
Finalizó de manera oficial esta temporada 2024-2025 para los New York Knicks y es que todo acabó en el sexto juego de Finales de Conferencia Este ante Indiana Pacers que fue superior de principio a fin y esto les costó a los neoyorquinos quedarse en el camino por el trofeo Larry O’Brien.
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Con esta eliminación, los Knicks dejan a sus seguidores con la duda de qué factores influyeron en esta amarga salida en los playoffs.
Análisis a detalle de la caída de los Knicks
En primer lugar, durante ese juego hay que destacar que Indiana fue superior en casi todos los apartados. Lanzaron con 54,1 % de acierto en tiros de campo y 51,5 % en triples. Además, forzaron 17 pérdidas clave que compensaron su déficit en el rebote, una de las pocas áreas en la que los Knicks mostraron fortaleza.
No todo fue malo para los dirigidos por Tom Thibodeau, pues la defensa en el primer cuarto logró mantener a raya a la estrella Tyrese Haliburton, quien terminó ese período sin un solo punto.
Por otra parte, los de Indianápolis aplicaron muy bien su táctica en el costado defensivo, Andrew Nembhard logró 6 robos y estuvo sólido con un 3-8 mientras estuvo defendiendo a Jalen Brunson.
Precisamente, Brunson, capitán de los Knicks siempre estuvo adelante en el área ofensiva, durante la serie promedió 21 puntos, con 43.5 % de tiros de campo, además de dejar registros de 5.8 asistencias y 1.8 rebotes. De una manera u otra la dependencia de ataque solo en él pudo pasarle factura a New York.
La falta de una segunda opción consistente y la poca producción desde el perímetro (los Knicks lanzaron solo un 33.8% en triples en playoffs) limitaron su capacidad de anotar en momentos críticos.
Otro de los renglones en los que fallaron los Knicks y en estadísticas se vio aplicado fue en las pérdidas de balón durante la postemporada, específicamente en la serie contra Indiana dejaron guarismos de 14.2 por partido, un aumento respecto a la temporada regular (13.1).
Falta de explosividad para remontar
Otra de las sensaciones que dejó la eliminación de los Knicks es que por más que intentaron remontar en el sexto juego, no dieron con la fórmula para lograrlo. A las pruebas nos remitimos.
El primer tiempo estuvo bastante pareja, pero al regreso de los camerinos, Indiana conquistó un parcial de 9-0, para colocarse 67-54 y obligó a Thibodeau a pedir un tiempo muerto. Luego de la pausa, Nueva York intentó reaccionar con un 0-8, pero Pacers respondió de inmediato con otro 9-0 que amplió aún más la brecha. Misma situación que pasó en el juego 5, pero, al contrario, Indiana en esa oportunidad no pudo remontar.
Por otra parte, la defensa en la zona pintada sufrió daños. Según análisis de expertos, la falta de protección en el aro y la dificultad para defender a jugadores exteriores con buen tiro (como los de su rival en playoffs) afectaron su rendimiento defensivo. La eficiencia defensiva en playoffs fue de 112.4 puntos permitidos por cada 100 posesiones, por encima del 109.8 en temporada regular, lo que indica una ligera caída en su rendimiento defensivo.
Los Knicks permitieron 52.3 tantos por juego en la pintura durante las Finales de Conferencia, (vs. 48.7 en temporada regular). De esta manera, dejaron una eficiencia defensiva en playoffs: 112.4 (mejorable)
Hay que recordar que estos fuertes Knicks superaron a oponentes formidables, incluyendo a un resistente equipo de Detroit Pistons y a los campeones defensores, Boston Celtics, con emocionantes remontadas. Sin embargo, con el inicio del off-season viene el proceso de analizar y comenzar a corregir las carencias que dejó esta campaña.