
El mercado NBA no se detiene, pero algunos nombres destacados siguen sin encontrar equipo, generando sorpresa entre los aficionados. Jugadores como Jonathan Kuminga, Cam Thomas y Josh Giddey, todos en busca de contratos cercanos a los 30 millones de dólares anuales, permanecen en el limbo como agentes libres restringidos. En un mercado NBA con espacio salarial limitado, ¿están siendo rechazados o simplemente incomprendidos?
Talentos prometedores en un mercado complicado
El mercado NBA de 2025 ha sido inusualmente tranquilo para los agentes libres restringidos, y tres nombres destacan en esta incertidumbre: Jonathan Kuminga, Cam Thomas y Josh Giddey. Según el insider Marc Stein, estos jóvenes talentos buscan contratos en el rango de los 30 millones de dólares por temporada, una cifra que los colocaría al nivel de estrellas consolidadas. Sin embargo, la falta de espacio bajo el tope salarial y la cautela de los equipos han frenado las negociaciones, dejando a estos jugadores en una encrucijada.
Jonathan Kuminga, alero de los Golden State Warriors, es quizás el caso más intrigante. A sus 22 años, el séptimo pick del Draft 2021 promedió 15.3 puntos, 4.6 rebotes y 2.2 asistencias la pasada temporada, mostrando destellos de su potencial bidireccional. Sin embargo, los Warriors lo ven más como un jugador de rol de alto nivel que como una estrella fundacional, lo que llevó a una oferta inicial de 40 millones por dos años, muy por debajo de sus expectativas. Equipos como los Phoenix Suns y los Sacramento Kings han mostrado interés, pero sin ofertas concretas.
Por otro lado, Cam Thomas, escolta de los Brooklyn Nets, se ha consolidado como un anotador explosivo, promediando 24 puntos por partido en 25 juegos la temporada pasada. A sus 23 años, Thomas es un “microondas” capaz de encenderse en cualquier momento, pero su perfil unidimensional como scorer y la falta de impacto en otras áreas han generado dudas sobre su valor a largo plazo. Los Nets, con una oferta calificante de 5.9 millones, mantienen el control, pero la ausencia de competencia en el mercado NBA juega a su favor, permitiéndoles negociar sin prisa.
Josh Giddey, ahora con los Chicago Bulls, completa el trío. Con 14.6 puntos, 8.1 rebotes y 7.2 asistencias en 70 partidos, el australiano de 22 años es un creador versátil, pero su falta de consistencia en el tiro exterior y las preguntas sobre su encaje en un equipo competitivo han enfriado su mercado. Los Bulls, como los Nets y los Warriors, no enfrentan presión inmediata para cerrar un acuerdo, lo que prolonga la espera.
¿Un riesgo calculado o una oportunidad perdida?
El estancamiento de estos jugadores en el mercado NBA refleja una realidad compleja: el talento joven es valioso, pero no todos los equipos están dispuestos a pagar primas por potencial sin garantías. Kuminga, con su atletismo y versatilidad, parece el más cercano a justificar una inversión significativa, especialmente si continúa su progresión junto a veteranos como Stephen Curry. Sin embargo, su relación con los Warriors muestra signos de desgaste, y un cambio de aires podría ser la clave para desbloquear su potencial.
Thomas, por su parte, enfrenta el desafío de demostrar que es más que un anotador de rachas. Los Nets, en reconstrucción tras un decepcionante 26-57, no ven urgencia en ceder a sus demandas, especialmente cuando ningún rival amenaza con una oferta. Esta dinámica, aunque lógica desde el punto de vista financiero, podría tensar la relación con un jugador que ha mostrado señales de frustración, como limpiar su Instagram de contenido relacionado con Brooklyn.
Giddey, mientras tanto, está en una posición peculiar. Su visión y capacidad para generar juego son élite, pero su encaje en la NBA moderna, donde el tiro perimetral es crucial, genera dudas. Los Bulls, en una fase de redefinición, podrían optar por mantenerlo con una oferta calificante y evaluar su desarrollo antes de comprometerse a largo plazo. En conclusión, el mercado NBA de 2025 nos deja con una pregunta fascinante: ¿son Kuminga, Thomas y Giddey víctimas de un mercado restrictivo o están sobrevalorando su impacto?