Ricky Rubio rompe el silencio: ¿Qué secretos destapó en su entrevista?
Ricky Rubio debutó en la ACB con apenas 14 años, un hito que lo convirtió en un fenómeno mediático, pero también en víctima de una presión abrumadora

Ricky Rubio, figura icónica de la selección española, abrió su corazón en una emotiva entrevista con Jordi Évole en Lo de Évole. El base de 34 años reflexionó sobre su carrera, la presión de la fama precoz y su lucha por la salud mental, dejando interrogantes sobre su futuro. Sus palabras, cargadas de sinceridad, resonaron al comparar su experiencia con la de la joven estrella Lamine Yamal.

La carga de la precocidad

Ricky Rubio debutó en la ACB con apenas 14 años, un hito que lo convirtió en un fenómeno mediático, pero también en víctima de una presión abrumadora. En la entrevista, expresó su preocupación por Lamine Yamal, el joven futbolista del FC Barcelona que, con 16 años, enfrenta expectativas similares. “Veo cosas de mi vida en él. Le están dando una responsabilidad que quizás no está listo para asumir”, afirmó Rubio, destacando los riesgos de imponer roles adultos a adolescentes. Su propia experiencia, marcada por la falta de una adolescencia normal, lo llevó a lamentar no haber disfrutado más de su juventud: “No tenía fines de semana desde los 14 o 15 años”.

Rubio, quien brilló con el Joventut, el FC Barcelona y en la NBA, reflexionó sobre cómo la exposición mediática afectó su desarrollo personal. Su advertencia sobre Yamal pone el foco en la necesidad de proteger a los talentos jóvenes, asegurando que tengan apoyo emocional para manejar la fama. Este paralelismo entre su carrera y la del futbolista subraya un problema estructural en el deporte de élite: la falta de preparación para la presión pública.

Salud mental y sacrificios: El costo de la élite

El momento más impactante de la entrevista fue la confesión de Ricky Rubio sobre su crisis emocional en 2023, cuando decidió apartarse del Mundial y de los Cleveland Cavaliers. “Una noche en el hotel pensé: no quiero seguir, ni con el baloncesto, ni con la vida”, reveló, describiendo un instante de oscuridad que lo llevó a priorizar su bienestar. Esta decisión, junto con la pérdida de su madre en 2016, marcó un punto de inflexión en su vida. Rubio también habló de los sacrificios personales, como dejar a su esposa y a su hijo recién nacido a los 13 días para cumplir con compromisos profesionales, un episodio que ahora califica de “salvajada”.

Su paso por la NBA, aunque exitoso con equipos como Timberwolves, Jazz y Cavaliers, no estuvo exento de desafíos. Rubio admitió que la necesidad de proyectar fortaleza lo llevó a ocultar sus emociones: “Un veterano me dijo que no mostrara mis debilidades, que todo debía parecer perfecto”. Esta presión por mantener una fachada lo alejó de su esencia, haciéndolo añorar la simplicidad de jugar en Badalona, donde pudo haber sido “más feliz”. Su reflexión sobre el Mundial de 2019, donde fue MVP pese a sentirse “un farsante”, revela la lucha interna entre sus logros y su bienestar emocional.

La entrevista de Ricky Rubio no solo destapó los desafíos de la fama precoz, sino que también abrió un debate sobre la salud mental en el deporte. Sin confirmar si volverá a las canchas tras su paso por el Barça en 2024, Rubio dejó claro que prioriza su felicidad por encima de la imagen pública. Su comparación con Lamine Yamal y sus confesiones sobre crisis personales invitan a reflexionar: ¿está el deporte preparado para cuidar a sus jóvenes estrellas?

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