ANÁLISIS / PREVIA TEMPORADA 2014-2015

CONFERENCIA OESTE: San Antonio Spurs, equipo a batir

Los Clippers se sitúan como serios aspirantes en una conferencia plagada de buenos equipos

Ángel Mustienes |

Parker, Duncan y Ginóbili aspiran este curso a un nuevo anillo con los Spurs (San Antonio Express-News/Zuma Press/Icon Sportswire)

Analizamos ahora la Conferencia Oeste cuando estamos a 2 días del comienzo de la temporada regular. Una conferencia cuyo paso viene marcado por los Spurs. Porque San Antonio parte como el equipo a batir no solo en la conferencia, sino también en el campeonato, y no simplemente por ser los vigentes campeones, sino sobre todo por atesorar una plantilla y un cuerpo técnico que quitan el hipo y están ensamblados.

El Oeste volverá a ser salvaje. La competencia en la parte occidental de la NBA siempre está varios peldaños por encima de lo que nos ofrece el Este. Y este año no será diferente. Emergen los Clippers como un equipo que tendrá que demostrar este año que es sólido aspirante al título de conferencia. Es, tal vez, el equipo que se sitúa como gran alternativa a los Spurs.

Por detrás, Golden State Warriors, cada vez más cerca de la situación de Clippers, OKC una vez esté recuperado Kevin Durant, la solidez de equipos como Memphis o Portland, el aumento de calidad de los Mavericks... Crecen los Pelicans, que sanos se convertirán en un grandísimo equipo, y parecen decrecer los Rockets. Aunque habrá que ver.

DIVISIÓN NOROESTE

DENVER NUGGETS.- Los Nuggets se sitúan nuevamente en parecidos términos a pasadas temporadas. Es decir, apuesta por el colectivo, por una plantilla profunda y equilibrada pero sin grandes estrellas. Una fórmula que dio maravillosos dividendos con el tándem Masai Ujiri-George Karl (56 victorias en la temporada 2012-2013), pero que descendió a cotas terrenales con la marcha de ambos y la llegada de Brian Shaw al banquillo (36 triunfos y fuera de playoffs). Ahora, toca ver crecer el proyecto de Shaw. Para ello, los de Colorado apuestan por conservar plantel. Permanecen 11 jugadores del pasado curso y eso imprime continuidad a un proyecto que se vio lastrado el pasado año por las graves lesiones de Danilo Gallinari y JaVale McGee, ya recuperados. Denver tendrá como piedras angulares a Ty Lawson, Arron Afflalo, Danilo Gallinari y Kenneth Faried. Dispondrá, además, de una plantilla profunda con jugadores como Nate Robinson, JaVale McGee, Alonzo Gee, Wilson Chandler, Timofey Mozgov o Randy Foye. El equipo rezuma equilibrio, pero insuficiencia para hacer grandes gestas. Habrá que estar atentos al recién incorporado Jusuf Nurkic porque ha hecho una fantástica pretemporada.

MINNESOTA TIMBERWOLVES.- A Minnesota le pasa lo mismo que a Denver. Gran profundidad de banquillo, muchos jugadores de nivel, pero ninguna gran estrella... pero tiene dos elementos diferenciadores con respecto al equipo de Colorado: su plan ha cambiado radicalmente y tiene todo un universo de jugadores jóvenes por explotar. La franquicia inicia la era post-Kevin Love, jugador que absorbía casi todo en ataque y poco en defensa, pero que era esencial a todos los efectos, e inicia otra etapa con Flip Saunders ocupando el puesto de Rick Adelman. Y acompañado por asistentes de nivel como Sam Mitchell y Sidney Lowe. Habrá quizás menos alegría en la pista (está por ver), pero más compromiso defensivo y más utilización de defensas zonales. Se ha ido Love, pero ha llegado un buen cargamento de talento: el número 1 del draft Andrew Wiggins, Zach LaVine y los experimentados Thaddeus Young y Mo Williams. También el defenestrado Anthony Bennett, que ha hecho una pretemporada muy esperanzadora, como la ha hecho Ricky Rubio en la ofensiva. Debe dar un paso en la anotación. Porque Rubio, Kevin Martin y Nikola Pekovic deben configurar la columna vertebral de un equipo en unión a los citados Young y Wiggins. Habrá que estar atentos a la evolución de Gorgui Dieng en la zona. Promete. J.J. Barea se mantiene finalmente en la plantilla pese a estar permanentemente en rumores de traspaso. Lo tendrá difícil este año.

