipo, dirigido por Xavi Pascual, venía de ganar la Liga ACB en 2013, pero luchaba por recuperar su dominio en la Euroliga tras el título de 2010. Jokic, con su visión de juego, capacidad de pase y dominio en el poste, habría encajado perfectamente en un sistema que priorizaba el juego colectivo. Su impacto podría haber sido similar al de jugadores como Nikola Mirotic, quien brilló en el Barça.
Sin embargo, el contexto de Jokic en 2014 era diferente. Con solo 19 años y un físico aún por pulir, su rendimiento en Mega Vizura (11.4 puntos, 6.4 rebotes en la Liga Adriática) no garantizaba el éxito inmediato que el Barça buscaba. La decisión de esperar, aunque lógica en ese momento, se convirtió en un error estratégico cuando los Nuggets lo incorporaron. El Barça priorizó otras opciones, como la renovación de jugadores consolidados, lo que dejó a Jokic fuera de su radar.
Hoy, Jokic no guarda rencor. En una entrevista, cuando se le preguntó si consideraría jugar en el Barça Basket en un hipotético regreso a Europa, respondió: “No estoy seguro de querer volver a Europa. Me gusta estar aquí [en la NBA]”. Su respuesta, sin resentimiento, cierra la puerta a un regreso, pero no al debate: ¿cómo habría cambiado la trayectoria del Barça con Jokic? La Euroliga, donde el equipo ha sumado solo un título desde 2010, podría haber tenido un giro drástico con un jugador de su calibre. Cada triple-doble, cada pase imposible, cada MVP, es un recordatorio de lo cerca que estuvo el club de fichar a un genio. En el Barça Basket, el “¿y si…?” seguirá resonando, un eco de una oportunidad que pudo haber reescrito su historia.