El pasado jueves, el general manager interino de los Pelicans, Danny Ferry, ya indicó que Anthony Davis vería restringida su presencia en la cancha desde este momento hasta el final de la temporada, una decisión que va a provocar que sus estadísticas se desplomen.
El anuncio de Ferry no fue más que la constatación de un hecho que ya se estaba advirtiendo en el mes de febrero: los minutos de Davis en la pista habían descendido bruscamente.
En los primeros días de febrero porque se buscó su traspaso; tras el ‘deadline’, porque ya no se considera al jugador como parte del futuro de la franquicia.
Ferry dijo que la causa de esa limitación, que también afecta a Jrue Holiday, no es otra que dar cancha a jugadores jóvenes que sí formen parte del futuro del equipo, para que esos jugadores y la plantilla vayan creciendo.
Anoche, Davis solo disputó 19 minutos y 37 segundos en la derrota de Pelicans en Indiana (126-111). Rindió en tan corto tiempo haciendo 15 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias. Pero a este ritmo sus números de MVP van a desaparecer a toda velocidad. Y es que la decisión de la franquicia supone, por una parte, un castigo para el jugador tras pedir el traspaso y, por otra, una forma de cuidar el físico de Davis a la hora de entablar negociaciones para su salida, algo que sucederá más adelante.
Los números hablan por sí solos. Davis promedió en un tremendo mes de enero 32,6 puntos y 14,6 rebotes en 36,8 minutos. Mientras, en los 5 partidos que ha jugado en febrero sus medias han caído hasta 15,8 tantos y 8,6 rebotes porque solo juega 23,7 minutos por partido. Y la cosa puede ir a peor.
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