
Shaquille O’Neal ha vuelto a encender la polémica en la NBA con un ataque directo a Rudy Gobert, el pívot de los Timberwolves. En un reciente episodio de su podcast, Shaq no se guardó nada, cuestionando el contrato de 250 millones de dólares de Gobert y su estilo de juego. ¿Qué motiva esta rivalidad que no da tregua? La controversia entre estas dos figuras promete seguir dando de qué hablar.
Un ataque personal que reaviva una vieja rivalidad
El exastro de los Lakers no tuvo reparos en expresar su desdén por Rudy Gobert durante la última edición de The Big Podcast. “Lo odio”, afirmó Shaq, desatando una avalancha de críticas hacia el francés, a quien acusó de no merecer su contrato de 250 millones de dólares. Como autoproclamado “presidente de la alianza de los hombres grandes”, Shaq exigió que Gobert juegue con más agresividad, lanzando codazos y dominando físicamente, en lugar de permitir que jugadores más pequeños lo superen en la cancha. La referencia a “pequeños blancos de Denver” alude a momentos en los que Gobert fue superado por rivales como Nikola Jokic, algo que Shaq considera inaceptable para un pívot de su salario.
Esta no es la primera vez que Shaq apunta contra Rudy Gobert. La rivalidad comenzó hace años, cuando el exjugador cuestionó las habilidades del francés, llegando a llamarlo “el peor jugador de la historia” en 2024. Incluso respaldó a Draymond Green tras un altercado físico con Gobert en 2023, mostrando su postura crítica hacia el pívot. En esta ocasión, Shaq elevó la apuesta, prometiendo usar un vestido en la ceremonia del Salón de la Fama si Gobert es inducido, e incluso pidió que lo saquen a él si eso ocurre.
Su comentario, aunque teatral, refleja una crítica recurrente: para Shaq, Gobert no cumple con el arquetipo del pívot dominante que él representó en su era. Gobert, por su parte, tiene un currículum envidiable. Con cuatro premios al Jugador Defensivo del Año, empatado con leyendas como Ben Wallace, y ocho selecciones al Mejor Quinteto Defensivo en 12 temporadas, su impacto en la pintura es innegable. En la temporada 2024-25, promedió 12.0 puntos, 10.9 rebotes y 1.4 tapones, ayudando a los Timberwolves a alcanzar las Finales de la Conferencia del Oeste.
¿Una crítica justa o un choque de eras?
El ataque de Shaq a Rudy Gobert también abre un debate sobre la evolución del baloncesto. En la era de Shaq, los pívots dominaban con fuerza bruta, usando su físico para imponerse en la pintura. Gobert, en cambio, representa un perfil moderno: un defensor versátil que cubre el aro, cambia en el perímetro y contribuye al rebote, aunque su impacto ofensivo es limitado. Shaq parece medir a Gobert con los estándares de su tiempo, ignorando que el juego actual valora habilidades diferentes.
La crítica de que Gobert “no juega grande” podría ser más un reflejo de esta brecha generacional que una evaluación objetiva. A pesar de las palabras de Shaq, el palmarés de Gobert lo posiciona como un candidato sólido para el Salón de la Fama, un estatus que Ben Wallace, con credenciales similares, ya alcanzó en 2021. Las cuatro selecciones All-NBA y su rol clave en Minnesota contradicen la narrativa de que no merece su salario. Sin embargo, Shaq no está solo en sus críticas; otros analistas han señalado la falta de agresividad ofensiva de Gobert, especialmente en momentos clave de los playoffs.