ANÁLISIS

Los Raptors cavan su tumba

Alberto Bravo |

"He aceptado mi nuevo papel en beneficio del equipo", afirmó José Manuel Calderón hace poco después de una conversación con el ínclito Sam Mitchell, su entrenador, que ha relegado al base español a la suplencia. A cambio, T.J. Ford vuelve a dirigir (¿?) al equipo.

Y así le va a los Raptors. Porque si nadie lo remedia, el equipo canadiense va a quedar séptimo en el Este, jugará contra los Detroit Pistons y se irá pronto de vacaciones. Francamente decepcionante si se tiene en cuenta que hubo un momento durante la temporada que peleaba hasta por la cuarta posición de la Conferencia. Su temporada es notablemente peor que la anterior.

Los Raptors -o, mejor dicho, Sam Mitchell- han puesto las cartas sobre la mesa: prefieren a T.J. Ford. La elección se podría explicar con uno de los siguientes razonamientos: o el entrenador sabe bien poco de baloncesto o la franquicia no está dispuesta a luchar por retener a Calderón al final de temporada, cuando cumple contrato.

Dos estilos diferentes

Vayamos a la primera teoría. T.J. Ford es uno de tantos bases que ahora se llevan en la NBA. Un tipo rápido, eléctrico, explosivo… Pero no entiende el juego. En el partido ante los Atlanta Hawks, con triunfo de éste en la prórroga por 127-120, volvió a dar una nueva lección de incompetencia, especialmente en los últimos minutos, cuando se toman decisiones importantes. T.J. Ford no sabe dirigir a un equipo, no lee correctamente el juego y apenas tiene un par de argumentos que repite noche tras noche: intento de penetración suicida y/o lanzamiento desde cinco metros. Y si se ve apurado tiene otras dos soluciones: o pasa el balón en situación de desventaja para su compañero o vuelve a empezar con seis segundos de posesión, provocando el caos. Y, por supuesto, detrás de todo está la siniestra mano de Mitchell, nombrado Técnico del Año la pasada temporada, por esas cosas que tiene la NBA.

Se mire como se mire, Calderón sí es un base puro, un jugador que gana partidos de la forma más elegante y sutil que tiene un base: dirigiendo bien a su equipo. Pero de nada le sirvió. Bueno, no tanto. Porque Calderón se ha puesto durante esta temporada en el escaparate. Los equipos le han visto -tarde, pero le han visto- y es uno de los jugadores más apetecidos para el próximo año.

Calderón es un agente libre restringido; esto es, queda libre para negociar su marcha a cualquier equipo, aunque los Raptors podrán igualar cualquier oferta para retenerlo. Según el "Toronto Star" -periódico "oficialista" de los Raptors y pertinaz en su apoyo a T.J. Ford-, la franquicia canadiense estaría dispuesta a intentar contar con Calderón para la próxima temporada. Un nuevo disparate. Como si los Raptors no tuviera otras prioridades. "¿Por qué no tener a la mejor pareja de bases conjunta de la Liga?", era el extraño razonamiento del "Toronto Star".

El futuro, lejos de Toronto

Visto que T.J. Ford es casi intocable para los Raptors, para Mitchell, la franquicia se estaría planteando gastarse cerca de 15 millones de dólares en dos jugadores, contando los más de ocho millones que gana Ford (ver para creer) y los más de seis que, según estimaciones, podrían llegar a ofrecer a Calderón. Por si acaso, el base español ofreció pistas recientemente al afirmar: "Valoraré sobre todo la oferta deportiva". Lo que puede parecer una obviedad no lo es tanto al intuir que la "oferta deportiva" de los Raptors es menos que cero en estos momentos: ser suplente de T.J. Ford en un equipo que aspira cada año a entrar en los "play-offs" y poco más. A no ser que se planteara traspasar a T.J. Ford, que no es el caso.

Así, Calderón parece tener cartas ganadoras y los Raptors le han ayudado a "convencerse" de que su futuro pasa por cruzar la frontera y salir de Toronto. Y en una Liga tan trufada de bases mediocres (bases en el sentido estricto, jugadores que sepan dirigir a un equipo) Calderón podría recibir más de dos (y hasta cinco) ofertas muy interesantes. La decisión no será fácil para el español, pero seguro que todo será ir y a mejor. Perder de vista a Mitchell y a T.J. Ford ya es toda una mejoría en calidad de vida, en salud.