
El Clásico Caribeño encendió las pasiones rumbo a la FIBA AmeriCup 2025, con Puerto Rico venciendo 87-80 a República Dominicana en un vibrante amistoso en San Juan. El duelo, definido en tiempo extra, dejó a los aficionados al borde de sus asientos. ¿Qué reveló este enfrentamiento sobre ambos equipos? ¿Están listos para brillar en Managua? Descubre las claves de esta batalla.
Un duelo caribeño cargado de intensidad
El Coliseo Roberto Clemente en San Juan se convirtió en el escenario de un enfrentamiento épico entre Puerto Rico y República Dominicana, un amistoso que sirvió como antesala para la FIBA AmeriCup, programada del 22 al 31 de agosto en Managua, Nicaragua. Puerto Rico, liderado por el base de los New Orleans Pelicans, José Alvarado, remontó un partido reñido para imponerse en la prórroga. Alvarado fue la figura estelar, anotando 25 puntos, incluyendo siete en el tiempo extra, con cinco asistencias y dos rebotes.
Ysmael Romero complementó con un impresionante doble-doble de 17 puntos y 22 rebotes, mientras Isaiah Piñeiro añadió 14 puntos. Por el lado dominicano, Jassel Pérez brilló con 21 puntos y nueve rebotes, seguido por Andrés Feliz (15 puntos) y Ángel Delgado (12 puntos). El partido, que atrajo a una multitud entusiasta a pesar de los desafíos climáticos recientes en Puerto Rico, mostró la rivalidad histórica entre ambos equipos. En 2023, Puerto Rico también derrotó a Dominicana en el Coliseo José Miguel Agrelot antes del Mundial FIBA, ante 18.000 espectadores.
Este nuevo capítulo del Clásico Caribeño, con un final de infarto, mantuvo la intensidad de principio a fin. Dominicana lideró 37-36 al descanso, pero Puerto Rico, impulsado por su segunda unidad y el liderazgo de Alvarado, empató el marcador a 74-74 en el último segundo del tiempo regular, gracias a tres tiros libres de Pérez tras una falta en un intento de triple.
Lecciones rumbo a la FIBA AmeriCup 2025
El amistoso reveló fortalezas y áreas de mejora para ambos equipos. Puerto Rico, bajo la dirección del nuevo entrenador Carlos González, demostró resiliencia y profundidad, con jugadores como Romero y Gian Clavell aportando desde el banquillo. Sin embargo, su 41% de acierto en tiros de campo, idéntico al de Dominicana, sugiere que necesitarán mayor consistencia ofensiva en el Grupo B, donde enfrentarán a Panamá, Venezuela y Canadá.
República Dominicana, dirigida por Néstor “Ché” García, mostró garra, pero su pobre 15% en triples (5/32) fue un lastre. Las ausencias de Víctor Liz y David Jones-García por problemas de visado, y de Jean Montero por una lesión en la mano, limitaron su rotación. En el Grupo C, junto a Colombia, Nicaragua y el campeón defensor Argentina, los dominicanos necesitarán mejorar su tiro exterior para competir. Ambos equipos viajarán a Managua el 18 de agosto para ultimar detalles antes del debut. Puerto Rico abrirá contra Panamá el 22 de agosto, mientras que Dominicana enfrentará a Colombia. Puerto Rico, con su reciente participación olímpica en París 2024, llega con confianza, mientras que Dominicana apuesta por su mezcla de juventud y experiencia.
La pregunta ahora es si podrán trasladar esta intensidad al torneo oficial. ¿Qué esperar en Managua? Con la FIBA AmeriCup a días de comenzar, el Clásico Caribeño dejó claro que Puerto Rico y Dominicana son contendientes serios. La química de Alvarado y Romero, y la garra de Pérez y Feliz, prometen emociones fuertes. ¿Podrán superar a gigantes como Argentina o Estados Unidos? El Polideportivo Alexis Argüello será testigo de sus ambiciones. Por ahora, este choque épico ha elevado las expectativas para el torneo continental.