OKLAHOMA CITY THUNDER.- Va pasando el tiempo y los Thunder siguen sin tener realmente a tiro el anillo. Y ese tiempo juega en su contra viendo el posible horizonte de salida del equipo de su rey absoluto: Kevin Durant. El equipo de Scott Brooks empezará la temporada regular sin su monarca maravilloso debido a una lesión. Habrá que ver cómo arrancan estos Thunder sin él. Será una prueba de fuego. Porque será el momento de ver crecer a jugadores como Serge Ibaka, Reggie Jackson o Steve Adams, así como para ver cómo se reinventa sin Durant el juego de Russell Westbrook. Ibaka será fundamental este año. Debe asumir más juego ofensivo, aunque con el equipo al completo sea complicado, porque Durant y Westbrook son mucho. OKC tiene equipo para luchar por meterse en semifinales de conferencia, pero no parece nada claro que pueda ir más allá. Habrá que ver qué se puede sacar de la chistera Brooks, porque el equipo lejos de crecer parece ir para atrás. Oklahoma ha perdido a Thabo Sefolosha, una importante referencia defensiva, también se ha quedado sin un jugador sólido como Caron Butler... y a cambio no ha ganado nada. Kendrick Perkins va para atrás como los cangrejos y una buena noticia podría ser la asunción de más minutos y más protagonismo de Adams en la pintura. Ha de ser así.

PORTLAND TRAIL BLAZERS.- Terry Stotts fabricó junto a sus jugadores un fantástico logro la pasada temporada: ¡quedar quintos en el Oeste con 54 victorias!. Trabajo de elegante factura para un equipo muy bien definido. Portland apuesta por un cinco inicial que todos se saben de memoria y por una suplencia que da respiro a ese quinteto titular sin contar con peso en el juego. La franquicia de Paul Allen apuesta por no apartarse del camino que le ha llevado al éxito. La plantilla apenas ha variado. Prácticamente todo el bloque del pasado año continúa, incluido un Víctor Claver abocado a vivir otra travesía en el desierto. Solo han salido 2 jugadores. A cambio ha llegado experiencia y solidez con nombres como Steve Blake, Dorell Wright y Chris Kaman, que harán que el equipo gane en musculatura baloncestística al fortalecer la rotación, tan varada el pasado curso. La base seguirá estando en Damian Lillard y LaMarcus Aldridge como elementos estelares y en Nicolas Batum y Wesley Matthews como piezas elementales que ejercen de pegamento para que todo el puzzle sea posible. El equipo seguirá tirando de un buen equilibrio dentro-fuera, seguirá apostando por el triple y seguirá viviendo de su espíritu colectivo.

UTAH JAZZ.- El equipo de Salt Lake City está condenado a repetir temporada por los bajos fondos del Oeste. Tal vez pueda ir más allá de las 25 victorias del pasado curso, pero tampoco se le podrá pedir mucho más. Con los playoffs completamente vedados, la única consigna en el territorio mormón es ir creciendo poco a poco. Para ello, el equipo le firmó este verano 63 millones por 4 años a Gordon Hayward siguiendo la estela propuesta el año anterior con Derrick Favors. Ambos jugadores han de hacer honor a sus contratos y ser cruciales en este equipo. Como lo ha de ser Alec Burks, un chico al que nadie puede discutir su calidad. Además, los Jazz tendrán dos posiciones cargadas sobre jóvenes que han de ir aumentando su peso en la escuadra. En el puesto de base tendremos a Trey Burke, jugador que irá sin duda a más, y al drafteado Dante Exum, que habrá que ver cómo aterriza en la NBA. Y en el puesto de pívot, con 22 años cada uno, a Enes Kanter y Rudy Gobert, que tendrán también que dar un paso adelante. Especialmente, el turco de Kentucky, que fue elegido en el puesto 3 del draft de 2011 y que lleva amagando un tiempo con explotar sin hacerlo. Mehmet Okur cuidará de estos dos gigantes con el fin de dotarles de cabeza en pista. Por lo demás, los Jazz mantienen su columna vertebral, que no da para grandes argumentos, e incorporan tiro exterior con un especialista desde el triple, Steve Novak.

