ANÁLISIS

Anthony Davis: ¿la combinación perfecta?

El jugador de Pelicans se enfrenta a un año en el que confirmar su trayectoria ascendente

Albert Molinari |

Cada cierto tiempo llegan a la NBA jugadores destinados a marcar una época. Como lo hicieron Magic, Bird, Jordan, Shaq, Duncan, Kobe, LeBron o actualmente Kevin Durant.

Pero en los últimos 3 años hay uno que sobresale por encima del resto de sus coetáneos. Y no por lo que ha demostrado ya, sino por el potencial que atesora y su corta edad.

Llegada a la NBA

Anthony Davis es un diamante. Lo vio John Calipari en verano de 2011 y lo reclutó para sus Wildcats de Kentucky. Como va siendo habitual en los últimos años en Calipari, AD23 solo estuvo una temporada en la NCAA. Es un experto en ‘crear’ jugadores top del draft en un solo curso universitario. Sus mejores ejemplos son Derrick Rose (nº 1 2008), John Wall (nº 1 2010), DeMarcus Cousins (nº 5 2010) y Davis (nº 1 2012).

En su único año, ganó la NCAA. Sin estar completamente pulido, sobre todo en ataque, era dominante y determinante. Elegido por los New Orleans Pelicans, se erigió en su piedra angular para el futuro más próximo. La reciente salida de su estrella Chris Paul hacía que todos los ojos se centraran en Davis.

En sus primeros partidos como profesional le faltaba músculo y algo de decisión en ataque, pero en defensa ya demostró desde el minuto uno que sería un bastión.

Si hay algo que debemos tener en cuenta para ver lo importante que es y lo que calculan que podrá ser, es su inclusión desde 2012 en el Team USA. Debutó con la selección de la mano de Coach K en los JJOO de 2012. Aunque ahí su papel fue testimonial, recién salido de la NCAA y sin aún pisar una cancha NBA, aprendió y entrenó con los mejores.

Eso le hizo dar un primer paso. En este verano ha dado el segundo. El combinado norteamericano no contaba con estrellas de renombre (ni Kobe, ni Durant, ni LeBron, ni Melo) pero esto no ha sido un inconveniente para ganar el oro de forma clara en el Mundial de España. Hasta el último momento entró en las quinielas para el MVP del torneo.

Actualmente podemos decir que es uno de los mejores jugadores menores de 23 años del planeta.

Impacto y aptitudes

Porque sólo tiene 21. Y eso da vértigo para contabilizar su potencial. A pocos días de debutar en la que será su tercera temporada en la NBA, sus medias del curso pasado son dignas de ver (otra vez): 20,8 puntos, 10 rebotes y 2,8 tapones con un 52% en tiros de campo y 79% en tiros libres. Impresionantes. Ha ganado varios kilos de músculo, algunos apuntan a 10 kg totales, pero no ha perdido ni un ápice de su velocidad. Unidos a sus 208 centímetros y su inacabable envergadura, La Ceja es una sombra inmensa.

Viéndolo, da la sensación de que es una combinación de dos de los mejores ala-pívots de los últimos 25 años: Tim Duncan y Kevin Garnett. Del primero, tiene los movimientos en el poste bajo, la capacidad de taponar, la lectura en mover el balón en ataque. Del segundo, el tiro de 5 metros, el hambre en los rebotes, la potencia en atacar el aro. No digo que sea mejor que ellos, pero sí que asemeja sus mejores virtudes a una edad muy temprana.

Duncan jugó 4 años en Wake Forest y estaba listo para la NBA a los 21 años. KG no jugó en la NCAA y necesitó 3 años para tener un hueco en la NBA. A los 21 años. Con estos referentes, puedo decir que AD23 está listo para empezar a dominar las zonas a su antojo.

Su juego

Verlo jugar es una delicia. Abre espacios para los tiradores, rompe la zona con un paso rápido y destroza el aro, tapona a los más osados y araña balones de los tableros sin descanso. Ha mejorado el tiro a media distancia, sabiendo dar el bote en el momento adecuado para ganar medio metro. Encuentra con mayor facilidad a los tiradores, gracias a que le hacen a veces hasta marcajes triples. Ejecuta a la perfección el pick&roll para llegar con ventaja debajo del aro.

Su abanico en ataque ha mejorado tanto (de 13,5  a 20,8) que los rivales ya no saben si flotarlo, si hacerle dobles defensas, si cederle la línea de fondo. Hagan lo que hagan, Davis escoge la mejor opción. Como Duncan. Como Garnett.

En defensa es una pesadilla. Cuando un jugador promedia 2,8 tapones es por algo. Y no solo los que tapona, sino que provoca que el rival rectifique o simplemente, no tire. La lectura del juego, las ayudas, capaz de quedarse con el pívot rival para dejar margen a los aleros y ala-pívots, salir a cerrar un escolta. Su velocidad es impresionante en la zona propia. A veces parece que los Pelicans defienden con 6 jugadores.

Si el rival consigue tirar, Davis cierra el rebote como pocos y deja sin segundas opciones a los rivales (7 rebotes defensivos de media en 2013/14). En ataque, los rebotes sirven para anotar fácil o buscar segundas opciones (3 ofensivos en 2013/14). Se hace espacio en ambas zonas gracias a su poderoso tren superior y sabia colocación.

Futuro inmediato

Su andadura por la mejor liga del mundo es la correcta. Escuchar, callar y mirar. Así es como aprenden los jóvenes. Alejado de cualquier tipo de tentación, de opulencia y problemas extradeportivos, Davis es un ejemplo para los más jóvenes. Paso a paso. De etapa en etapa. Su inclusión en los mejores quintetos, en el All-Star sólo son reconocimientos a su trabajo y calidad.

Este curso podría ir más allá: ser candidato al MVP. Aunque para serlo tiene que colocar a los Pelicans en el top-6 de la NBA. Nadie, de momento, se ha llevado el galardón jugando en un equipo que no haya terminado entre los seis mejores de la temporada regular (sumando ambas conferencias).

Los Pelicans son un equipo relativamente joven e inexperto, en el que hablar de playoffs se antoja muy complicado. Sólo nuestro hombre puede hacer que den dos pasos adelante. Con Tyreke Evans, Jrue Holiday, Omer Asik, Ryan Anderson y Eric Gordon, puede formar un equipo interesante, con peso en la pintura y tiro desde el perímetro, pero parece que con pocos recursos para 82 partidos de fase regular. Davis es la clave. Todas las opciones de arañar una plaza en abril pasan por sus enormes manos.

Este curso debe ser el ‘Año AD’. Por actitud, por físico, por potencia, por calidad y por ética, Davis es la combinación perfecta para un interior. ¿Será capaz de demostrarlo desde ya?

(Albert Molinari es redactor en ultimatenba.com, web especializada en NBA, y colaborador de esport360.com)