Pocos equipos han tenido peor suerte este año con las lesiones que los New Orleans Pelicans. El último jugador de la franquicia en terminar prematuramente el año ha sido el escolta Eric Gordon, que tendrá que someterse a una artroscopia en la rodilla izquierda.
Gordon se convierte así en el cuarto jugador de los Pelicans que termina la temporada pasando por el quirófano, algo que también le ocurrió a Jrue Holiday, Jason Smith y más recientemente, a Ryan Anderson. Además, la estrella del equipo, Anthony Davis, tampoco ha podido terminar la temporada, aunque, en su caso, por una dolencia más leve que sólo le obligará a descansar entre 1 y 2 semanas.
El tiempo de recuperación de Gordon no se ha anunciado, pero la franquicia espera que esté en perfectas condiciones para afrontar la próxima campaña tras promediar 15,4 puntos y 3,3 asistencias en los 64 partidos que ha disputado en la actual.
En todo caso, la lesión del escolta significa un serio contratiempo para los rumoreados planes de la franquicia de buscar un equipo que se haga cargo de los casi 30 millones de salario de sus 2 últimos años de contrato. Un objetivo nada sencillo y más con esta nueva lesión que se suma a la larga lista de las sufridas por el jugador y acrecienta las dudas sobre la fiabilidad de sus rodillas.
Ante tanta desgracia, los Pelicans han decidido incorporar al alero James Southerland para tratar de acabar lo más decorosamente posible la temporada. A Southerland ya pudimos verlo esta temporada con los Bobcats si bien de forma extremadamente fugaz, ya que sólo jugó 3 minutos.
Para firmarle, los de Nueva Orleans han hecho uso de una excepción de jugador incapacitado que la liga les ha concedido debido a su larga lista de lesionados, de forma que podrán terminar el año con 16 jugadores en plantilla, uno por encima del tope habitual.