DIVISIÓN PACÍFICO

GOLDEN STATE WARRIORS.- Uno de los equipos más divertidos de ver sobre el papel. Hasta aquí todo estará al buen servicio del aficionado, pero estos Warriors quieren ir un paso más allá y convertirse en una alternativa fiable en los playoffs. Llegar más lejos en la postemporada y acercarse a luchar por el título de conferencia es su objetivo. Para ello cuenta con dos exteriores de excepción: el estético y productivo Stephen Curry y el creciente Klay Thompson. Thompson ha ofrecido un gran rendimiento en el Mundial y en la pretemporada, que cerró anotando 35 puntos. Está en busca de conseguir la máxima extensión de contrato posible. Pero estos Warriors son mucho más que el dúo Curry-Thompson. Con San Francisco en el horizonte, el equipo de Oakland seguirá teniendo a David Lee como referencia ofensiva en la pintura que resulta incuestionable y a Andre Iguodala y Andrew Bogut como IQ aglutinante en la pista. El primero podría ejercer por primera vez en su vida como sexto hombre dejando la titularidad en manos de Harrison Barnes. Sea como sea, la aportación de Iggy seguirá siendo importante. Bogut parece bien físicamente. Y eso ya es mucho para el equipo. Golden State conserva el bloque pero tiene nuevo entrenador, Steve Kerr, que estará, eso sí, muy bien arropado al contar con uno de los mejores asistentes de la liga, Alvin Gentry. El equipo ha perdido a Steve Blake pero ha rellenado ese hueco con un lujo en la suplencia: Shaun Livingston, reinventado en Brooklyn. Draymond Green tendrá que aportar también desde la segunda unidad.

LOS ANGELES CLIPPERS.- Al igual que los Warriors, los Clippers están llamados a ser uno de los equipos espectáculo de la NBA, pero a diferencia de los de Oakland, el equipo angelino parece estar un paso por delante, ese paso que coloca a los de Doc Rivers en el peldaño inmediatamente inferior de los Spurs. Es decir, los Clippers aspiran a todo. Se inicia una nueva etapa a nivel de franquicia. Adiós abrupto a la eterna etapa Sterling y bienvenida a un propietario mediático: Steve Ballmer. Un Ballmer que, lógicamente, ha preferido dejar al equipo en su sitio. Es decir, con un grandísimo entrenador, Doc Rivers, un técnico que imprime carácter a sus equipos, que les da un sello de identidad innegable, y que, por si fuera poco, cuenta con ayudantes del nivel de Lawrence Frank, que estará mucho más cómodo en L.A. que enzarzado en NY con Jason Kidd, o Mike Woodson (otro que anduvo por la Gran Manzana). Chris Paul y Blake Griffin volverán a ser los argumentos estelares del equipo. Dos jugadores espectaculares y efectivos que se han mostrado en forma este mes de octubre. Además, DeAndre Jordan seguirá siendo un muro en la pintura y una bestia en la captura del rebote y Jamal Crawford persistirá en su brillante papel como sexto hombre. Se fue Darren Collison, pero el puesto de base está muy bien cubierto. La plantilla es profunda. Cuenta con el tiro de J.J. Redick, la calidad inconsistente de Jordan Farmar, la pujanza joven de Jared Cunningham, la experiencia de Matt Barnes y Hedo Turkoglu y la solidez en la pintura de Glen Davis. Pero es que, además, ha llegado una pieza que puede dar mucho juego al equipo: Spencer Hawes. Hawes puede ser el perfecto complemento que ayude al equipo a ir más allá.

