
La NBA, la liga de baloncesto más prestigiosa del mundo, está explorando un ambicioso proyecto que podría revolucionar el deporte en Europa. Los rumores sobre una Liga Europea de la NBA están cobrando fuerza, con el comisionado Adam Silver liderando conversaciones con clubes, inversores y la FIBA. Este plan, que integraría equipos de la Euroliga y nuevas franquicias, promete transformar el panorama del baloncesto continental.
Un modelo innovador para la NBA en Europa
El interés de la NBA por establecer una liga profesional en Europa no es nuevo, pero las recientes declaraciones de Adam Silver han encendido la imaginación de los aficionados. Durante encuentros en París, Londres y otras capitales, el comisionado ha discutido con clubes de la Euroliga, patrocinadores y fondos de inversión la posibilidad de crear una competición que combine lo mejor del modelo americano con la tradición europea. La idea es clara: aprovechar el creciente interés por el baloncesto en el continente, donde la Euroliga ya atrae a más de 10.000 espectadores por partido y genera ingresos que superan los 100 millones de euros anuales.
A diferencia de una expansión directa con equipos estadounidenses, la Liga Europea de la NBA sería una entidad autónoma, operando bajo la marca NBA pero con una estructura propia. El proyecto contempla entre 10 y 16 franquicias, con un valor inicial estimado de 500 millones de dólares cada una. La NBA planea retener el 50% del capital, asociándose con inversores de peso, como fondos soberanos y clubes de fútbol de élite, como el Paris Saint-Germain o el Manchester City. Equipos históricos de la Euroliga, como el Real Madrid, el FC Barcelona, ASVEL Villeurbanne y Fenerbahçe, están en la mira para integrarse, lo que añadiría un atractivo inmediato a la competición.
El formato propuesto es un híbrido que busca equilibrar estabilidad y mérito deportivo. Se espera que unas 12 franquicias sean permanentes, mientras que hasta cuatro plazas adicionales se otorgarían anualmente según el desempeño en ligas nacionales o la Basketball Champions League de la FIBA. Este enfoque combina el sistema cerrado característico de la NBA con la meritocracia europea, creando una liga que podría atraer tanto a aficionados tradicionales como a nuevos públicos.
Oportunidades comerciales y el impacto global de la NBA
El crecimiento del baloncesto en Europa es innegable. Con un mercado valorado en 1.870 millones de dólares en 2024 y proyectado a alcanzar los 2.810 millones para 2033, el continente representa una oportunidad comercial que la NBA no quiere desaprovechar. Adam Silver ha señalado que el potencial económico del baloncesto europeo no ha seguido el ritmo de su popularidad, y la experiencia de la NBA gestionando ligas como la WNBA, la G-League y la Basketball Africa League podría ser clave para profesionalizar el deporte en la región.
La presencia de la NBA en Europa ya es notable, con partidos de temporada regular programados en Berlín y Londres para 2026, y más encuentros previstos en Manchester y París para 2027 y 2028. Estos eventos, junto con iniciativas comunitarias como NBA Cares, refuerzan el compromiso de la liga con el continente. Además, la posible incorporación de clubes de fútbol como inversores añade una dimensión intrigante, ya que equipos como el Real Madrid, con tensiones crecientes con la Euroliga, podrían ver en la NBA una oportunidad para expandir su marca.
Sin embargo, el proyecto no está exento de desafíos. La relación con la FIBA y la estructura de la Euroliga plantea interrogantes sobre cómo coexistirán ambas competiciones. Además, la aceptación de un modelo más cerrado podría generar resistencia entre los aficionados europeos, acostumbrados a la promoción y el descenso. Pese a ello, la visión de una Liga Europea de la NBA, respaldada por el prestigio de la marca y el músculo financiero de grandes inversores, podría redefinir el baloncesto global.