El reloj avanza hacia el 31 de octubre de 2025, y la WNBA enfrenta una crisis sin precedentes. Con el acuerdo colectivo (CBA) a punto de expirar, las jugadoras han dado un ultimátum: sin un nuevo contrato que cumpla sus demandas, podrían negarse a jugar. ¿Se avecina una huelga que detendrá la WNBA? La tensión crece, y el futuro de la liga pende de un hilo.
Las demandas de las jugadoras: Un grito por justicia en la WNBA
La WNBA ha alcanzado niveles históricos de popularidad, con un aumento del 48% en asistencia (9,800 aficionados por partido) y 657,000 espectadores promedio por juego televisado. Sin embargo, las jugadoras, lideradas por figuras como Nneka Ogwumike y Napheesa Collier, exigen un cambio en el modelo económico. El actual CBA, vigente desde 2020, otorga solo el 9% de los ingresos de la liga a las jugadoras, con un tope salarial de $1.46 millones por equipo. En comparación, los jugadores de la NBA reciben cerca del 50% de los ingresos.
El descontento se hizo evidente en el All-Star Game 2025, donde las jugadoras lucieron camisetas con el lema “Pay Us What You Owe Us”. Angel Reese, en su podcast Unapologetically Angel, advirtió: “Si no nos dan lo que queremos, nos sentaremos”. Las demandas incluyen un aumento significativo en el tope salarial, que podría triplicarse a $4.5 millones, así como mejores beneficios, como pensiones y apoyo para la planificación familiar. La WNBA, que proyecta pérdidas de $40 millones en 2025 pero espera ser rentable en 2026 gracias a un acuerdo de derechos de medios de $2.2 mil millones con Disney, Amazon y NBC, enfrenta presión para ceder.
La WNBPA, que optó por salirse del CBA en octubre de 2024, critica la falta de urgencia de la liga en las negociaciones. Satou Sabally calificó la oferta inicial de la WNBA como “una bofetada”, mientras Breanna Stewart señaló que ambas partes están “en lados completamente opuestos”. Sin un acuerdo antes del 31 de octubre, la liga podría enfrentar una extensión de negociaciones, como ocurrió en 2019, o un paro laboral que retrase o cancele la temporada 2026.
¿Huelga o Lockout? El futuro incierto de la WNBA
La posibilidad de una huelga o lockout en la WNBA es un tema candente. Un paro laboral sería histórico, ya que la liga nunca ha perdido partidos por disputas laborales, aunque el draft de 2003 se retrasó brevemente. Las jugadoras, fortalecidas por el auge de la liga y el respaldo de ligas alternativas como Unrivaled, donde Collier y Stewart son figuras clave, están decididas a no ceder. La WNBA, por su parte, bajo el liderazgo de Cathy Engelbert, insiste en un enfoque gradual para un acuerdo sin precedentes.
El crecimiento de la WNBA, con la incorporación de Golden State Valkyries en 2025 y Toronto Tempo y Portland Fire en 2026, añade urgencia a las negociaciones. Un lockout podría frenar este impulso, especialmente tras récords de audiencia impulsados por estrellas como Caitlin Clark, cuyos juegos promediaron 1.18 millones de espectadores. Sin embargo, factores externos complican el panorama. La contracción del PIB estadounidense en 2025, y un entorno político menos favorable para trabajadoras no estadounidenses y la comunidad LGBTQ, que incluye a muchas jugadoras, podrían debilitar la posición de la WNBPA.
A pesar de esto, la unión se mantiene firme, con Collier afirmando: “No nos moveremos en ciertos temas”. En pocas palabras, la WNBA está en una encrucijada. El ultimátum de las jugadoras refleja su determinación por lograr un acuerdo justo en un momento de auge para la liga. Con el deadline del 31 de octubre acercándose, la posibilidad de una huelga o lockout amenaza con detener la temporada 2026. ¿Podrán la WNBA y la WNBPA encontrar un punto medio para mantener el impulso? La respuesta determinará el futuro del baloncesto femenino profesional.
Freddy Díaz, nacido en Caracas, Venezuela, es un apasionado del deporte con 5 años de experiencia en creación de contenido, redacción de noticias, editoriales y pronósticos deportivos. Especializado en baloncesto, disciplina que practica desde los 8 años, vive y siente el deporte como parte esencial de su vida. Su conocimiento práctico y analítico lo convierten en una voz autorizada, combinando experiencia en la cancha con una sólida trayectoria en el mundo del periodismo y análisis deportivo.
