
La WNBA 2025 ha alcanzado un punto de inflexión con la respuesta de Caitlin Clark a las críticas de Napheesa Collier contra la comisionada Cathy Engelbert. Tras una temporada de controversias arbitrales y desigualdades salariales, Clark, ausente por lesiones, respalda a Collier y exige liderazgo fuerte. ¿Qué significa esta unión para el futuro de la WNBA? ¿Podrá la liga responder a las demandas de sus estrellas? Esta declaración no solo aviva el debate, sino que podría redefinir la competición.
Clark y Collier: Un llamado al cambio en la WNBA
Caitlin Clark, la sensación de Indiana Fever que transformó la WNBA desde su llegada, habló recientemente apoyando a Napheesa Collier tras sus críticas a Cathy Engelbert. “Phee planteó argumentos válidos; lo dijo todo”, afirmó Clark. Collier, jugadora de Minnesota Lynx, acusó a Engelbert de minimizar a jugadoras como Clark, diciendo que “debería estar agradecida” por los 16 millones que recibe gracias a la WNBA. Clark, limitada a 13 partidos en 2025 por un esguince de tobillo, subrayó: “Es el momento más importante de la WNBA; necesitamos liderazgo”.
Collier, vicepresidenta de la WNBPA, señaló desigualdades salariales, con rookies como Clark ganando 75,000 dólares pese a impulsar un 48% de aumento en audiencia. Sophie Cunningham, compañera de Clark, fue contundente: “Nuestro liderazgo nos falla”, criticando el arbitraje como “campo de batalla” y advirtiendo sobre un lockout si el CBA, que expira en octubre, no mejora. Clark, quien se benefició del NIL en Iowa, destacó que las jugadoras ya llegan con marcas personales sólidas: “El NIL permitió construir mi marca antes de la WNBA”. Su apoyo a Collier, “tengo gran respeto por Phee”, refleja una unión generacional que presiona por cambios estructurales en la WNBA.
Cathy Engelbert, comisionada desde 2019, respondió: “Estoy desilusionada por la caracterización de mis conversaciones, pero mi compromiso con las jugadoras sigue”. Su gestión, que incluye un acuerdo mediático de 2.2 mil millones, es cuestionada por multas a entrenadoras como Cheryl Reeve y por salarios bajos, con jugadoras recibiendo el 20% de ingresos. Clark, ha confirmado que no ha tenido contacto con Engelbert desde las declaraciones, por lo que pidió “relaciones genuinas” como base del liderazgo que requiere la liga.
Engelbert bajo presión: El futuro de la WNBA en juego
Clark, sin contacto directo con Engelbert, enfatizó que el liderazgo se reduce a “relaciones y preocupación genuina por las personas”. Cunningham coincidió, exigiendo líderes con conocimiento de baloncesto: “Hay grandes empresarios, pero no entienden nuestro deporte”. La WNBPA, en negociaciones del CBA, busca un reparto mayor al 20% de ingresos actual. La WNBA, con audiencia récord según ESPN, está en su auge, pero enfrenta riesgos.
Cunningham advirtió: “Un lockout sería la decisión más tonta, considerando nuestro momento”. Clark, recuperándose de su esguince y esperando volver a las canchas después de la eliminación de las Fever, subrayó: “Es el momento de capitalizar”. La liga, bajo todo este escenario, debe actuar rápido, teniendo en cuenta además de que están en plenas finales protagonizadas por Las Aces vs Las Mercurys. Esta unión de Clark y Collier, respaldada por jugadoras como A'ja Wilson y Cunningham, podría forzar reformas en salarios y arbitraje de cara a la próxima temporada.
La WNBA, en su momento definitorio, necesita liderazgo que escuche a sus estrellas para mantener su crecimiento después de una temporada sumamente positiva. A pesar de que la campaña se encuentra en su momento más definitorio, desde ya existe mucha expectativa de cómo será el desenlace de toda esta polémica con la directiva. ¿Podrán llegar a un acuerdo? El tiempo tendrá la respuesta.