LOS ANGELES LAKERS.- Nada que ver la vida de los Lakers con la de sus vecinos los Clippers. Lo mejor que se puede decir de un equipo tan laureado como los Lakers es que ha cambiado de entrenador y que su gran estrella, Kobe Bryant, parece completamente recuperado de su particular calvario físico. Eso sí, Kobe se ve recuperado e hiperactivo, pero muy solo. Se le han ido sus dos grandes apoyos mentales desde el punto de vista de inteligencia en la pista y fuera de ella: Pau Gasol (instalado ahora en Chicago) y Steve Nash (lesionado e instalado en la nada). El nuevo entrenador, Byron Scott, aportará menos locura al juego que su antecesor, Mike D'Antoni. Se espera un equipo más trabajado en lo defensivo, menos volcado al triple, más interesado por buscar la ofensiva junto al aro... en definitiva, con un corte bien distinto. Pero ello no quita para ser realista: estos Lakers están, a priori, fuera de playoffs. Por si fuera poco, la pretemporada no ha sido fácil. Más allá de algunas palizas recibidas, lo peor ha sido ver cómo la preparación de octubre ha sido una continuación aciaga de la temporada pasada en el capítulo de lesiones: adiós a la temporada de Nash, lesiones de Nick Young, Ryan Kelly y, a pequeña escala, de Jeremy Lin, no presencia de Xavier Henry... En lo novedoso, las llegadas de Jeremy Lin y Carlos Boozer y la incorporación del prometedor novato Julius Randle. El equipo, eso sí, tiene una saturación de ala-pívots. Nick Young renovó y deberá seguir siendo importante, como lo deberá ser un Jordan Hill, al que se le exigirá otra medida en la pintura.

PHOENIX SUNS.- Los Suns obraron un auténtico milagro la pasada temporada de la mano de Jeff Hornacek. El ex jugador NBA ejerció con mano brillante como técnico hasta sumar 48 victorias y quedar al borde de los playoffs. Ahora habrá que ver si ese éxito se prolonga. No será fácil. El gusto de Hornacek por jugar con un equipo bajo ha alcanzado el paroxismo este verano. En estos momentos, Phoenix tiene una plantilla profundamente desequilibrada, con un exterior sobrecargado y un interior demasiado ligero en sus miras. La fuerza perimetral de este equipo va a ser difícil de gestionar por su técnico. Al All-Star Goran Dragic se ha sumado la retención de Eric Bledsoe mediante un contratazo de 70 millones de dólares por 5 años, la llegada desde los Kings del menudo y eléctrico Isaiah Thomas -promedió el pasado curso 20,3 puntos y 6,3 asistencias- y la elección en el draft de Tyler Ennis. Es decir, 4 bases de calidad. Difícil hacer felices a todos. Desde luego, Ennis parece un seguro damnificado. Otros jugadores de calidad con pocos visos de tener minutos son Archie Goodwin y Zoran Dragic. Por el contrario, volverá a ser importante la aportación de Gerald Green desde la segunda unidad y de Markieff Morris desde la titularidad. Todo ello en un equipo de hermanos (los recién juntados Dragic y los recién renovados Morris) que seguirá esperando a ver si el ucraniano Alex Len muestra algo en la pista tras ser elegido en el puesto 5 del draft. El año curso fue un fiasco y nada hace pensar que no lo vaya a ser en éste.

SACRAMENTO KINGS.- Equipo abocado a no hacer nada positivo una vez más. Eso sí, debe ser la temporada de DeMarcus Cousins, un talento espectacular que sentando mínimamente la cabeza puede causar auténticos estragos en la pintura. Cousins ha de ser el amo indiscutible de este equipo, secundado por un Rudy Gay que últimamente parece haberse estancado un poco a la par que no encontraba un rumbo preciso. Tras perder a Isaiah Thomas, parece más que interesante la aparición de Darren Collison, que por fin va a contar con una buena oportunidad de minutos en la NBA acorde a su calidad. También llega el novato Nik Stauskas, un jugador de muñeca privilegiada que tendrá que demostrar su adaptación al baloncesto profesional. El equipo contará, además, con jugadores de calidad, pero aún sin la regularidad necesaria para despegar. Jugadores como Jason Thompson, Ben McLemore o Ray McCallum. Frente a jugadores muy fiables como el reboteador Reggie Evans o el base diésel Ramon Sessions, habrá que ver qué ofrece Derrick Williams, un jugador que parece haberse perdido poco a poco por el camino. Pero más allá de unos u otros jugadores, la franquicia de Vivek Ranadive nada tiene que hacer en una conferencia tan exigente como es la del Oeste.

