
Las noticias NBA han sacudido al mundo del baloncesto con la sentencia de Ben McLemore, exjugador de la liga, condenado a más de ocho años de prisión por delitos graves cometidos en 2021. La decisión judicial, emitida en Oregón, no solo pone fin a su trayectoria profesional, sino que resalta la importancia de la responsabilidad personal en el deporte de élite.
Un veredicto que sacude el baloncesto profesional
Un juez del Tribunal del Condado de Clackamas sentenció a Ben McLemore, de 32 años, a 100 meses de prisión tras ser hallado culpable de violación en primer grado y abuso sexual en segundo grado. Los hechos ocurrieron en octubre de 2021, durante una fiesta en la casa de Robert Covington, entonces compañero de McLemore en los Portland Trail Blazers. Los fiscales, liderados por Scott Healy, argumentaron que McLemore aprovechó la situación, mientras que la defensa insistió en que el encuentro fue consensuado.
El jurado, tras un juicio de 11 días y 10 horas de deliberación, desestimó la versión de la defensa, absolviendo a McLemore únicamente de un cargo adicional de abuso sexual. La sentencia, que cumple con el mínimo obligatorio de Oregón para delitos de esta gravedad, no permite libertad condicional ni reducción por buena conducta. La víctima, en un emotivo testimonio por video, describió el trauma de los últimos cuatro años, destacando la dificultad de denunciar a alguien con el estatus de McLemore, un exjugador de la NBA seleccionado séptimo en el Draft de 2013 por los Sacramento Kings.
De promesa de la NBA a un futuro incierto
Las noticias NBA suelen centrarse en traspasos y contratos, pero el caso de McLemore pone el foco en las consecuencias de las decisiones personales. Tras una carrera de nueve temporadas en la NBA, donde jugó para equipos como los Kings, Grizzlies, Rockets, Lakers y Trail Blazers, promediando 9 puntos por partido, McLemore dejó la liga en 2022. Luego, buscó continuar su carrera en China, Grecia, España (con el Río Breogán) y Turquía, pero su condena marca un abrupto final a su trayectoria profesional.
La abogada de McLemore, Kristen Winemiller, expresó esperanza en un futuro proceso de “segunda revisión” que evalúe la sentencia, defendiendo que el incidente fue un error influenciado por el alcohol y que su cliente ha llevado una vida honorable. Sin embargo, el jurado priorizó el relato de la víctima, reforzando la importancia del consentimiento en casos de intoxicación.
McLemore, quien no habló durante la sentencia, emitió un comunicado aceptando responsabilidad, pero insistiendo en su creencia en la redención. Mientras tanto, el baloncesto español también reaccionó: Tito Díaz, director deportivo del Río Breogán, condenó cualquier forma de violencia y expresó apoyo a la víctima. Este caso, ampliamente cubierto por medios como ESPN y NBC, no solo cierra un capítulo en la vida de McLemore, sino que sirve como un recordatorio de que las noticias NBA trascienden el juego, exigiendo responsabilidad y justicia para todos.