DIVISIÓN SUDOESTE

DALLAS MAVERICKS.- Dallas sigue intentando reconstruir lo que destruyó a conciencia tras ganar la NBA en 2011. Y poco a poco lo va consiguiendo. Este año, sin ir más lejos, el equipo ha ganado músculo competitivo. Gran parte de esa calidad procede de la incorporación de Chandler Parsons, un grandísimo jugador que aporta en lo individual y en lo colectivo y que no sale de Texas para formar un triángulo estelar con Dirk Nowitzki y Monta Ellis. Es cierto que los Mavs han perdido a jugadores como José Manuel Calderón, Vince Carter, Shawn Marion o Samuel Dalembert. O lo que es lo mismo, veteranía unida a calidad, pero con demasiados años a cuestas. Lo que ha llegado a cambio no ha sido ninguna tontería: Chandler Parsons, Jameer Nelson, Raymond Felton (el equipo tiene un exceso de bases) y Tyson Chandler. La llegada de este último es como regresar al punto de partida, pues no hay que olvidar que fue campeón en 2011 con Dallas y que su inmediata marcha marcó el hundimiento de un equipo ganador. Esa especie de asunción de errores por parte de Mark Cuban y su séquito es un buen principio, aunque llegue tarde, ya que el Chandler actual no es el Chandler de 2011. El equipo accedió a última hora a los pasados playoffs (8º con 49 triunfos) y fue el que más difícil se lo puso a los Spurs en playoffs (4-3 en primera ronda). Es hora, por lo tanto, de mejorar ese balance. Rick Carlisle es un entrenador idóneo para recuperar prestigio. Tendrá un difícil encargo: hacer partícipe de sus sistemas a 10 jugadores nuevos. Todo un reto.

HOUSTON ROCKETS.- Otro equipo con un buen número de novedades. Aparecen en el 'roster' 9 nuevos jugadores. Kevin McHale tendrá que bregar con la baja de un hombre crucial como era Chandler Parsons. También se fueron Jeremy Lin y Omer Asik, dos jugadores que estuvieron mucho tiempo en el disparadero y cuya salida estaba cantada. A cambio, el equipo no se ha reforzado como debía. Lo mejor que ha hecho es recuperar a un ex, Trevor Ariza. Un jugador que aporta en los dos lados de la cancha. Ariza se suma a Francisco García en el ámbito de los jugadores hispanos. Otro fichaje interesante es el de Kostas Papanikolaou, pero éste encierra la duda de cómo será su adaptación a la NBA. James Harden y Dwight Howard serán, sin duda, las dos grandes estrellas del equipo. El primero se ha instalado en un nivel espectacular; el segundo sigue constituyendo un gran poder junto al aro, pero ya no asusta como antaño. El equipo tiene un agujero negro en el puesto de base, puesto en el que no tiene un grupo de armadores convincente. Tampoco posee cuatros de verdadero nivel, aunque en ese puesto tenga jugadores de rol interesantes. Los Rockets sumaron la pasada campaña 54 triunfos. No parece que les vaya a resultar fácil alcanzar esa cifra en la que está a punto de empezar.

MEMPHIS GRIZZLIES.- Siempre que empieza una temporada, Memphis aparece con sordina en los medios de comunicación. Parece un equipo invisible pese a haber alcanzado todas unas Finales de Conferencia y pese a haber logrado en las 2 últimas temporadas 56 y 50 victorias en el salvaje Oeste. Pero una vez se registra el primer salto inicial este equipo es enormemente competitivo. Lo era con Lionel Hollins (irresponsable no haber atado a este entrenador) y lo es con Dave Joerger, que no lo hizo nada mal en su debut y que afronta su segunda campaña NBA con un propósito: mantener el nivel e intentar ir más allá. Joerger se encuentra con un equipo prácticamente idéntico al del año anterior, lo que facilitará el trabajo. Repiten 11 jugadores y la columna vertebral es la misma: Mike Conley-Zach Randolph-Marc Gasol. El jugador español volverá a ser esencial en el funcionamiento de un equipo al que llega como lujo para la segunda unidad el veterano Vince Carter. No parece que vaya a tener problemas para adaptarse. El equipo seguirá desempeñando una labor muy seria en defensa y seguirá profundizando en su juego colectivo. La plantilla es algo corta, pero tiene las ideas muy claras. Tony Allen volverá a ser un jugador esencial en el día a día de estos Grizzlies, en los que Quincy Pondexter y Jon Leuer han ofrecido un muy buen rendimiento en pretemporada. El puesto de base está sólidamente cubierto en la segunda unidad y Kosta Koufos deberá cubrir las espaldas de Gasol y Randolph.

NEW ORLEANS PELICANS.- A este equipo habrá que seguirlo atentamente. Si no tiene problemas de lesiones como la pasada temporada, los Pelicans están llamados a ir mejorando con grandes zancadas. Tienen talento y juventud a espuertas. Para empezar, cuentan con una fuerza inagotable que marcará el presente y el futuro de la NBA: Anthony Davis. La brutal mejora estadística lograda por este jugador la pasada campaña nos indica lo lejos que está todavía su techo. Su potencial es simplemente extraordinario. Pero es que, además, este equipo dispone de una línea perimetral muy pero que muy interesante. Jrue Holiday, Eric Gordon y Tyreke Evans no superan los 25 años. Deberán compartir minutos en el juego exterior. Rezuman baloncesto. Y como secundarios dispuestos a buscar su oportunidad en e ese mismo exterior tenemos a Austin Rivers y Jimmer Fredette. Por si fuera poco, Anthony Davis tendrá un par de ayudas muy serias en la pintura: el recién llegado Omer Asik y Ryan Anderson. También ha llegado al equipo un nuevo alero, el vetarano John Salmons, que puede ser un buen aporte al equipo. Monty Williams es un entrenador fiable que sabrá manejar sus piezas. Este equipo tiene talento, juventud y profundidad. Ciudado con estos Pelicans. Equipo más que atractivo.

SAN ANTONIO SPURS.- Los vigentes campeones, el equipo a batir se mire como se mire. Cuentan con el mejor entrenador de la NBA, Gregg Popovich, apoyado por un cuerpo técnico variopinto, exótico y capaz (Ettore Messina, Becky Hammon...). Y disponen estos Spurs de un equipazo. Baste recordar el 4-1 de las Finales 2014 ante Miami. Y que nadie se engañe: Tim Duncan y Manu Ginóbili son un año más viejos (habrá que ver el físico del argentino), pero el equipo tiene fuerza y experiencia sin estar cargado de edad. La brillante y efectiva reconstrucción iniciada hace algunos años por el fino bisturí del tándem R.C. Buford-Gregg Popovich hace que el equipo ahora esté marcado por un perfecto equilibrio. Al big three integrado por Tony Parker, Manu Ginóbili y el incombustible y maravilloso Tim Duncan, hay que unir ahora por méritos propios a Kawhi Leonard, MVP de las pasadas Finales, un jugador inabarcable que deberá dar otro paso adelante este año. El equipo conserva su bloque hasta límites insospechados. ¡Para qué cambiar lo que funciona!. Solo ha habido 2 altas y 1 baja. Lo más destacado, la llegada del joven jugador de UCLA Kyle Anderson. Un chico brillante. El equipo mantiene su ofensiva de lujo, tiene mimbres para defender al máximo nivel, acumula experiencia sin estar envejecido y goza de una espíritu ganador incontrovertible. En la plantilla, secundarios de lujo que ofrecen baloncesto de quilates: Boris Diaw, Danny Green, Marco Belinelli, Tiago Splitter, Patty Mills... Y sobre todo un sentido de conjunto. Lo dicho, el equipo vuelve a aspirar a lo más alto.